«Mons. Aurelio Pesoa llama a Bolivia a vivir el Adviento en vigilancia, esperanza y reconciliación»
Prensa CEB 2025.11.30: Mons. Aurelio Pesoa, presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana y obispo del Vicariato Apostólico del Beni, presidió este domingo 30 de noviembre la Eucaristía del Primer Domingo de Adviento, marcando el inicio del nuevo año litúrgico 2025-2026. En su homilía, invitó a todo el pueblo de Dios en Bolivia a vivir el Adviento como tiempo de vigilancia, conversión y esperanza activa, lejos de toda agresividad y confrontación estéril.
Llamado a la vigilancia y a la gracia
Mons. Aurelio Pesoa explicó que este tiempo es una invitación a la vigilancia y a estar alertas, tal como enseña el Evangelio. Señaló que vivir vigilantes es no dejarse adormecer por las ocupaciones de la vida que hacen olvidar la presencia y la venida del Señor.
Recordó que el cristiano es aquel que ha sido llamado de las tinieblas a la luz y que, por ello, su vida es una continua lucha y una permanente alerta espiritual. Subrayó que la venida gloriosa de Cristo sorprenderá a todos, por lo que cada creyente está llamado a estar siempre atento para reconocer al Señor cuando se presenta en la historia y en la vida cotidiana.
Adviento, tiempo de esperanza y paz
Mons. Aurelio insistió en que el Adviento es tiempo para renovar la esperanza, porque los cristianos no caminan hacia un final destructivo, sino hacia un tiempo de salvación en el que la paz y la justicia se harán realidad. A la luz del profeta Isaías, evocó el sueño de Dios de transformar las espadas en arados y las lanzas en podaderas, como signo de un futuro donde no haya guerra y las relaciones humanas estén marcadas por la fraternidad.
El Obispo del Beni afirmó que el Mesías que la Iglesia espera transformará la cultura del conflicto, del sometimiento y de la persecución en una auténtica cultura de paz, diálogo, verdad y tolerancia. En este sentido, subrayó que la agresividad y todo lo que se opone al plan de Dios no pueden ser, en un país de mayoría católica como Bolivia, la manera de prepararse para la venida del Señor.
Bolivia: tiempo para el diálogo y la reconciliación
Mons. Aurelio Pesoa mencionó que el país ha atravesado días de grandes conflictos y que hoy se vive apenas una “aparente serenidad y normalidad”. Planteó interrogantes sobre la autenticidad y la duración de esa calma, señalando que las soluciones a los problemas no llegan de la noche a la mañana y exigiendo responsabilidad compartida para buscar el bien de todos, más allá de intereses particulares.
El presidente de la CEB afirmó que el Adviento debe ser un tiempo de diálogo sin condicionamientos, superando palabras que no construyen: insultos, descalificaciones y actitudes prepotentes que hieren a hermanos y pueblos. Invitó a los bolivianos a comprender que la hora de Dios implica reconocerse pueblo de Dios, unidos en las diferencias, donde la unidad fortalece a las personas y a las instituciones, mientras la fractura y la intolerancia las debilitan.
“Dios te bendiga” como compromiso real
Mons. Aurelio advirtió que expresiones tan frecuentes como “Dios te bendiga” pueden sonar vacías cuando el cristiano no se siente realmente comprometido con lo que dice. Ser cristiano, remarcó, exige coherencia y un compromiso efectivo con la paz, la justicia, la verdad y el respeto, especialmente en tiempos en que algunos parecen añorar formas de dominio sobre el otro.
Estar vigilantes, explicó, es estar dispuestos a mirar más allá del egoísmo y de los intereses meramente humanos o de beneficio de unos pocos, sin olvidar a los que sufren y a los pobres. Recordó la enseñanza de Jesús al evocar los días de Noé, cuando muchos vivían sin darse cuenta de que se acercaba la hora de Dios, y exhortó a reconocer esa hora en la historia concreta de Bolivia.







Reconocimiento y envío de catequistas
En el marco de la celebración, Mons. Pesoa dirigió un mensaje especial a los catequistas de la provincia Cercado, presentes en la Eucaristía tras un período de formación. Agradeció el trabajo de los coordinadores, a la cabeza de la Hna. Luca, y la colaboración de Marina desde la pastoral de catequesis de Santa Cruz, como signo de una Iglesia que comparte saberes y camina unida.
El presidente de la CEB recordó que la formación en la fe nunca termina y animó a los catequistas a descubrir a Dios en los momentos en que muchos otros no lo perciben, confiando en que el Señor recompensa el servicio en las distintas parroquias. Pidió que este tiempo de gracia del Adviento fortalezca la fe del pueblo de Dios y anime a todos a seguir formándose para dar sentido a lo que se cree y se espera
