NOTICIASVirgen de Copacabana, Reina de Bolivia

Bolivia conmemora 100 años de la coronación de la Virgen de Copacabana en emotiva celebración a los pies de la Mamita

Prensa CEB 1.08.2025. En una solemne misa celebrada en el Santuario de Copacabana, decenas de fieles católicos se reunieron para recordar el centenario de la coronación de la Virgen de Copacabana, advocación mariana profundamente venerada en Bolivia. La Eucaristía fue presidida por Mons. Fermín Emilio Sosa Rodríguez, Nuncio Apostólico en Bolivia, y concelebrada por el obispo de la Diócesis de El Alto, Mons. Giovani Arana y el arzobispo emérito de Sucre, Mons. Jesús Juárez. Así mismo tuvo la presencia especial del Cardenal de Bolivia, Mons. Toribio Porco Ticona, el obispo de la Prelatura de Corocoro y los obispos auxiliares de La Paz, Mons. Luis Durán y Mons. Basilio Mamani. El coro llegó desde Urubichá con más de 40 integrantes que le cantaron a la Mamita de Copacabana.

Video gentileza CVC El Alto

Mons. Sosa Rodríguez inició su mensaje destacando el amor y la filiación al Corazón Inmaculado de María, resaltando la importancia del «sí» incondicional de la Virgen como ejemplo de entrega total a la voluntad de Dios. «María es Reina de la Paz y Virgen de la Candelaria, símbolos del trabajo misionero y de la misión salvífica que ella continúa formándose junto a su Hijo, Jesucristo, Príncipe de la Paz», afirmó.

El Nuncio Apostólico recordó que hace cien años Bolivia se consagró al Corazón de María, pidiéndole su intercesión constante ante Cristo. Señaló las lecturas del día, donde el profeta Isaías describía a un pueblo que caminaba en tinieblas pero que, gracias a Dios, pronto vería la luz con la llegada del Salvador.

En su homilía también destacó la figura de la mujer revestida de sol, descrita en el Apocalipsis, interpretándola como la Iglesia y la Virgen María, que da a luz al Salvador y simboliza la esperanza para un mundo marcado por la lucha entre el bien y el mal.

Mons. Sosa Rodríguez hizo un llamado a los fieles para renovar su compromiso cristiano en este año santo y en el bicentenario de la independencia de Bolivia, invitando a consagrar nuevamente el corazón al Corazón Inmaculado de María.

«Bolivia es un país mariano, un país cristiano amado por Dios. Demostraremos con nuestras acciones que nuestro amor a Dios es verdadero», concluyó el Nuncio.

La misa tuvo un momento especial con la imposición de la corona a la Virgen de Copacabana por parte del Nuncio Apostólico, y finalizó con la bendición de Mons. Sosa hacia Bolivia y sus habitantes, reafirmando la importancia de la Virgen de Copacabana como guía y Madre espiritual en la vida de los bolivianos.

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