Ante los avasallamientos, la Iglesia pide a las autoridades buscar una solución para llegar a la Navidad en paz
Prensa CEB 11.12.2022.- Este tercer domingo de adviento y domingo de la alegría, desde la Catedral, el arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue Cesarí pidió a las autoridades que corresponde que, ante los avasallamientos que se viven en nuestro departamento de Santa Cruz, buscar una solución, queremos llegar a la Navidad, encontrando la paz y la unidad verdadera, dijo.
“En este tiempo de adviento, más que prepararnos con las cosas materiales, prepararemos nuestro corazón para nuestro encuentro con el Señor”.
Así mismo señaló que, algunos tal vez están preparándose con los juegos artificiales, con todos los adornos de la casa, y está bien, pero no nos quedemos solamente con eso, sino más bien preparémonos para ese encuentro con el Señor, abramos nuestro corazón, sepamos de que él viene a nosotros, él quiere estar en nuestra vida, no nos quedemos solamente con esta parte de los adornos, sino vivamos interiormente y nos preparemos de esa manera y eso es lo que quiere Jesús, dijo.
“La Iglesia no se inventa cosas, la Iglesia habla lo que Jesús nos ha enseñado, lo que Dios quiere para nosotros, eso es lo que la Iglesia proclama”
A veces para algunos, lo que dice la Iglesia es motivo de freno para algunas ambiciones que tienen, y es ahí donde dicen, que la Iglesia no se meta en esto, que la Iglesia no diga esto, Jesús aquí dice: feliz aquel para quien YO no sea motivo de tropiezo, motivo de escándalo o motivo de frenar algunas ambiciones, feliz aquel que me acepta, así dice Jesús, él quiere que lo aceptemos, sin condiciones.
“Hay que perdonar, no hay otro camino para encontrar una paz verdadera”
De la misma manera el prelado señaló que, Para encontrar una paz verdadera, hay que perdonar, no hay otro camino para encontrar una paz verdadera. De lo contrario si queremos buscar una paz, pero ofreciendo juicios por aquí por allá a aquel que no piense igual que ellos, no es el camino para encontrar una paz.
Homilía del Arzobispo de Santa Cruz, Monseñor René Leigue Cesarí
11-12-2022 – Tercer domingo de Adviento
Hoy tercer domingo de adviento, es el domingo de la alegría, así se lo denomina este domingo, por eso nos ven con este color, parece raro no, este domingo corresponde este color.
Las lecturas que hemos escuchado nos hablan de alegrarse, hay que tener paciencia, pero dentro de esa paciencia, hay que estar alegres, porque ya se acerca el nacimiento de nuestro Salvador. En medio de esta alegría y en medio de este ambiente que estamos viviendo, más que prepararnos con las cosas materiales, tenemos que prepararnos más interiormente, a eso nos incita este tiempo de adviento.
Algunos tal vez están preparándose con los fuegos artificiales, con todos los adornos de la casa, y está bien, pero no nos quedemos solamente con eso, sino más bien preparémonos para ese encuentro con el Señor, abramos nuestro corazón, sepamos de que Él viene a nosotros, Él quiere estar en nuestra vida, no nos quedemos solamente con esta parte de los adornos, sino vivamos interiormente y nos preparemos de esa manera y eso es lo que quiere Jesús.
Juan nos habla que nos preparemos, lo hemos escuchado en el Evangelio, Juan oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo y envió a dos de sus discípulos a preguntarle ¿Eres tú, el que ha de venir? O ¿Debemos seguir esperando a otro? Jesús cuando le hacen una pregunta, no responde directamente, él a veces responde con otra pregunta, como en este caso, no les dice eso a los discípulos de Juan, “Yo soy y aquí he venido, para poner orden”, vengo con autoridad, no responde Jesús de esa manera, ¿Qué les dice a los discípulos de Juan? Vayan a contar a Juan, lo que ustedes han visto y lo que ustedes han oído. Jesús les dice, ustedes han participado de este momento de encuentro, y aquí han visto muchas cosas, yo no les voy a decir, si soy YO el esperado, vayan y díganle a Juan lo que han visto, y ¿Qué es lo que han visto los discípulos? Los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertos resucitan y la buena noticia es anunciada a los pobres, ¿Qué más pruebas quieren? Eso es lo que Jesús hace, y les dice, vayan a comentar eso a Juan, y ustedes saquen conclusiones, si soy YO el esperado o no.
