Mons. Arana: “Como ciudadanos y como creyentes, todos tenemos derecho a opinar y a denunciar injusticias y desigualdades donde las veamos”
Prensa CEB 25.06.23.- Este domingo 25 de junio, desde la Basílica menor de San Francisco en la ciudad de la Paz, el obispo de la Diócesis de El Alto y Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana, Mons. Giovani Arana, alentó a ser valientes en asumir la dimensión profética de denuncia de las injusticias y anuncio de esperanza.
“Puede ocurrir que quieran intimidarnos en la parroquia, en la comunidad, en el barrio, en la misma sociedad, y busquen que no digamos nada frente a situaciones sociales que vivimos en nuestra Iglesia y en nuestro país y nos manden a callar, desacreditando nuestra palabra; no olvidemos que, como ciudadanos y como creyentes, todos tenemos derecho a opinar y a denunciar injusticias y desigualdades donde las veamos”, sostuvo el obispo.
En su reflexión sobre el Evangelio de Mateo, el Mons. Arana reiteró la invitación de Jesús a no tener miedo frente a las persecuciones y, haciendo alusión a las palabras del Papa Francisco, advirtió: “El miedo es una actitud que nos hace mal, nos debilita, nos empequeñece, e incluso nos paraliza”. Por ello, el obispo motivó a recordar que “la experiencia cristiana se fundamenta, en primer lugar, en el encuentro con Cristo y se alimenta de la escucha de su Palabra para después ser testimoniada con nuestra vida”.
Sínodo de la Sinodalidad
El Mons. Giovani Arana, recordó que la Iglesia está pronta a celebrar el Sínodo sobre sinodalidad, convocado por el Papa Francisco y previsto para el mes de octubre del presente año, alentando la participación de los fieles a partir del Instrumentum laboris (documento de trabajo). Este material será de ayuda para quienes participen en el Sínodo. El obispo pidió rezar por este acontecimiento que marcará un rumbo novedoso en la pastoral de la Iglesia y a tener actitudes sinodales en la vida; caminando juntos, “sin ningún tipo de exclusión, menos discriminación”, en unidad, comunión y misión.
29 de junio Solemnidad de San Pedro y San Pablo
Este 29 de junio se celebra la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, pilares de la Iglesia Católica y también el Día del Papa, con este motivo, el Mons. Arana pidió orar por el Papa Francisco, “quien desde hace 10 años viene guiando la Iglesia, enfrentado situaciones difíciles, pero también compartiendo alegrías”. El obispo destacó las cualidades del Papa Francisco, como el Papa de la reconciliación, inquieto por buscar que la humanidad viva en fraternidad, del lenguaje sencillo, pero profundo, de los detalles que devuelven la dignidad a las personas, del cuidado del medio ambiente, de la alegría, de la sinodalidad, en fin, “el Papa deseado por Dios para este tiempo. A él va nuestro recuerdo y nuestra oración, que el Señor continúe dándole salud y fuerzas para guiar a la Iglesia”, señaló.
Al finalizar su homilía, el obispo animó a no sentir miedo y descubrir que “Dios está siempre a nuestro lado y que desde esa presencia sepamos dar testimonio de nuestro ser cristianos, asumiendo nuestra misión profética donde estemos sin temor, por el contrario, con alegría y creatividad”.
HOMILÍA
DOMINGO XII – TIEMPO ORDINARIO
25 de junio 2023
- Hermanos y hermanas, que Dios los llene de alegría y de paz en la fe, un saludo cordial a cada uno de ustedes que están participando de manera presencial en esta linda Basílica dedicada a San Francisco. Saludamos también con los mismos sentimientos a quienes nos siguen desde diferentes lugares del Bolivia y del mundo; nos hemos reunido el día de hoy como pueblo de Dios para participar de esta celebración en este día domingo dedicado al Señor, queremos que la Palabra del Dios ilumine nuestra vida y que el Cuerpo y la Sangre de Cristo sea nuestro alimento espiritual e impulso misionero.
- Los textos de la liturgia de hoy son una clara invitación a poder enfrentar las dificultades con esperanza, poniendo nuestra confianza en Dios y apartando todo sentimiento de temor. La vida de toda persona está sujeta a situaciones dolorosas, la vida del discípulo de Jesús está también sujeta a situaciones difíciles cuando llevamos nuestra vida cristiana con coherencia y fidelidad frente a lo que Dios nos manda, a lo que Jesús nos enseña cuando somos fieles a su Palabra. Tengan por seguro que no será fácil, porque el Anuncio de la Buena Noticia, que es también denuncia de injusticias, no agrada a todos, especialmente a aquellos que quieren seguir viviendo en la sombra del engaño, de la mentira, del pecado.
