Mons. Arana: El recuerdo de Mons. Eugenio Scarpellini se convierte en compromiso sincero a vivir nuestra vida marcada por la pasión misionera
Prensa CEB 14.07.2023.- Este viernes 14 de julio, se celebró la Eucaristía en conmemoración de los tres años de partida a la casa del Padre de Mons. Eugenio Scarpellini. La misa fue presidida por Mons. Giovani Arana, obispo de la Diócesis de El Alto y Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana, quien destacó la personalidad distintiva de Mons. Eugenio, invitando a que su recuerdo sea un compromiso sincero de tener una vida marcada por la misión, siendo realmente buenos anunciadores de la Buena Noticia.
En la ocasión, el obispo recordó el año 2020 como un período especialmente difícil para muchas personas y familias, con la presencia del virus que marcó y se llevó la vida de muchos seres queridos.
El jueves 9 de julio de aquel año, fue cuando se diagnosticó que Mons. Eugenio era portador de COVID 19, y desde entonces Mons. Eugenio mostró una actitud positiva y valiente para enfrentar esos días difíciles, hasta el día 13 de julio, cuando muchos lo vieron por última vez celebrando la Eucaristía transmitida por redes sociales, para después sorprendernos con su fallecimiento, el 15 de julio de 2020.
Recordando a Mons. Eugenio Scarpellini desde la dimensión de la Misión
El obispo subrayó la actitud amable y servicial de Mons. Eugenio, su preocupación por la realidad del país y su labor misionera como aspectos destacados de su vida, esperando que sea posible seguir este ejemplo.
La Eucaristía celebrada tomó las lecturas de “la Misa de Evangelización de los Pueblos”. Que en la primera lectura narra cómo las primeras comunidades en los comienzos de la Iglesia realizaban su labor evangelizadora venciendo la persecución.
Ante esto, Mons. Arana dijo que la tarea misionera no está exenta de dificultades, pero si la vivimos con el Señor todo se supera. “Mons. Eugenio tuvo que enfrentar obstáculos… que se convirtieron en pasión por el Evangelio”, afirmó.
Cualidades de un misionero
En su reflexión sobre las lecturas y la vida misionera de Mons. Scarpellini, el obispo enseñó que las cualidades de un misionero consisten en ser bondadoso, estar lleno del Espíritu Santo y tener fe.
Hombre bondadoso
Mons. Arana explicó que ser misionero implica prolongar la misión de Jesús, manifestando el amor y la misericordia de Dios hacia los demás: “Por eso lo opuesto a la misión o al espíritu misionero, es el autoritarismo a falta de respeto a los demás, el maltrato, la prepotencia.
El Misionero esta llamado a ser bondadoso, a cuidar de los demás, a preocuparse de las necesidades de los demás, a no caer en la indiferencia frente al dolor y la necesidad del otro. Monseñor Eugenio fue también mi ejemplo en eso”.
Misionero lleno del Espíritu Santo
Exige tener una gran capacidad de discernimiento, de saber que es lo que Dios nos pide: “Saber interpretar aquello que el Espíritu Santo nos exige, nos pide. Así como monseñor Eugenio tuvo esa gran capacidad de trabajar incansablemente en este don iba haciendo la voluntad de Dios. Esta actitud de discernimiento exige además tener una capacidad de escucha o, mejor dicho, una doble capacidad de escucha. Por un lado, la escucha de la Palabra de Dios y, por otro, la capacidad de saber escuchar la realidad en la que vivimos”.
El Misionero debe ser hombre de fe
“No olvidemos que anunciamos no un proyecto humano, sino el sueño de Dios, el proyecto de Dios de un Reino nuevo. Anunciamos la Buena Noticia”, afirmó el obispo, alentando a cumplir con la misión que hemos recibido en el bautismo.
Mons. Arana expresó su agradecimiento a la Diócesis de Bérgamo por haber donado a Mons. Eugenio a Bolivia y animó a todos los presentes a vivir su vida marcada por la pasión misionera: “Que su recuerdo se convierte en compromiso sincero a vivir nuestra vida marcada por la pasión misionera que desde donde nos toca la familia, el trabajo, el grupo de amigos, la parroquia, seamos realmente buenos anunciadores de la Buena Noticia”.
Al concluir su homilía, el obispo Arana encomendó a la Virgen María en la advocación de la Mamita de Copacabana, a quien Mons. Eugenio tenía una gran devoción, pidiendo su intercesión por todos los presentes y recordando con cariño a Mons. Eugenio Scarpellini, quien permanece en la memoria de todos como un ejemplo de fe y entrega; “Ella interceda por nuestro amigo y Pastor monseñor Eugenio. Que Dios lo tenga en su gloria. Amén”, finalizó.