Monseñor Pesoa: Debemos acercarnos a Dios para curar las enfermedades modernas, como las injusticias y abuso de poder
Prensa CEB 11..2024.- Monseñor Aurelio Pesoa Ribera OFM, Obispo del Vicariato Apostólico del Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana exhortó hoy en la homilía celebrada en la Catedral de la Santísima Trinidad acercarnos a Dios para curar las “enfermedades modernas” que padecen nuestro país, como las injusticias y el abuso de poder.
“Por eso queridos hermanos busquemos ser sanados de las enfermedades modernas que dañan a muchos hermanos en nuestro país, enfermedades modernas como son la mentira, las injusticias, la discriminación, la falta de salud o el abuso de poder, que se han vuelto como el pan de cada día…”, pidió Monseñor Pesoa.
En ese sentido dijo que es necesario que como el leproso se acercó a Jesús para ser sanado, como cita el evangelio de San Marcos, de la misma forma todos deben acercarse a Dios. “Nosotros debemos hacer como el leproso, acercarnos a Dios si queremos ser salvados de las tantas enfermedades que padecemos y que padece nuestro país, nuestras ciudades y nuestros pueblos”.
Transmitió que Jesús expresa su compasión por el sufrimiento de los más pobres. “Jesús es el que libera a los pobres con sus obras, nos enseña la sensibilidad ante la necesidad sentida del prójimo”
Monseñor Pesoa cuestionó en referencia al pasaje del evangelio del leproso ( Ms 1, 40-45 ) en estos tiempos ¿quiénes son los marginados de nuestra sociedad?, “Quizás en este tiempo como en otros son los ancianos, que son olvidados en las casas o asilos, o quizás los niños que no tienen acceso a una buena educación o a un hogar digno, o quizás los niños que son asesinados en el vientre materno antes de nacer, o aquellos que padecen enfermedades que no se pueden curar fácilmente, ellos son los marginados y descartados en nuestros tiempos”.
Reflexionó que mucho se habla de la pobreza y de los pobres, pero poco se hace para remediar este mal. “Por eso los católicos no deben olvidar que en todo momento Dios le reclama el testimonio verdadero de la vida… no es la enfermedad solamente la que causa la impureza, sino las actitudes del ser humano que salen desde adentro, y que van en contra del mismo ser humano…Por eso hagamos de nuestra vida una vida sensible, de verdad para con los otros…”, reflexionó.