- El testimonio de muchos que han buscado vivir en fidelidad la misión recibida de parte de Dios es siempre penosa, y en algunos casos trágica, ya que está marcada por la calumnia, la difamación, la mentira e incluso la persecución injusta acompañada de confabulaciones en su contra. La primera lectura que está tomada del libro del Profeta Jeremías denuncia aquel hecho por el que incluso el mismo Jesús tuvo que pasar. Recordemos que la predicación de Jesús inquietaba y no gustaba a aquellos que se aprovechaban de los pobres, a aquellos que estaban acostumbrados a poner cargas sobre los demás sin siquiera ellos asumir ninguna obligación; la sociedad en la que vivió Jesús era injusta y desigual, en ese contexto su predicación le costó la vida.
- El ministerio de Jeremías se desarrolla también en un ambiente hostil; por un lado, marcado por el sufrimiento de un pueblo frente a la invasión de un imperio y la imposición de leyes que buscaban someterlos, y por otro, la burla que recibía Jeremías; él mismo lo describe al principio de este capítulo, en el versículo 7 dirá: “Yo era motivo de risa todo el día, todos se burlaban de mí” y esto no era lo único, sino vemos cómo esa burla se convirtió en confabulaciones. Dice el texto de hoy: “Oía los rumores de la gente: «¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!» Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída”, y todo esto, porque aquello que denunciaba incomodaba a aquellos que creían tener la verdad absoluta. Uno pensaría que Jeremías decaería en su misión, pero no, él pone su confianza en Dios, en aquel que lo había seducido y, a pesar de esta situación tan dolorosa, es capaz de afirmar: “el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán”. Este acontecimiento en la vida de Jeremías debe ayudarnos a un mayor compromiso con la misión que hemos recibido de Dios, debe ayudarnos a ser mucho más valientes en asumir nuestra dimensión profética de denuncia de las injusticias y anuncio de esperanza. Puede ocurrir que quieran intimidarnos en la parroquia, en la comunidad, en el barrio, en la misma sociedad y busquen que no digamos nada frente a situaciones sociales que vivimos en nuestra Iglesia y en nuestro país y nos manden a callar, desacreditando nuestra palabra; no olvidemos que como ciudadanos y como creyentes todos tenemos derecho a opinar y a denunciar injusticias y desigualdades donde las veamos.
- La segunda lectura de hoy nos habla de la presencia del pecado en nuestra vida y cómo el pecado entró en nuestra realidad humana. Dice san Pablo recordando el relato del Génesis: “Por un solo hombre entró el pecado en el mundo”, haciendo referencia a Adán. Esta afirmación demuestra un aspecto en nuestra existencia que nos debe llenar de esperanza: que, por un lado, el origen del mal no está en Dios, y por otro, que Dios nos creó a imagen suya, sin el pecado, es nuestra desobediencia la que nos lleva a experimentar todo el dolor y sufrimiento que conlleva el pecado; podemos de esto aprender cómo Dios desde los orígenes de nuestra existencia ha buscado que nos alejemos del pecado, por medio de personajes y acontecimientos ha buscado que retornemos y vivamos siempre en gracia, aquella gracia con que fuimos creados y que la perdimos cuando experimentamos el pecado en nuestra vida.
- Por eso, en nuestra vida de cristianos debemos estar atentos a alejarnos del pecado, a luchar contra todo tipo de tentación, debemos aprender a vivir en constante actitud de conversión. Nadie puede decir que el pecado nos trae felicidad, por el contrario, quienes experimentamos el pecado en nuestra vida sabemos que es sufrimiento causado a uno mismo y en muchos casos también sufrimiento causado a los demás. Frente a todo esto recordemos lo que dice el mismo san Pablo: “la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos”, por eso lo debemos recordar siempre, el pecado no tiene la última palabra sobre nuestra existencia.