La manera como se presenta Jesús, es muy diferente a aquellos que en su tiempo lo esperaban, cuando se hablaba de un Mesías, esperaban a alguien que iba venir con autoridad, alguien que iba venir para arrasar con aquellos que no lo aceptaban a Dios, para arrasar con aquellos malos y tener una raza pura, donde no haya maldad, sin embargo él viene con objetivo, con algo que es propio de Dios, acercarse al alejado, acercarse al que sufre y es por eso que Jesús les dice; que es lo que ustedes están viendo ahora, los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados, a eso vino Jesús, para estar con aquellos alejados, para ser la voz de aquellos que no tienen vos, para estar con aquellos que sufren, el mismo lo dice en algunos pasajes; yo no he venido por los santos, he venido por los pecadores, no he venido por los que son sanos, he venido por los enfermos, como diciendo de alguna manera los que son sanos ya están bien, pasándola de alguna manera bien, pero aquél enfermo está sufriendo, lo que están en camino hacia la perfección, ya están en camino, pero hay otros que no, son los pecadores y he venido para estar con ellos.
Jesús no vino para buscar a los mejores, los discípulos se van y le comentan todo eso a Juan, y Jesús continúa diciendo; feliz aquél por el que yo no sea motivo de tropiezo, que importante esto. Jesús no viene para ser estorbo de nadie y muchas veces se lo ve así a Jesús, y qué es lo que proclama la Iglesia, la Iglesia no se inventa cosas, la Iglesia habla lo que Jesús nos ha enseñado, lo que Dios quiere para nosotros, eso es lo que la Iglesia dice.
A veces para algunos, lo que dice la Iglesia es motivo de freno para algunas ambiciones que tienen, y es ahí donde dicen, que la Iglesia no se meta en esto, que la Iglesia no diga esto, Jesús aquí dice: feliz aquel para quien YO no sea motivo de tropiezo, motivo de escándalo o motivo de frenar algunas ambiciones, feliz aquel que me acepta, así dice Jesús, él quiere que lo aceptemos, sin condiciones.
Mientras los discípulos regresaban para comentar a Juan lo que habían visto, Jesús sigue preguntándole a la gente ¿Y que fueron ustedes a ver al desierto? Una caña sacudida por el viento, un hombre muy bien vestido con vestimenta cara, que les dice; lo que se visten de esa manera, viven en los palacios de los reyes, entonces para el signo de que lo que han visto, lo que han ido a ver al desierto ya mucha gente lo seguía a Juan, entonces los que han ido a ver han ido al encuentro con Él. Tenía que diferenciar todo esto que Jesús dice: Un hombre que vino, Juan vino para anunciar la venida del Señor, escuchamos el anterior domingo que él gritaba: Conviértanse, conviértanse, enrecten los caminos del Señor. Entonces Jesús dice eso es lo que ha impedido a ver, él un gran profeta y Jesús dice todavía y más que un profeta, Él es aquel de quién está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti, para preparar el camino.
Jesús alaba a Juan, Jesús lo tiene en cuenta a Juan, Jesús le hace notar a la gente de que Él en medio de ellos era una gran persona que vino justamente para llamar a la conversión, para que ese encuentro con Jesús sea una manera diferente y ese Juan sigue hablándonos a nosotros en estos días.
Él es el que nos dice: Conviértanse, prepárense, preparen el camino del Señor. Por eso que yo les decía: Preparémonos, no con tantos fuegos artificiales, no con algo nuevo para estrenar este año, si hay la oportunidad de hacerlo bienvenido, pero puede ser una distracción para nosotros también, para realmente prepararnos para ese encuentro con Dios.
¿Qué es lo que necesitamos hoy en día? Hoy en día donde pareciera que ya habíamos pasado un momento muy difícil después del paro, al menos aquí en Santa Cruz se ve todo eso, parece que hemos pasado esto y entonces encontrábamos algo más de calma, algo más de paz y de hecho algunos han dicho: Porque queremos paz es que hemos buscado una salida. Pero a veces ese buscar la paz, para encontrar una paz verdadera, ¿qué hay que hacer? Hay que perdonar, no hay otro camino para encontrar una paz verdadera. De lo contrario si queremos buscar una paz, pero ofreciendo juicios por aquí por allá a aquel que no piense igual que ellos, no es el camino para encontrar una paz.
No se puede encontrar la paz verdadera si es que realmente no se tiene esa capacidad de perdonar, el perdón es importante en la vida de aquél que realmente cree en Dios, porque también sabemos que aquel que no cree en Dios se mira a sí mismo y va buscando la manera cómo abarcar tantas cosas y cómo deshacerse de aquel que no piense igual que él o que ella.
