Monseñor Aurelio Pesoa: Ante los recientes conflictos sociales, la iglesia hace un llamado a evitar la violencia.
PRENSA CEB 2025.12.14:En la homilía del tercer domingo de Adviento, Monseñor Aurelio Pesoa, Obispo del Vicariato Apostólico del Beni, invitó a los fieles a reafirmar la esperanza y a hacer de ella “columna principal de la vida cristiana”, especialmente en medio de las dificultades que vive el país. Inspirado en el profeta Isaías, señaló que la esperanza cristiana transforma el dolor y la tristeza en alegría, porque anuncia un tiempo nuevo de restauración y de vida renovada para el pueblo.
Recordando el Evangelio sobre Juan el Bautista, subrayó que el Mesías no es un líder de éxito fácil ni de poder terrenal, sino aquel cuyas palabras y obras cambian la vida de las personas y las condiciones sociales, llevando alegría y esperanza especialmente a los más vulnerables. Destacó que los discípulos de Jesús, como Juan y tantos cristianos a lo largo de la historia, sufren incomprensiones e injusticias por su fidelidad al Evangelio, pero su testimonio muestra la humildad de Dios y su amor incondicional.
Al referirse a los recientes hechos de violencia registrados en algunas regiones de Bolivia, Monseñor Aurelio Pesoa afirmó con claridad que “el bien supremo es la vida” y que nadie es dueño de la vida de su hermano. Denunció que, ante los conflictos, muchas veces no se agota el camino del diálogo y se opta por la confrontación y la violencia, incluso con consecuencias fatales que dejan dolor y luto en las familias.
Desde la luz de la Palabra de Dios, Monseñor hizo un llamado a todos los que se encuentran en conflicto a no dejarse arrastrar por los violentos ni creer que los problemas se resuelven con sangre ajena. Reconoció que existen reclamos urgentes y necesidades reales, pero insistió en que nada justifica la pérdida de una vida humana, e invitó a fortalecer el diálogo, la tolerancia y la comprensión para contrarrestar el odio y la violencia.
Monseñor Aurelio Pesoa animó a los católicos a no perder la esperanza en tiempos mejores y a trabajar para que esa esperanza no se quede en discursos, sino se traduzca en compromiso concreto con el bien. Recordó que el Adviento es un tiempo para volver a la presencia del “Dios de la vida” con un corazón humilde y arrepentido, y repitió las palabras de Isaías: “Digan a los que están desalentados: sean fuertes, ahí está su Dios, no tengan miedo, vendrá a salvarlos”.







