Mons. René Leigue: “Hoy en día hay desesperación de muchos, pidámosle al Señor que nos acompañe, y que sea nuestra fortaleza”
Prensa CEB 03.04.2023.- Este Domingo de Ramos, desde la Catedral el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leiguie Cesarí afirmó “hay desesperación de muchos, pidámosle al Señor para que Él nos acompañe también en esos momentos que pasamos de tristeza, de dolor, de preocupación, que sea el Señor nuestra fortaleza, que sea este Dios Padre que nos acompañe, que nos dé fuerza, que no nos abandone, que esté siempre ahí, somos nosotros a veces los que nos salimos del camino de Dios. Dios está siempre está ahí para ayudarnos, para darnos una mano”, dijo.
La Misa de Domingo de Ramos se celebró en el atrio de la Catedral, los fieles vivieron y acompañaron a nuestro Señor Jesucristo en su pasión y muerte. La misa fue presidia por: Mons.- René Leigue, Arzobispo de Santa Cruz, y concelebrada por; Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo Emérito, el Vicario General, P. Juan Crespo, el Rector de la Catedral, P. Hugo Ara, el P. Osvaldo Peña y los Párrocos de las Parroquias aledañas a la Catedral.
Como signo de comunión con el Arzobispo, en procesión llegaron hasta la Catedral los Párrocos y los fieles las Parroquias del centro; San Roque, San Andrés, La Merced y Jesús Nazareno, para ser parte de esta celebración de Domingo de Ramos.
En la Plaza 24 de Septiembre se colocaron 800 sillas y una pantalla gigante para que los files puedan seguir esta celebración, que marca el inicio de la Semana Santa 2023, memoria viva de los misterios de nuestra redención. Semana “Santa” porque Jesús, por su muerte y resurrección, nos ha abierto el camino a la santidad. Amor, entrega y dolor son las palabras que resaltan en los relatos de los eventos que se subsiguen de manera rápida y traumática en estos días y que culminan con la muerte violenta de Jesús.
En Domingo de Ramos, en la Basílica Menor de San Lorenzo – Catedral, se celebrarán 5 misas, a las 07:00 y 10:00 am, en el Atrio de la Catedral. Posteriormente a las 11:30 am, 18:00 y 19:30 horas, dentro del templo.
Fuente: https://campanas.iglesiasantacruz.org/
Homilía de Mons. René Leigue Cesarí
Arzobispo de Santa Cruz
Domingo de Ramos
¡Dios mío!, ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?
Celebramos hoy esta fiesta de la entrada de Jesús a Jerusalén.
¡Dios mío!, ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Es la frase muy fuerte que hemos escuchado, celebramos hoy esta fiesta de la entrada de Jesús a Jerusalén y lo hemos escuchado en el Evangelio cómo ha entrado, la gente se alegró, muchos de ellos ponían las palmas, telas, todo lo que tenían a la mano para que Jesús pase por ahí.
Los poderosos que no querían saber de Jesús empezaron a buscar testigos falsos porque no tenían argumento de qué acusarlo
Y eso es lo que ustedes están haciendo hoy con sus palmitas, recordando esa entrada de Jesús, o sea al entrar Jesús, uno se imaginaba que iba a ser todo fiesta, pero ahí dentro ya de Jerusalén había mucha gente o grupos de personas, especialmente los poderosos que no querían saber de Jesús y es así donde empezaron a buscar cómo acusarlo, recuerden el evangelio decía empezaron a buscar testigos y a veces testigos falsos, porque no tenían argumento de qué acusarlo.
Lo que Jesús había hecho no era motivo de juicio, no era motivo de condena a muerte.
Lo que Jesús había hecho, no era motivo de juicio, no era motivo de condena a muerte. Y es ahí donde entraban en discusiones: ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo acusamos? Que hacemos para que sea condenado. Y se inventaron cosas, inventándose esto que escuchamos en el Evangelio que Él había dicho que era el Mesías, el Hijo de Dios. Esas frases fueron como las palabras de su condena. ¡Blasfemia!, no podemos aceptar de que este hombre se haga pasar por Dios, después no han encontrado otras palabras para decir: “Esto es lo que dijo”.
