25
Feb

“En esta cuaresma, debemos dejarnos envolver con la nube luminosa, para celebrar la Semana Santa, llenos del Espíritu Santo, no con la mediocridad, engañándonos nosotros mismos” exhorta Monseñor Pascual Limachi

Prensa 25.2.2024.- Monseñor Pascual Limachi, Obispo de la Prelatura de Corocoro, en la eucaristía de hoy celebrada en la Basílica Menor de San Francisco exhortó a los fieles en esta Cuaresma, prepararse para que llenos del Espíritu Santo reciban la Semana Santa, escuchando la voz de Dios, dejando de lado los egos.

“En esta cuaresma, debemos dejarnos envolver con la nube luminosa, para celebrar bien la semana Santa, llenos del Espíritu Santo, no con la mediocridad que en momentos sólo nos hace caer en ciertos ritos, engañándonos nosotros mismos, creyendo que hemos celebrado la Semana Santa, pero sin el Espíritu Santo. No hemos escuchado la voz de Dios, no ha habido una verdadera transfiguración”, transmitió en la homilía.

Citó los evangelios de Génesis en el pasaje donde Abraham sube a la montaña para sacrificar a su hijo Isaac, y San Marcos en el de la transfiguración de Jesús.  “Ambos pasajes bíblicos tienen que ver mucho con la cuaresma, porque Isaac hijo de Abraham va a ser sacrificado como un cordero sobre el altar, lo mismo que Jesús fue crucificado y ofrecido en sacrificio por el Padre para la salvación de los hombres”.

En la segunda lectura, para los apóstoles la transfiguración es como un anticipo del cielo, al ver a Jesús de esa forma, compartió. “San Pedro escribe más tarde: nosotros estuvimos con el Señor en la montaña y lo hemos visto transfigurado”.

En este sentido, señaló que, como buenos seguidores de Jesús, la cuaresma debe ser “un subir a ese monte tan alto, el calvario”. “Que la mayoría no logra llegar, pero el que llega va a tener como los apóstoles una experiencia profunda, ver un Jesús resucitado, porque para eso nos preparamos en cuaresma, la transfiguración viene después de la subida al monte y permanecer en la oración”.

Enfatizó que los creyentes en estos tiempos deben oír la voz del Padre como hicieron los apóstoles, y discernir la voz del consumismo, del diablo y de nuestro ego.

“Muchas veces nosotros entristecemos al Espíritu, cuando nos dejamos llevar en la vida con la mundanidad, o sea con las cosas del mundo, es decir cuando el Espíritu no logra actuar como él quisiera”, agregó.

Por eso, recalcó que es importante oír la voz de Dios, “cuando escuchamos la voz del Padre, que nos indica, qué quiere de nosotros y cuál es el camino a seguir para nosotros”.

Texto: Esther Rojas-Periodista CEB

Author