Diálogo Interreligioso Boliviano impulsa la reflexión sobre la paz y los valores universales
Prensa CEB 19.09.2025. La primera jornada de las Mesas Redondas organizadas por el Diálogo Interreligioso Boliviano se desarrolló este jueves 18 de septiembre en instalaciones de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, fue una velada con un enriquecedor intercambio de ideas y experiencias entre representantes de diversas tradiciones religiosas, quienes compartieron la visión común sobre la paz y la cooperación para el bien común.
Durante la inauguración, se recordó el origen del diálogo interreligioso a nivel mundial, destacando su impulso a partir del Concilio Vaticano II, impulsado por los papas Juan XXIII y Pablo VI.

Los panelistas coincidieron en subrayar que los valores universales como el respeto, la empatía, la justicia, la compasión, la tolerancia y la paz interior y social son esenciales para construir una convivencia armoniosa. Reconocieron que la paz no se limita a la ausencia de conflictos, sino que requiere un compromiso activo con la justicia y la dignidad humana.
El doctor Ricardo Udler, representante de la comunidad judía, recordó la perseverancia histórica del pueblo israelita frente a persecuciones y destacó el concepto de Shalom, entendido no solo como paz sino como totalidad y plenitud, que abarca el perdón, la reconciliación y la armonía en el hogar y en la sociedad.
Sheij Yusuf Andrade, secretario general de la Asociación de la Comunidad Islámica, explicó que la palabra Islam significa paz mediante la entrega a Dios, enfatizando que la verdadera paz va de la mano con la justicia y el trato digno hacia los demás. Resaltó también la responsabilidad individual y comunitaria para evitar la opresión y promover la bondad.

Desde la perspectiva del Budismo Zen, la monja Yoko María Rene planteó que la paz se vive desde la naturaleza original del ser humano, mediante la meditación, la compasión profunda, la aceptación del otro y la gratitud por la vida. Subrayó que construir la paz es un camino diario que implica actos sencillos como la escucha y la paciencia para superar la turbiedad de la mente.
Los participantes abordaron también los principales obstáculos para la paz, como el egoísmo, la falta de diálogo, prejuicios, estereotipos, desconfianza y desigualdades estructurales. En este sentido, enfatizaron la importancia del liderazgo ejemplar y la formación ética desde la familia y las comunidades religiosas, que tienen el deber de promover un mensaje coherente de paz, justicia y respeto.