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Alegría y fraternidad en la CEB: Mons. Giovani bendice a los colaboradores pastorales

Prensa CEB 19.12.2025.  En un ambiente de fraternidad y oración, Mons. Giovani Arana, obispo de la diócesis de El Alto y secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), presidió la Eucaristía de la Convivencia Navideña de los colaboradores pastorales de la CEB; en la oportunidad dejó un mensaje de esperanza invitándoles a mirar la Navidad como un signo de Dios que actúa en medio de las dificultades del país.

«Nos reunimos hoy no solo para celebrar, sino para mirar la vida con fe, para escuchar lo que Dios nos quiere decir en medio de las circunstancias concretas que vivimos como país, como Iglesia y como pueblo», inició Mons. Arana, aludiendo al tiempo de Adviento y los retos económicos que enfrenta el país.

En su reflexión, subrayó que «Dios no espera contextos ideales para actuar. No se paraliza ante la crisis ni abandona a su pueblo cuando las cosas se complican. Muchas veces es en los momentos oscuros cuando gesta algo nuevo».

Dirigiéndose a los colaboradores pastorales, Mons. Arana los animó: «Ustedes no son solo empleados administrativos, sino colaboradores de la misión de la Iglesia. Desde sus oficinas y su servicio silencioso, hacen posible la pastoral en un contexto de crisis, con menos recursos y mayor sacrificio. Eso es Evangelio vivido, es esperar y confiar en el Señor».

El prelado lanzó cuatro desafíos concretos para esta Navidad: no perder la esperanza cristiana –»no un optimismo ingenuo, sino confianza en un Dios fiel»–; fortalecer la fraternidad, recordando las palabras del Papa Francisco: «Nadie se salva solo»; ser signo de cercanía con los pobres afectados por decisiones económicas; y mantener la ética y la honestidad, pues «la dignidad no se negocia».

Culminando, evocó a María y José: «Ellos enfrentaron incertidumbre, desplazamiento y miedo, pero confiaron y dieron espacio a Dios. Que nos enseñen a vivir esta Navidad no desde el miedo ni el individualismo, sino desde la fe y la confianza». Pidió que la semana previa a la Natividad sea «un signo de comunión, consuelo y anticipo del Reino».

La convivencia, incluyó momentos de alegría, fraternidad y comunión, así mismo el Coro de los niños de Goretti compartieron un repertorio de villancicos, hicieron bailar y adorar al Niño Dios a los colaboradores, la jornada culminó con el almuerzo de Navidad anticipando la celebración del nacimiento de Jesús.

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