Este domingo la Iglesia celebra el día nacional del catequista
Prensa CEB 14.08.2025. Este domingo 17 de agosto se celebra el Día Nacional del Catequista, una fecha dedicada a reconocer y agradecer la labor fundamental de quienes, con vocación y entrega, transmiten la fe y los valores del Evangelio en las comunidades.
Los catequistas son aquellos que presentan la palabra de Dios, enseñan el mensaje del Evangelio y acompañan a la comunidad en el camino de la fe. Su misión principal es acompañar el crecimiento de la fe de los creyentes y ser testigos de amor y solidaridad con el prójimo.
En palabras del Papa Francisco durante el Congreso Internacional de Catequesis en 2022: “Queridos catequistas, ustedes están llamados a hacer visible y tangible la persona de Jesucristo, que ama a cada uno de ustedes y por eso se vuelve regla de nuestra vida y criterio de juicio de nuestro actuar moral. No se alejen nunca de esta fuente de amor, porque es la condición para ser felices y plenos de alegría siempre y a pesar de todo. Esta es la vida nueva que ha surgido en nosotros el día del Bautismo y que tenemos la responsabilidad de compartir con todos, para que pueda crecer en cada uno y llevar fruto”.
Reflexionando sobre su compromiso, desde el Área de Evangelización de la Conferencia Episcopal Boliviana (Sección Catequesis), se afirma que “ser catequista es sembrar esperanza en cada corazón”, “su entrega construye puentes hacia Dios” y que “son faros que iluminan el camino de la fe”.
El Día Nacional del Catequista es una oportunidad para celebrar esta vocación, animar a continuar con esta misión y agradecer el amor incondicional y la dedicación con los que guían a la comunidad creyente. Es una misión evangelizadora que, aunque a menudo silenciosa y humilde, pero se constituye en esencial para mantener viva la fe y los valores cristianos en la sociedad.
«Catequistas, peregrinos de esperanza»
ORACIÓN DEL CATEQUISTA
Señor, haz que yo sea tu testigo, para comunicar tu enseñanza y tu amor.
Concédeme poder cumplir la misión de catequista, con humilde y profunda confianza.
Que mi catequesis sea un servicio a los demás, una entrega generosa y viva de tu Evangelio.
Recuérdame continuamente que la fe que deseo irradiar, la he recibido de Ti como don gratuito.
Ayúdame a vivirla con responsabilidad para conducir a Ti a los que me confías.
Hazme verdadero educador de la fe, atento a la voz de tu Palabra, amigo sincero y leal de los demás, especialmente de mis compañeros catequistas.
Que sea el Espíritu Santo quien conduzca mi vida para que no deje de buscarte y quererte; para que no me venza la pereza y el egoísmo, para combatir la tristeza.
Señor, te sirvo a Ti y a la Iglesia unido a tu Madre María; que como Ella yo sepa guardar tu Palabra y ponerla al servicio del mundo.
Amén.
San Juan Pablo II