Mons. Galván a los monaguillos: «Debemos ser alegres porque Cristo vive en nosotros»
Prensa CEB 11.08.2025. La mañana del domingo 10 de agosto dia en que se recuerda a San Lorenzo, a las 10:30am, la Catedral Metropolitana de La Paz se llenó de alegría, fe y juventud para celebrar una eucaristía muy especial presidida por el arzobispo, Mons. Percy Galván Flores. La ocasión reunió a numerosos monaguillos de diversas parroquias, de nuestra Iglesia Paceña, convocados para vivir el Jubileo de los Servidores del Altar en honor a su santo patrono, así como para compartir con su pastor el regalo de su cumpleaños.
El ambiente, marcado por la solemnidad de la Catedral y la frescura de los rostros jóvenes, reflejaba la comunión de la Iglesia que camina unida. En la procesión de entrada, los monaguillos portaban sus vestiduras litúrgicas y rostros llenos de entusiasmo, recordando que servir al altar es servir a Cristo mismo.
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Durante su homilía, Mons. Percy tomó como símbolo central la cruz, signo de entrega y donación total. Les recordó que el servicio no es simplemente cumplir una función, sino donarse por amor, como lo hizo Jesús. Invitó a los monaguillos a ser caritativos, generosos y cercanos a quienes más lo necesitan, llevando siempre la luz de Cristo a los demás.
| Con fervor pastoral, el arzobispo animó a los jóvenes servidores a pedir cada día el fuego del Espíritu Santo, para que su servicio no sea mecánico, sino fruto de un corazón encendido por el amor de Dios. Presentó tres características que deben marcar su vocación: servir con alegría, vivir con humildad y mantener siempre la mirada fija en el cielo. |  |
| En un momento lleno de fuerza, les pidió proclamar en voz alta la pregunta: “¿Dónde está tu tesoro?”, recordando que la respuesta verdadera para todo cristiano es: “Mi corazón está en el cielo”. Las palabras resonaron con energía en la nave central de la Catedral, como un compromiso renovado de vivir según el Evangelio. |
La celebración concluyó con un gesto fraterno: el canto de felicitación por el cumpleaños de Mons. Percy, acompañado por aplausos y expresiones de cariño de parte de los monaguillos y sus familias. La misa terminó con la bendición final y la invitación a seguir siendo servidores fieles, testigos alegres del amor de Cristo en cada parroquia y comunidad.
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En esta jornada, la Catedral Metropolitana no solo celebró una eucaristía dominical, sino que fue testigo de la renovación del compromiso de estos jóvenes servidores, inspirados por el ejemplo del Buen Pastor que guía con amor y entrega su rebaño. Finalizando que la Alegria viene porque Cristo, vive en nosotros.
Fuente: https://arquidiocesisdelapaz.org.bo
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