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En Solemne Misa Crismal, el Nuncio Apostólico para Bolivia Fermín Emilio Sosa exhortó a los sacerdotes, vivir su consagración a Cristo con plenitud, autenticidad, coraje y valentía

Prensa CEB 29.3.2024.- En la Solemne Misa Crismal, celebrada ayer en la Catedral Metropolitana Nuestra Señora de La Paz, el Nuncio para Bolivia Mons. Fermín Emilio Sosa exhortó a los sacerdotes a vivir plenamente su consagración a Cristo, con autenticidad, coraje y valentía; luego procedió a la consagración del Santo Crisma y de los Óleos Sagrados.   

“Queridos hermanos, obispos, sacerdotes, religiosas, y laicos vivamos plenamente nuestra consagración a Cristo, con autenticidad, sin medias tintas, sino con coraje y valentía, diciendo con nuestra vida que vivir en Cristo, si se puede”, reflexionó en la homilía Mons. Sosa.

La celebración de la eucaristía para la renovación de las promesas sacerdotales contó con la asistencia de las autoridades eclesiásticas del Arzobispado de La Paz, la Diócesis de Coroico y la Prelatura de Corocoro.

Monseñor Sosa transmitió el saludo y bendiciones del Papa Francisco a los asistentes, a tiempo de decir a los sacerdotes, que en esta ocasión especial, confirman su adhesión a Dios y a la Iglesia Católica, manifestándola a través de la renovación de sus promesas sacerdotales.

“Estamos llamados a ser levadura del Señor, como decía San Francisco de Asís: Señor hazme un instrumento de tu paz, que donde haya odio yo ponga el amor, donde haya ofensa yo ponga perdón, donde haya discordia, ponga yo unión”.

“Queridos hermanos, Dios a través del Sacerdocio Ministerial, nos dirige, nos conforta, nos ayuda a seguir luchando contra el mal, para hacer presente el Reino de Cristo en la Tierra. Hoy es Jueves Santo y vamos a celebrar la institución de la eucarística y del sacerdocio ministerial; a todos mis hermanos sacerdotes, uniéndome al Papa Francisco, doy gracias por su sacerdocio, por sus corazones abiertos y dóciles, gracias por sus fatigas y sus lágrimas, gracias por llevar la misericordia de Dios a los hermanos y hermanas de nuestro tiempo”, compartió.  

Recordó a los presbíteros que el Señor los ungió para ser ese bálsamo en la herida y vivir en armonía, los unos con los otros.

Se refirió a la lectura del evangelio de Isaías. “Hoy la primera lectura nos habla sobre la misión del Profeta, una misión concreta y especifica que no viene conferida por ningún hombre, sino por Dios mismo. El Espíritu del Señor esta sobre mí, es Dios quien es la fuente primaria del envío a la misión, una misión divina que repercute en la humanidad de cada hombre y mujer”.

“El Profeta será llamado Sacerdote del Señor, y ministros de nuestro Dios.  Desde nuestro bautizo todos hemos sido llamados a ser profetas de Dios, con Cristo la Antigua Alianza queda superada por el sacrificio de Cristo en la Nueva Alianza, quien al darse por nosotros nos ha liberado de nuestros pecados con su sangre, y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios, su Padre”, señaló.

Monseñor Sosa procedió a la consagración del Crisma y la bendición de los Óleos.  “Hoy vamos a bendecir los aceites sagrados que santifican y vivifican, ya que Cristo se manifiesta a través de ellos. Cuando nos bautizan nos consagran como profetas, sacerdotes y reyes, con las mismas cualidades con las que fue consagrado Cristo por el Padre”.

“Somos todos hijos de Dios y con esta capacidad debemos de vivir nuestro bautismo día a día, en plenitud contando siempre con Cristo, es en las actividades diarias que damos gracias a Dios, a través de nuestro testimonio de vida cristiana”, indicó.
Texto: Esther Rojas – Periodista CEB
Fotos: Prensa CEB 

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