Encuentro RECLAC: Mons. Lucio Ruiz expone las claves para evangelizar en la era de las pantallas
Prensa CEB 24.11.2025 En el II Encuentro de la Red Eclesial de Comunicadores de América Latina y el Caribe, Monseñor Lucio Ruiz, Secretario del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede realizó su presentación titulada “Orientaciones del Magisterio de la Iglesia sobre la Comunicación y la Misión Digital”, ofreció una amplia y detallada reflexión sobre las líneas que la Iglesia está proponiendo para comprender, discernir y asumir la misión evangelizadora en el ambiente digital.
Señaló que estas orientaciones no nacen de “teorías abstractas”, sino de dos fuentes recientes que marcan la vida eclesial: “el camino sinodal, que reconoce el ambiente digital como un verdadero campo misionero, y el Jubileo de los Misioneros Digitales e Influencers Católicos, que ofreció claves concretas para esta nueva etapa pastoral”.

Un cambio cultural que interpela a la Iglesia
Mons. Ruiz resaltó que el punto de partida es reconocer un cambio cultural. Para el Magisterio, “lo digital no puede reducirse a herramientas técnicas o espacios de entretenimiento. Es una cultura, un ambiente vital, un modo real de habitar el mundo”. Allí las personas “piensan, sienten, se relacionan, toman decisiones y también buscan a Dios”.
Recordó que el Sínodo sobre la Sinodalidad afirmó que “la cultura digital representa un cambio fundamental en el modo en que concebimos la realidad y nos relacionamos con nosotros mismos, con los otros, con el ambiente e incluso con Dios”. Esto implica nuevas formas de aprendizaje, de comunicación y de construcción comunitaria.
En este contexto, el Magisterio advierte que ya no es posible sostener la antigua separación entre lo “real” y lo “virtual”, porque ambas dimensiones se integran en una misma vida. También reconoce que “la vida espiritual sucede en el ambiente digital”, en búsquedas, miedos, preguntas o silencios expresados en comunidades en línea.
Por eso señaló que “la cultura digital constituye una dimensión crucial del testimonio de la Iglesia y un campo misionero emergente”. La Iglesia, añadió, está llamada a discernir espiritualmente este cambio y “entrar con valentía en este ambiente donde hoy se juega una parte decisiva de la experiencia humana”.
De usar medios a evangelizar una cultura
Uno de los aportes en el que hizo hincapié es el cambio de paradigma que ha propuesto el proceso sinodal: “No basta con usar medios, no alcanza con manejar plataformas; lo que la Iglesia nos pide hoy es evangelizar una cultura”. Esto implica comprender que lo digital es un espacio donde las personas construyen identidad, buscan compañía y formulan preguntas espirituales.
Citó a Antonio Spadaro: “Ser misioneros digitales no es preguntarse cómo evangelizar con TikTok o Instagram, sino vivir el ambiente digital como un lugar para habitar con fe”. En la misma línea, recordó las palabras del cardenal Parolin: “La misión digital no es una cuestión técnica: es reconocer que lo digital forma parte del modo en que las personas piensan y buscan a Dios”.
Evangelizar una cultura inicia por habitarla, escucharla y comprenderla, explicó. Requiere encarnarse en los lenguajes, ritmos, narrativas y sensibilidades propias del mundo digital: “No se puede anunciar sin comprender; no se puede iluminar sin conocer cómo piensa y vive el corazón contemporáneo”. La misión digital necesita inculturación, discernimiento y presencia; no solo estrategias comunicativas, sino “una actitud espiritual y pastoral. Es entrar en este nuevo ambiente humano con la misma lógica de la encarnación: comprender desde adentro para poder anunciar desde adentro”.
Principios magisteriales para evangelizar en lo digital
Mons. Ruiz señaló que “antes de dar orientaciones prácticas, el Magisterio propone criterios” que deben marcar toda presencia evangelizadora. El primero es comprender antes de anunciar. Mons. Ruiz citó el Sínodo: “No podemos evangelizar la cultura digital sin haberla comprendido antes”. Esto implica estudiar dinámicas digitales, escuchar a los jóvenes y reconocer cómo cambia la percepción del tiempo, del cuerpo y del espacio.
Un segundo criterio es el estilo cristiano, centrado en encuentros verdaderos. Según el cardenal Parolin, “la misión digital privilegia el encuentro respecto al discurso, el servicio respecto al protagonismo, la comunión respecto al individualismo”.
Un tercer principio es la escucha: Mons. Salvatore Fisichella recordó en el Jubileo que “la escucha eficaz nace del silencio”. Finalmente, la evangelización digital debe mostrar “la verdad con rostro humano”. Mons. Ruiz citó al Papa León XIV: “No se trata solo de generar contenidos, sino de encontrar corazones”.

