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El Obispado Castrense de Bolivia inicia el Año del Jubileo de Esperanza

El Obispado Castrense de Bolivia inicia el Año del Jubileo de Esperanza

Prensa CEB 10.03.2025.  La mañana del primer domingo de Cuaresma, se realizó una procesión en inmediaciones de la Catedral “Nuestra Señora de Luján”, así encabezó la celebración de la Apertura de la Puerta Santa Mons. Pedro Fuentes, administrador apostólico dell Ordinariato Castrense de Bolivia. Posterior a ello el Nuncio Apostólico en Bolivia, Monseñor Fermín Sosa Rodríguez celebró la santa Eucaristía. Este acontecimiento marca el inicio de un tiempo de gracia y renovación espiritual dentro del Año Jubilar decretado por la Iglesia.

En su homilía, Mons. Sosa  transmitió el saludo y la bendición del Papa Francisco, recordando la importancia de orar por la salud del Santo Padre y su misión de guiar a la Iglesia. Agradeció especialmente a Monseñor Pedro por la invitación a participar en este día significativo para la Diócesis Castrense.

El significado de la Puerta Santa

Mons. Femín enfatizó el simbolismo de la Puerta Santa, la cual representa a Cristo como el camino hacia la salvación. Citando el Evangelio, recordó las palabras de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí». Destacó que atravesar esta puerta implica un compromiso con la fe y una renovación del corazón en este tiempo de Cuaresma.

Asimismo, explicó que el Año de Gracia concedido por el Papa cada 25 años ofrece la oportunidad de renovar el espíritu, la mente y las acciones. Subrayó que este no es un acto mágico, sino que requiere cumplir ciertas condiciones para obtener las indulgencias jubilares.

Enseguida, Monseñor detalló los requisitos fundamentales para recibir la gracia de las indulgencias:

  • Confesión sacramental: Un sincero arrepentimiento y reconciliación con Dios.
  • Participación en la Eucaristía: Participar activamente en la Santa Misa.
  • Oración por las intenciones del Papa: Unir las plegarias al Santo Padre y a la Iglesia universal.

El Nuncio explicó que la indulgencia no solo perdona el pecado, sino que también borra la culpa, permitiendo una auténtica restauración espiritual. Comparó este proceso con una hoja de papel arrugada: el pecado la deforma, pero la indulgencia la devuelve a su estado original.

La fe como motor de la acción cristiana

Haciendo referencia a las Sagradas Escrituras, recordó la enseñanza de San Pablo sobre la justicia de la fe. Explicó que la motivación para cumplir la ley no debe ser solo una obligación, sino la fe en Jesucristo. Enfatizó la importancia de que cada acción en la vida cotidiana esté impulsada por la fe, ya sea en el hogar, en el trabajo o en las relaciones sociales.

También reflexionó sobre las tentaciones que Jesús enfrentó en el desierto, mencionando que la oración, el ayuno y las obras de caridad son herramientas esenciales para vencer el pecado. Exhortó a los fieles a vivir con integridad, manteniendo una coherencia entre sus palabras, su corazón y su relación con Dios.

Un llamado a la esperanza y la misericordia

En un contexto global marcado por conflictos y dificultades, Mons. Fermín transmitió el llamado del Papa Francisco a no perder la esperanza y a vivir con misericordia. Invitó a los fieles a ser agentes de transformación en sus comunidades, comenzando desde el corazón y la familia.

Finalmente, el Nuncio Apostólico impartió su bendición a los presentes, pidiendo que el Señor fortalezca sus pensamientos, obras y corazones. Animó a los fieles a que, al asistir a la misa dominical, ofrezcan los frutos de su fe como primicia al Señor, contribuyendo al desarrollo y justicia de sus comunidades.

Al finalizar la Eucaristía, con una multitudinaria presencia de fieles en la Catedral, Mons. Pedro Fuentes se dirigió al pueblo de Dios agradeciendo a Dios por este momento significativo, agradeciendo también al Nuncio Apostólico y los obispos auxiliares de La Paz, Mons. Luis Durán y Mons. Basilio Mamani, que junto a los sacerdotes, acompañaron esta celebración.

Con esta solemne celebración, la Diócesis Castrense de Bolivia inicia su camino jubilar, un tiempo de renovación espiritual y conversión que invita a los creyentes a caminar con Cristo como única puerta de salvación.

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