Mons. Reimann: “Que nuestro sí a la Palabra de Dios, sea el mejor aporte para la restauración del templo vivo de Dios que somos”
Prensa CEB 05.09.2023.- El Mons. Antonio Reimann, obispo del Vicariato Apostólico de Ñuflo de Chávez, en su mensaje para este mes de septiembre, alienta a la lectura de la Palabra de Dios para comprender mejor la luz que nos habita y “ser capaces de vencer toda tiniebla, todo miedo, toda duda, porque es la fuerza de Jesús resucitado hecho don en el Espíritu”.
El obispo comparte una narración sobre la refacción de la Iglesia Catedral para vislumbrar que “que nuestro sí a la Palabra de Dios, a la vida eucarística en nuestras familias, a la reconciliación con Dios y con los hermanos, a la caridad y solidaridad con los hermanos vulnerables, sea el mejor aporte para la restauración del templo vivo de Dios que somos”.
DIOS ES LUZ, DIOS ES AMOR
Estimados Hermanos y Hermanas,
Al inicio de este prólogo de septiembre, mes de la Biblia, les comparto un mensaje que me envió el Ing. David Vargas, responsable del trabajo de cambio del sistema de iluminación y sonido en nuestra Iglesia Catedral, me comunicaba lo siguiente: “La instalación eléctrica de la Catedral data más de 40 años. Desde ese tiempo, se han hecho muchas refacciones y mantenimientos parciales de la instalación, pero hasta ahora no se ha logrado hacer una refacción eléctrica general completa. Por ser una herencia cultural de las Reducciones Jesuíticas, y declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, resultaba urgente revisar y sustituir la instalación eléctrica para evitar riesgos en la Catedral por cortocircuitos, debidos a la sobrecarga.
Asimismo, la instalación de sonido de la Catedral tiene ya bastantes años y presenta una serie de problemas técnicos que dificultan el poder apreciar, en la dimensión y calidad que debe tener, la transmisión de la música y los mensajes verbales”.
Somos templos vivos de Dios
Para tomar consciencia que no solo una construcción, como nuestra Iglesia Catedral precisan de mantenimiento, sino también cada persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios (cf. Gen 1,26), les invito a meditar algunos textos bíblicos:
“Para mis pies, antorcha es tu palabra, luz para mi sendero” (Sal 119,105).
“Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad” (Jn 8,12).
“Dios es luz, y que en él no hay ninguna oscuridad” (1Jn 1,5-7).
“¿No saben que su cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que Dios les ha dado, y que el Espíritu vive en ustedes?” (1Cor 6,19-20).
Queridos Hermanos y Hermanas
A la luz de esta Palabra de Dios comprendemos mejor, que gracias a la luz que nos habita somos capaces de vencer toda tiniebla, todo miedo, toda duda, porque es la fuerza de Jesús resucitado hecho don en el Espíritu.
Desde el descubrimiento, no sólo personal, sino en comunidad de fe, de que ser luz en el mundo define nuestra identidad como Iglesia, podemos preguntarnos: ¿Qué hemos hecho con la pequeña luz de la vela encendida en el cirio pascual, que nos entregaron los padres y padrinos en nuestro bautismo? ¿Qué hemos hecho de la hoguera que en -repetidas ocasiones- el Espíritu ha prendido en nosotros invitándonos al seguimiento? ¿Qué hemos hecho de la Luz en medio de una multitud de hermanos que busca a tientas, perdidos en la oscuridad y con deseos de plenitud radiante?
Unidos a Jesús, anunciemos el Evangelio
Teniendo en cuenta que la Palabra de Dios es la Luz, que nos hace ver la Luz (cf. Sal 35,10), la Iglesia que peregrina en Bolivia, nos invita a todos a celebrar el Mes de la Biblia. Este año con lema: “Unidos a Jesús, anunciemos el Evangelio”. Aprovechemos los temas elaborados para este fin, que nos ha hecho llegar el P. Juan Baran, responsable por la Animación Bíblica de la Pastoral en nuestro Vicariato Apostólico.
Estoy convencido, que vale la pena preocuparse no solamente por una Iglesia de material, como la Iglesia Catedral de Concepción, sino también, poner todo el esfuerzo para devolver a este templo vivo que somos el resplandor original del Espíritu del Señor. El actúa de manera admirable en el sacramento de reconciliación (cfr. Jn 20,19-23) y hace desvanecer las oscuridades de egoísmo, corrupción, maltrato, violencia familiar, causadas por el pecado personal y por las estructuras del pecado. El papa S. Juan Pablo II decía: “Para combatir el pecado que anida dentro de nosotros y en nuestro entorno, debemos seguir los pasos de Jesús y aprender el gusto del ‘sí’ que él dijo continuamente al proyecto de amor del Padre” (Audiencia General, agosto 1999).
Que nuestro sí a la Palabra de Dios, a la vida eucarística en nuestras familias, a la reconciliación con Dios y con los hermanos, a la caridad y solidaridad con los hermanos vulnerables, sea el mejor aporte para la restauración del templo vivo de Dios que somos.
Unidos a Jesús, con la ayuda del Espíritu Santo, anunciemos la alegría del Evangelio, promoviendo la comunión, la participación y la misión de todos los bautizados. Este será también el desafío del próximo Sínodo de la Iglesia, que se llevará a cabo del 4 al 29 de octubre en Roma, al cual acompañemos con nuestras oraciones y buenas obras.
Por intercesión de María Inmaculada, Madre de la Palabra, les bendigo y acompaño,
+Antonio Bonifacio Reimann, OFM
Concepción, 1 de septiembre de 2023