Las autoridades no sabían cómo castigar a Jesús
Algunos otros sacaron: “Él ha dicho que destruía el tempo y en tres días lo iba a construir nuevamente”. Otra palabra que sacaron de ahí, esto también es grave y sin embargo Jesús no estaba hablando del templo material como esto (el arzobispo señala a la catedral) sino del templo espiritual, cosa que no le entendían a Jesús y por no entenderlo es que llegó hasta donde llegó: ser crucificado. Las autoridades no sabían cómo castigar a Jesús y es ahí donde viene esta figura de Pilatos, él dice “yo no sé por qué quieren castigarlo, yo no siento alguna culpa en Él”.
Jesús en su condición humana ha sentido el sufrimiento, ha pasado angustia, ha sentido tristeza.
Se lava las manos y dice que “Ustedes lo hagan” como diciendo yo no me meto en esto. Entonces todo esto es lo que Jesús pasó y cuando es crucificado, vienen estas palabras: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado? Esa palabra de dolor de Jesús es la palabra también de nosotros como personas, Jesús en su condición humana ha sentido el dolor, ha sentido el sufrimiento, ha pasado angustia, cuando iba a orar se sentía angustiado, “Siento una tristeza” decía.
Cuántas personas de hoy se sienten abandonadas, acosadas, marginadas, perseguidas, calumniadas.
Él ha vivido lo que nosotros podemos vivir, lo que nosotros podemos experimentar en nuestra vida. Jesús lo experimentó y esta frase que Jesús dijo, pareciera que también sintió que el Padre no estaba con El, pero esta frase es la frase de hoy en día, cuántas personas no dirán lo mismo, se sienten abandonados, se sienten acosado, se sienten marginados, se sienten perseguidos, se sienten calumniados y ¿no será que dicen lo mismo? Dios mío, ¿dónde estás? Dios mío ¿Por qué me has abandonado?
Hoy día se sienten abandonados los papás que claman por sus hijos enfermos, por un familiar acusado injustamente, los profesores en huelga en las calles.
Creo que sigue resonando esa frase hoy en día, entonces nos toca a nosotros también ver qué hacemos, frente a esta realidad que vivimos, ¿Qué hacemos? Donde hay niños hay papás que claman cuando ven a su hijo enfermo, hay familias que lloran cuando ven a un familiar acusado injustamente o que lo llevan a la cárcel injustamente y hoy en día los profesores que están también en las calles, que están en huelga de hambre.
¿Por qué no solucionamos los problemas? Pedimos que hay un diálogo sincero.
Esperemos que esto no se agrande más y sea más problema todavía como pasó en los 36 días de paro, por el censo. ¿Se recuerdan que empezó así también con un día de paro? 48 horas, 72 horas y después los 36 días de paro. Esperemos, yo espero que eso no pase con los profesores, pedimos que haya un diálogo sincero. ¿Por qué no solucionamos con los problemas? Es un problema y hay que escucharse y mediante el diálogo es la única manera que se puede solucionar.
Hoy en día hay desesperación de muchos, pidámosle al Señor que nos acompañe, que sea nuestra fortaleza
Pero esto es lo que pasamos hoy en día, esos gritos que se escuchan, desesperación de muchos. Pidámosle al Señor para que Él nos acompañe también en esos momentos que pasamos de tristeza, de dolor de preocupación que sea el Señor nuestra fortaleza, que sea este Dios Padre que nos acompañe, que nos dé fuerza, que no nos abandone, que está siempre ahí, somos nosotros a veces los que nos salimos del camino de Dios. Dios está siempre ahí para ayudarnos, para darnos una mano.
Pidámosle al Señor por nosotros mismos y por tantas personas para que volvamos al camino correcto.
Confiemos en Él, y que, en esta Semana, empezando hoy la Semana Santa podamos profundizar en esto. Pidámosle al Señor por nosotros mismos para que volvamos al camino correcto y por tantas personas, que a lo mejor son injustas con los demás. Que el Señor nos acompañe y nos bendiga
Que así sea.