Entonces encontrar la paz y buscar la paz está en este camino de aceptarlo a Dios en su vida y si lo acepta entonces está llamado al perdón, eso es la Navidad para nosotros. Es llegar a ese encuentro con el Señor, limpio de todo aquello que nos impide acercarnos al otro, que nos impide acercarnos a Dios y ahí está el desafío para nosotros, por eso es que Jesús también habla de Juan que fue un gran profeta, que habló sin miedo, que enfrentó las dificultades que en ese tiempo tenía, pero que el no tuvo miedo para hacerlo.
Eso tenemos que hacer nosotros también, tenemos que convertirnos en ese Juan, que no tengamos miedo de enfrentar las dificultades o de decir las cosas, no para ir en contra de alguien sino para hacer notar aquello que está por el camino equivocado. Y ahí está el problema, aquellos que están por el camino equivocado, muchas veces, no quieren escuchar correcciones.
Pero no podemos salirnos de esto: la Iglesia siempre hace notar aquellas fallas que tenemos, no para ir en contra de nadie, no es oposición de nadie, a veces se la toma así: “la Iglesia es una oposición” No, no se opone a nadie, y si se opondría a algo sería que se opone al mal, eso sí.
Donde hay injusticia, donde hay tantos problemas, la Iglesia se opone a eso, porque ese es el papel que tiene, esa es la esencia de la Iglesia, buscar siempre el bien, buscar el perdón, buscar el bienestar de todos
Jesús sigue hablando de Juan: “ningún hombre es más que juan el bautista nacido de una mujer” Importante que Jesús lo tenía muy en cuenta a Juan, y dice el más pequeño en el Reino de los cielos es más grande que Él. Se refería a Él mismo, que Él vino sin hacer tantas cosas extraordinarias, sin manifestar de lleno su poder, que lo tenía, pues era el Hijo de Dios, el mismo Dios presente en Jesús. Pero el no vino con ese poder para aplastar, deshacer todo. Él mismo lo decía: Yo no he venido para abolir la ley, he venido para darle cumplimiento a lo que ya hay, no he venido para inventarme cosas sino he venido para hacer notar las fallas que hay. Y para nosotros como cristianos que somos, tenemos una ley y bien clara: son los mandamientos, por ejemplo.
En los mandamientos Dios nos da el camino verdadero para seguirlo, si cumplimos los mandamientos, Él dice, con eso cumplen toda la ley de Dios. Creo que tenemos que recordar los mandamientos nosotros como cristianos, son diez mandamientos, pero esos diez mandamientos encierran toda nuestra vida, ahí nos va indicando qué tenemos que hacer y qué es lo que no tenemos que hacer.
Entonces parece que Él dice: el más pequeño en medio de ustedes, es el más grande de todos en el Reino, ese es Dios y si nosotros realmente le escuchamos a Él entonces también estamos para ser esa persona acogida en el Reino de Dios.
Les invito a todos para que pensemos en este domingo: ¿Cómo nos estamos preparando? estamos a muy poco de celebrar la Navidad, estos días hemos vivido unos momentos muy difíciles con los avasallamientos que escuchamos, que eso otra vez provoca reacción, estos problemas que en las calles también, pareciera que ya hemos pasado estos momentos, pero todavía seguimos.
Todos queremos que esto se solucione y de verdad pedimos a las autoridades, a quién le corresponda, poner orden porque hasta ahora no sabemos a quién acudir, no se sabe quién va a poner orden, pero no perdamos la esperanza de que a “alguien” le corresponde.
Y por eso pedimos a aquel que le corresponde poner orden, hacer las cosas bien, que lo haga para que podamos vivir, bajar esa tensión que se está viviendo aquí en la ciudad y como siempre les digo: queremos llegar a la Navidad, que entre todos podamos encontrar la paz y la unidad, ese es el deseo de todos, vivir en paz, vivir en unidad, vivir tranquilos sin estar mirando quien viene y se entre a mi casa y a quién voy a acudir ahora para poder rescatar lo que es mío, es que no podemos continuar de esta manera, no podemos vivir así. Por eso confiamos en que haya alguna autoridad que se manifieste y diga: Esto hay que solucionarlo de esta manera.
Pidámosle a María que ella como madre también acabamos de celebrar la fiesta de nuestra mamita de Cotoca donde ella también nos ha dicho en el lema que tenía, nos ha llamado a escucharnos y caminar juntos, que podamos vivir de esa manera, vivir juntos, escucharnos entre nosotros. Que así sea.
Fuente: https://campanas.iglesiasantacruz.org/