Mons. Aurelio Pesoa: “Todos somos responsables de la ruina y destrucción de la casa común”
Prensa CEB 29.10.23.- Desde la Catedral de la Santísima Trinidad, el Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM, obispo del Vicariato Apostólico del Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), reflexionó este domingo sobre los incendios en el país, la falta de respeto a la Madre Tierra y la destrucción de la casa común: “Ojalá entendiéramos que la tierra ama la reciprocidad, pero teme la codicia del hombre. La tierra ama nuestras pisadas, pero teme las manos que destruyen”.
En su homilía, el obispo dijo que Dios manifiesta desde el principio que está al lado del indefenso, “en la persona de la viuda, del huérfano y el migrante”. “Dios escucha siempre a quien lo invoca de corazón”, y en la Alianza, Dios se presenta como el único garante de la justicia.
En su reflexión sobre el Evangelio de san Mateo 22, 34-40, el Mons. Pesoa se refirió al amor al prójimo, aclaró que los dos mandamientos, amor a Dios y amor al prójimo, son los pilares de la Ley. El obispo dijo que “el ser humano, en su caminar, ha ido perdiendo el valor del respeto y amor a Dios y por supuesto el respeto y amor al prójimo, y esta pérdida de los valores cristianos y humanos se manifiesta en las muchas actitudes, tales como las injusticias, el egoísmo, la avaricia, la maldad, el desprecio del otro, la dureza de corazón para el perdón, la discriminación y tantos otros”.
La autoridad eclesial lamentó que, así como se pierde el respeto a Dios y al ser humano, se pierde el respeto a la naturaleza, la casa común: “Nuestro país no está exento de esta actitud, las personas se creen, muchas veces, dueño y señor de lo creado, disponiendo a su gusto y antojo y con mucha codicia de aquello que no les pertenece. No hay que ir muy lejos para ver los avasallamientos e incendios en estas semanas en varios departamentos del país; tanto se habla del respeto a la Madre Tierra, pero la estamos asando a la Madre Tierra”.
El obispo dijo que todos somos responsables por la destrucción de la casa común, y haciendo alusión a las palabras del Papa Francisco subrayó: “Dios perdona siempre, el hombre algunas veces, pero la naturaleza no perdona nunca. Por eso es importante que comencemos a cuidar con responsabilidad y dedicación nuestra casa común”.
Al concluir su homilía, el Vicario Apostólico del Beni pidió que resuene este mandamiento de Jesucristo: “Ámense como yo los he amado”. “El mundo de ayer como hoy necesita no solo testigos de la Palabra, sino testigos con las obras concretas”, remarcó y recordó que Dios reprueba toda forma de abuso y explotación del otro, “que no es correcto decir que se ama a Dios, si no ama al prójimo”.