Mons. Pedro Fuentes a los Sacerdotes en la Misa Crismal: “Seamos portadores de la semilla de la Esperanza para todos”
Prensa CEB 14.04.2025 En la Catedral Castrense Nuestra Señora de Luján, en la ciudad de La Paz, el lunes 14 de abril, la Solmene Misa Crismal fue presidida por Mons. Pedro Fuentes, C.P. Administrador Apostólico del Ordinariato Castrense de Bolivia, concelebrada por el Nuncio Apostólico en Bolivia, Mons. Fermin Sosa, el Arzobispo de La Paz, Mons. Percy Galván y los Obispos Auxiliares, Mons. Luis Durán y Mons. Basilio Mamani. Obispo de la Diócesis de EL Alto, Mons. Giovani Arana. Obispo de Coroico, Mons. Juan Carlos Huaygua, OP. Obispo de la Prelatura de Coro Coro, Mons. Pascual Limachi y sacerdotes de las diferentes jurisdicciones eclesiales, también participaron los seminaristas del Seminario Redentoris Mater, Seminario Diocesano San Jerónimo de La Paz, religiosas, jóvenes, laicos, familias de la zona de Irpavi y alrededores.






En la Misa Crismal se bendice los Santos Oleos y consagra el Santo Crisma, por eso se llama Misa Crismal y también los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales, que hicieron el día de su Ordenación.








Mons. Pedro Fuentes en su homilía: “El Papa Francisco nos dice la esperanza, no defrauda, la esperanza desde la fe, nos hace comprender que el Evangelio es semilla, no nos tocará a nosotros ver los frutos, pero tenemos que sembrar aquello que el Señor nos ha regalado. El tiempo presente, es una llamada a volver a Dios “en esperanza”, no desesperado, no amargados, no tristes, como si nada bueno tuviésemos que dar al mundo. La Esperanza en el Señor, siempre nos hace gente renovada y gente confiada. Pero en vez de esperanza muchas a veces nos viene la apatía como sacerdotes, la desconfianza en el mismo Dios, que produce cansancio no solo en nosotros, sino en la gente. Tenemos que ser gente de esperanza”.



“Tenemos que volver a la humildad de sabernos, débiles instrumentos del Señor, ese es el sacerdote. También el sacerdote reconoce que es fuerte, porque mientras más débiles somos, somos más fuertes, lo dice San Pablo”, recordó Mons. Pedro.



“Cuando hagamos la renovación de las promesas sacerdotales, quiero hacerles recuerdo: “el Ministerio de la Palabra forma parte de nuestra vida del presbítero, en nuestra ordenación diaconal, cuando nos ponen el Evangelio, nos dijeron “recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido, su mensajero, convierte en fe viva, lo que lees y lo que has hecho fe viva, enséñalo y cumple aquello”. El Señor nos pide en nuestro ministerio, no sólo testimonio sino también la alegría de evangelizar esperanza. El camino esperanzador, la sinodalidad, nos tiene que hacer despertar potencialidades dormidas”, puntualizó el Obispo Castrense.



En la Misa Crismal, el Obispo concelebra con su presbiterio, expresa la comunión que existe entre los presbíteros y su Obispo. Es conveniente, por tanto, que todos los presbíteros, en cuanto sea posible, participen de ella y reciban la comunión bajo las dos especies. Para significar la unidad del presbiterio diocesano.
Renovación de la Promesas Sacerdotales, como colaboradores del Obispo, los sacerdotes, en virtud del sacramento del Orden, están llamados a compartir la solicitud por la misión de Cristo Redentor. Los sacerdotes, como signo visible de la renovación de sus promesas sacerdotales besan la Biblia y la Estola, que el Señor Obispo tiene en sus manos delante del Altar.



Según la costumbre tradicional, la bendición del óleo de los enfermos y el óleo de los catecumenos, se hace antes de finalizar la Plegaría eucarística.



La bendición y consagración del Santo Crisma, después de la comunión. El Obispo sopla sobre el Santo Crisma, imitando a Jesús Resucitado en el momento pascual de la institución del sacramento de la Reconciliación y evocando uno de los tantos gestos con los que la Iglesia quiere significar la transmisión del Espíritu Paráclito, que todo lo renueva y santifica. El Obispo invita a orar, pidamos a Dios Padre Todopoderoso que se digne en bendecir este ungüento, para aquellos cuyos cuerpos van a ser ungidos enél, sientan interiormente la unción de la bondad divina y sean dignos de los frutos de la redención.



Al finalizar la Eucaristía de la Misa Crismal los sacerdotes posan con los Obispos de la diferentes jurisdicciones Eclesiales y junto al Nuncio Apostólico Apostólico en Bolivia, para la foto del recuerdo de la Misa Crismal 2025.

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