- No teman, es la invitación que en reiteradas oportunidades nos hace Jesús en el evangelio de hoy, recordemos que también fue la invitación que Jesús hizo después de resucitar. En esta oportunidad, el evangelista Mateo nos transmite este texto que lo podemos poner bajo un trasfondo de la misión, recordemos que Jesús elige a los doce, les advierte sobre persecuciones y los anima con estas palabras: “no tengan miedo”. En una oportunidad el Papa Francisco nos advertía: “El miedo es una actitud que nos hace mal, nos debilita, nos empequeñece, e incluso nos paraliza”, tener miedo significa no reconocer la presencia de Dios en nuestra vida, es desentenderse de la misión que hemos recibido de parte de Dios, el miedo hace que nos encerremos en nosotros mismos y no seamos capaces de mirar más allá de nuestros problemas, y todo eso nos paraliza, nos vuelve indiferentes ante todo, nada nos conmueve.
- Por eso Jesús, después de pedirnos no tener miedo, nos dirá: “Lo que yo les digo…repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas”. La experiencia cristiana se fundamenta, en primer lugar, en el encuentro con Cristo y se alimenta de la escucha de su Palabra para después ser testimoniada con nuestra vida; es el Señor que nos habla al oído y quiere que aquella Palabra que se nos dirige sea proclamada, sea testimoniada, por eso será importante para todo cristiano el tener la capacidad de no solo escuchar la voz de Dios, sino de poner en práctica aquello que escucha, ahí está lo difícil y desafiante de ser cristiano, porque poner en práctica significa vivir una vida coherente, que desafíe una cultura y sociedad que va en contra corriente con lo que nos enseña el Evangelio. Frente a eso se nos vuelve a decir: “no teman”.
- Como saben, estamos en preparación a celebrar en el mes de octubre, el Sínodo sobre sinodalidad convocado por el Papa Francisco; en ese sentido, la semana pasada se ha publicado el Instrumentum laboris, este material será de ayuda para quienes participen en el Sínodo. No son ya temas resueltos, sino que se presentan algunas ideas recogidas en la etapa de consulta y que son propuestas para su reflexión y debate, toca a notros quienes no participaremos directamente, por un lado, rezar por este acontecimiento que marcará un rumbo novedoso en la pastoral de la Iglesia, pero además estamos en la obligación de comenzar a crear algunas actitudes, por así decir, sinodales en nuestra vida particular y en nuestra vida como Iglesia, eso significa comenzar a ser cristianos e Iglesia que escucha, que escucha, por un lado, la Palabra de Dios, por otro, al Espíritu Santo, y por último, que escucha la realidad. Otra actitud a cultivar es la participación, debemos ser cristianos e Iglesia que motivemos a la participación de todos, especialmente de aquellos alejados de la Iglesia; este aspecto es de suma importancia, ya que nos permite caminar juntos, y por lógica, un camino de todos, sin ningún tipo de exclusión, menos discriminación. Otra actitud es la unidad, no podemos pensar caminar por separado, cada uno por su lado, debemos vivir lo que somos, Cuerpo de Cristo; es por eso que la unión, la comunión es importante para ser Iglesia Sinodal. Y por último, sin excluir otras actitudes, debemos reavivar nuestro ser misioneros; es impensable una Iglesia sinodal que no sea misionera, la sinodalidad empuja a la misión y la misión nos hace sinodales.
- Este 29 de junio celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo, dos santos que son realmente pilares de nuestra Iglesia. Su impulso misionero, su celo pastoral y la acción del Espíritu Santo han colaborado a que la Iglesia se organice y sea la institución que es ahora. Es, además, el 29 de junio Día del Papa, por eso nuestro recuerdo y oración por el Papa Francisco, quien desde hace 10 años viene guiando la Iglesia, enfrentado situaciones difíciles, pero también compartiendo alegrías. Nos podemos atrever a decir que es el Papa de la reconciliación, inquieto por buscar que la humanidad viva en fraternidad; el Papa del lenguaje sencillo, pero profundo, de los detalles que devuelven la dignidad a las personas; el Papa del cuidado del medio ambiente; el Papa de la alegría; el Papa de la sinodalidad, en fin, el Papa deseado por Dios para este tiempo. A él va nuestro recuerdo y nuestra oración, que el Señor continúe dándole salud y fuerzas para guiar a la Iglesia.
- Que la Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra, interceda por todos nosotros, que su ejemplo de valentía nos anime a no sentir miedo, a descubrir que Dios está siempre a nuestro lado y que desde esa presencia sepamos dar testimonio de nuestro ser cristianos, asumiendo nuestra misión profética donde estemos sin temor, por el contrario, con alegría y creatividad.