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Mons. Fernando Bascopé motivó a los Colaboradores de la CEB a dar testimonio de amor verdadero

Prensa CEB 07. 06.24.- En la Eucaristía mensual de Colaboradores de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), celebrada este viernes 7 de junio y presidida por el Mons. Fernando Bascopé, Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Ignacio de Velasco y Presidente del Área de Educación, se reflexionó sobre el Evangelio de Juan 19,31-37, conocido con el título: “Para que se cumpliera la Sagrada escritura”.

El Mons. Bascopé comenzó con la ambientación, dijo que es crucial para comprender el escenario del Calvario, donde se encuentra la Cruz, la Virgen María, Juan, y los soldados presentes que contemplaran el corazón traspasado de Jesús.

Citando la Sagrada Escritura, el Mons. Fernando Bascopé explicó que Jesús fue crucificado fuera de las murallas de Jerusalén, en cumplimiento de la Escritura que dice: “Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de las murallas de Jerusalén”.

La presencia en el Calvario

El Obispo subrayó la presencia de María y Juan al pie de la Cruz. “Estaba al pie de la cruz María y el discípulo a quien Jesús amaba”, citó, y haciendo un paralelo con las bodas de Caná, señaló que “allí estaba la madre del Señor”, esta presencia, explicó, es una respuesta a la llamada de Dios y no a la iniciativa humana: “la Virgen y Juan estaban respondiendo a una llamada”.

La atracción del amor Divino

El prelado habló sobre cómo Dios nos atrae con amor, no con fuerza ni por obligación: “El Señor en realidad tiene la iniciativa de atraernos hacia Él”,  dijo, y citando a San Francisco de Sales, en el libro “Tratado del amor de Dios”, señaló: “El amor no tiene fuerza ni esclavos, sino que reduce todos los esfuerzos bajo la atracción de la belleza del amor”.

El Mons. Bascopé enseñó que Jesús murió fuera del campamento para que su muerte no se contamine con cuestiones mundanas: “Cristo muere fuera de las murallas para que esta acción del amor de Dios no se contamine con cuestiones políticas, sociales, inclusive religiosas”, este acto de amor puro, fuera del campamento para que se distinga el “amorcito humano” del amor caridad que es del Sagrado Corazón de Jesús.

El testimonio del amor verdadero

Citando nuevamente a San Francisco de Sales, el Obispo dijo: “Cuando vuestra voluntad ha encontrado a Dios, descansa en él y siente una suave complacencia, tiene el deseo de amar y el amor del deseo”, y agregó que “todo amor que no se origina en la pasión del Salvador es frívolo y peligroso”, de esta manera, motivó a “morir a todo amor mundano para vivir solo del amor de Jesús, vivir de su amor”.

Al concluir, el Mons. Fernando Bascopé motivó a los Colaboradores de la CEB a dar testimonio de amor verdadero, como el testimonio de María y Juan, quienes fueron atraídos por el amor divino: “Dios sea quien llene nuestros corazones con ese su verdadero amor caridad que desciende del cielo”.

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