Mons. René Leigue Cesari llama a apoyar las vocaciones religiosas y a trabajar por la paz desde el perdón
Prensa CEB 12.05.2025. En el marco de la 61ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, celebrada cada Cuarto Domingo de Pascua —conocido como el Domingo del Buen Pastor—, el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue Cesari, presidió una Eucaristía especial en la Catedral Metropolitana, donde dirigió una homilía profunda centrada en el llamado vocacional, la continuidad en la misión de la Iglesia y el camino hacia la paz.
Durante la celebración del Jubileo de los Seminaristas, el Arzobispo destacó la importancia de orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas, y de acompañar a los jóvenes en su discernimiento. “Apóyenlos, es decisión de ellos. No se pierde un hijo cuando entra al seminario; al contrario, se gana”, expresó con énfasis. Advirtió que algunos padres sienten temor al ver a sus hijos optar por la vida consagrada, pero recordó que es una alegría saber que están sirviendo al Señor y a su Iglesia.
Mons. Leigue también retomó el mensaje del Papa Francisco para esta jornada, alentando a los jóvenes a no tener miedo de responderle al Señor. “Dios los llama cada día, tanto a varones como a mujeres”, dijo, al tiempo que pidió a las familias y comunidades abrir espacios para el discernimiento vocacional, tan necesario en estos tiempos donde “no hay de dónde sacar más sacerdotes si no apoyamos las vocaciones”.
Refiriéndose al reciente nombramiento del Papa León XIV, subrayó que el Espíritu Santo guía a la Iglesia más allá de las especulaciones humanas. “Ninguno de los nombres que estaban en las listas fue elegido. El Espíritu nos guía por caminos nuevos, no por ideologías”, reflexionó. Además, explicó que el cambio de Papa no implica ruptura, sino continuidad en la misión: “La Iglesia no anula lo anterior. Se agradece lo que hizo el Papa Francisco y se sigue adelante”.
En otro momento de su mensaje, Mons. Leigue contrastó la actitud de la Iglesia con las actitudes políticas, especialmente en tiempos de campaña, donde —dijo— se suele descalificar a quien ha trabajado antes. “¿Qué se gana con eso? Nada. En cambio, la Iglesia da ejemplo de unidad y gratitud”.
Finalmente, recordó que mayo es el mes del Rosario e invitó a todos a acudir a la Virgen María como guía en el camino de la fe. “Ella nos dice: ‘Hagan lo que Él les diga’. Escuchemos a su Hijo Jesucristo y busquemos la unidad y la paz, que solo serán posibles si hay perdón”. Concluyó su homilía orando por los seminaristas, por los jóvenes en búsqueda o en dificultades, y por la fidelidad de todos los cristianos a su vocación bautismal