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Mons. Aurelio Pesoa: “La Iglesia no teme hablar la verdad, aunque muchas veces no se la acepte”

Prensa CEB 07.07.24.- Desde la Catedral Santísima Trinidad, en Beni, el Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM, Obispo del Vicariato Apostólico del Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), en su reflexión dominical, llamó a los creyentes a dar testimonio de Cristo y hacer de su enseñanza la guía de nuestra vida en todo lo que decimos y hacemos. “La Iglesia de hoy, en el mundo y en nuestro país, sigue predicando a Jesús el Mesías, aunque muchas veces no se quiera escuchar, ella seguirá anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios, ella tiene algo que decir, aunque no guste, y más aún cuando tiene que testimoniar con la vida, en tiempos difíciles”, afirmó.

El Obispo explicó que Jesús, al igual que los profetas de Antiguo Testamento, es rechazado por su propio pueblo y por los suyos, “se mira solo lo que se quiere ver”, dijo, y enseñó que “el auténtico discípulo toca y mira al Mesías para pedir el don de la conversión y hacer la voluntad del Padre”.

En su reflexión sobre el Evangelio de san Marcos (Mc 6, 1-6), la autoridad eclesial dijo que “para los discípulos que acompañaban a Jesús era complicado creer lo que veían; al mismo tiempo la sorpresa de Jesús por la falta de fe de aquellos que él había escogido”.

El Mons. Pesoa manifestó que hoy como ayer, “Jesús, el Hijo de Dios, sigue llamando a hombres y mujeres en cualquier estado de vida, que dejando las cosas que no son esenciales para la vida se comprometan con la causa de Dios y del Evangelio; que tomando el arado, no miren atrás, sino que entreguen su vida en la construcción de un mundo nuevo, donde reine la justicias, la igualdad, el diálogo y la paz entre todos los seres humanos; porque mientras exista la injusticia no habrá paz”.

El Presidente de la CEB dijo que “no hacer lo que nos manda Dios sería como repetir lo que sucede en algunas posturas humanas, políticas e ideológicas, en donde no se admite que otros piensen de manera distinta”.

“¿Estamos dispuestos a aceptar en nuestra vida la exigencia para ser verdaderos discípulos?”, preguntó el Mons. Pesoa, y aseguró que la exigencia y la decisión de seguir a Jesús consiste en mirar siempre adelante, con plena confianza en Dios. Pidió que “el Señor ilumine y fortalezca para saber discernir y elegir de manera que nuestro testimonio sea creíble”.

“El seguimiento a Jesús es una invitación, un don de Dios, que exige una respuesta sin retacear la vida, porque marginar, excluir o eliminar al otro nunca será de cristianos. Solo con el amor, que es la causa de Jesús, podremos avanzar en el seguimiento cercano de aquel que nos amó primero y sin condiciones”, señaló y añadió: “Seguir a Jesús compromete, seguir a Jesús no es huir del mundo o rememorar el pasado o seguir la corriente de moda, cualquiera sea esta. Seguir a Jesús es vivir con el espíritu que le animó a Él, es decir, tener y vivir con el mismo espíritu salvador y liberador de Jesús en este mundo en donde existe el egoísmo y la maldad”.

El obispo llamó a los fieles a ser misioneros de Cristo, convencidos del mensaje de la Buena Nueva, y a vivir de acuerdo con la enseñanza de Jesús en todo lo que decimos y hacemos: “Tal vez los cristianos de hoy hemos olvidado nuestro ser creyente y nos hemos instalado en la sociedad, en una sociedad que parece conocer a Cristo, parece creer en Cristo, pero realmente no le conoce ni le sigue porque nosotros no lo anunciamos, no hablamos de Él, no damos testimonio de Él; a veces, hasta pareciera que nos avergonzamos de ser católicos”.

“En general, los bolivianos somos cristianos, incluso la mayoría somos católicos y es verdad a nivel de estadísticas. Un seguidor de Cristo es un misionero de Cristo, es alguien convencido del mensaje o de la Buena Nueva de Cristo”, remarcó la autoridad eclesial, y continuó su homilía asegurando que “no basta con tener un certificado de bautismo, hace falta mucho más que eso, hace falta haber hecho de Cristo y de su enseñanza la guía de nuestra vida en todo lo que decimos y hacemos”.

“La Iglesia no teme hablar la verdad, aunque muchas veces no se la acepte. Dice el refrán: ‘Las verdades no pecan, pero incomodan’, y en ciertos casos no sólo incomodan, sino enfurecen, ni modo; ella recibió la misión de ser profeta de aquel que dijo: ‘Yo soy en camino, la verdad y la vida’”, puntualizó el Obispo Pesoa, recordando la misión de la Iglesia y remarcó que la Iglesia de hoy sigue predicando a Jesús el Mesías y seguirá anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios: “Ella tiene algo que decir, aunque no guste, y más aún cuando tiene que testimoniar con la vida, en tiempos difíciles, como dice San Pablo: ‘Más bien me gloriaré de todo corazón en mis debilidades, para que resida en mí el poder de Cristo… porque cuando soy débil, entonces soy fuerte’”, finalizó.

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