Riesgos que el Magisterio advierte
El Magisterio también reconoce amenazas reales dentro del ambiente digital. El Sínodo alertó sobre la superficialidad, la polarización, el bullying y la desinformación, preguntando: “¿Cómo garantizar que nuestra presencia online sea una experiencia de crecimiento para quienes nos escuchan?”
Otro riesgo es el protagonismo y la obsesión por el impacto. El Card. Parolin advirtió sobre “la tentación del protagonismo” mientras Fisichella insiste: “El mundo no escucha influencers, sino testigos”.
Además, existe peligro de deshumanización. Kim Daniels señaló que “las plataformas que conectan también pueden deshumanizar”. La respuesta eclesial, manifestó Mons. Ruiz, es un humanismo cristiano que promueva misericordia, cercanía y coherencia.

Lo que el Magisterio pide concretamente
Tras discernir los principios, el Magisterio ofrece líneas de acción para estructurar la misión digital. La primera es el reconocimiento y envío eclesial: “Los misioneros digitales piden que no se los deje solos” y su tarea “debe ser reconocida como acción de la Iglesia y no como opción privada”.
La segunda es la formación integral: teológica, espiritual y digital. Recordó que el cardenal Tolentino y el prefecto Ruffini subrayaron que la formación “es refuerzo y nutrimento del carisma que se ejerce en la misión digital”.
La tercera es la comunión: “Evangelizar en el mundo digital no es un esfuerzo individual. Somos cuerpo. Nos necesitamos”, dijo el cardenal Cobo Cano. Y un cuarto eje son las redes que liberan: citó al Papa León XIV cuando llamó a “reparar las redes… construir redes de amor y misericordia que salvan, no que ahogan”.

¿Hacia dónde orienta el Magisterio?
Mons. Ruiz explicó que las orientaciones son parte de una visión integral que articula identidad, misión y estilo. Señaló que lo digital es “un territorio real de misión” donde la gente busca sentido. También remarcó que la misión digital “es una vocación eclesial”, un llamado del Espíritu que requiere discernimiento, acompañamiento y envío.
El estilo debe ser evangélico: encuentro, testimonio y escucha. En la red “no se evangeliza desde la polémica, sino desde la cercanía misericordiosa”, expresó.
Manifestó que la Iglesia debe acompañar y sostener a los agentes digitales, promoviendo formación, criterios pastorales y reconocimiento. El objetivo último es humanizar la cultura digital y anunciar a Cristo “con claridad y misericordia”.
El pedido de León XIV: paz, compasión y reparación
Durante la presentación, Mons. Lucio Ruiz recordó el Jubileo de los Misioneros Digitales e Influencers Católicos, donde el Papa León XIV ofreció tres orientaciones:
Primero, “Proclamen la paz al mundo”. En un contexto de tensiones y polarización, la misión comienza cuando los comunicadores “bajan los tonos” y crean espacios de escucha. Segundo, “Busquen la carne sufriente de Cristo en cada hermano o hermana que encuentren en línea”. Mons. Ruiz remarcó que en los comentarios y silencios de la red “hay duelos, heridas y cansancios”, y allí “espera Cristo”.
Tercero, “Vayan y reparen las redes”. El Papa llamó a transformar espacios fracturados por agresividad en redes de relaciones, amistad y misericordia. Mons. Ruiz afirmó que estos tres movimientos: paz, compasión y reparación, convierten la presencia digital en una acción pastora.

Una misión que nace del corazón
En su cierre, Mons. Lucio Ruiz señaló con claridad que “la misión digital no es un accesorio, ni una moda pastoral, ni una estrategia comunicacional más”. Es un territorio espiritual donde millones viven y buscan sentido.
Recordó que el Sínodo lo reconoció, el Jubileo lo celebró y el Papa León XIV lo confirmó como una frontera donde la Iglesia está llamada a ser materna y cercana. “La misión digital, expresó: “No comienza en la pantalla, sino en el corazón del discípulo que se deja encontrar primero por Cristo”. Su fruto no son estadísticas, sino “personas que descubren que son miradas, escuchadas y amadas por Dios”.
Llamó a asumir esta misión con humildad y comunión: que la presencia en la red sea “signo de misericordia, espacio de encuentro y puente hacia la comunidad”, porque, “la esperanza tiene un rostro y un nombre: Jesucristo. Y esa esperanza también puede brillar en la digitalidad”.
FUENTE: ADN CELAM

