Mons. Eugenio Coter: “El Señor es capaz de quitar el hambre de los corazones vacíos”
Prensa CEB 28.07.24.- Este 28 de julio, desde la catedral Nuestra Señora del Carmen, en Riberalta, el Obispo del Vicariato Apostólico de Pando, Mons. Eugenio Coter, en su reflexión dominical recogió la enseñanza del Evangelio de Juan, y pidió a los fieles entrar en la lógica de la solidaridad y estar con el corazón abierto a Jesús, que es capaz de quitar el hambre de los corazones vacíos.
El Mons. Coter reflexionó sobre el milagro de la multiplicación de los panes, que “no es simplemente un milagro, sino un hecho que quiere enseñarnos”. Relató cómo Jesús, al ser confrontado con la necesidad de alimentar a una multitud, hace un llamado a la solidaridad a través del ejemplo del niño que ofrece sus modestos panes de cebada: “El niño pobre al que no le importa si no hay suficiente, da todo lo que tiene”, dijo el Mons. Coter, destacando que este acto de compartir es, en sí mismo, un milagro.
El Obispo criticó la falta de equidad en la distribución de recursos, mencionando que “si hay un problema en el mundo, no es porque hay hambre en el mundo, sino porque el hambre del mundo es la consecuencia de no saber compartir”. El Mons. Coter instó a los fieles a trabajar por una sociedad más justa y solidaria, en medio de “sociedades encerradas” y llamó a ocuparse para responder a las urgencias y necesidades de trabajo, salud y desamparo.
“Jesús es capaz de generar respuesta a toda hambre”, afirmó, y pidió reconocer la bondad de Dios al recibir el pan de cada día: “Pedimos el pan de cada día, es signo que todavía vivimos de esta providencia, ¿por qué tenemos que persignarnos antes de comer? Porque es el pan que hemos ganado nosotros, ciertamente, pero alguien te ha dado la salud para ganarlo, alguien te ha dado la posibilidad de ganarlo”.
“Estos son los dones de Dios, aprendamos a reconocer nuestros dones y aprendamos a tener este corazón, que es capaz de ver en estas cosas diarias la providencia de Dios”, pidió el Obispo a los creyentes y finalizó instando a tener el corazón abierto: “Pidamos al Señor que podamos vivir esta lógica de la solidaridad y estar con el corazón abierto a Él, que es capaz de llenar el corazón, de quitar el hambre, no solo del pan, sino el hambre de los corazones vacíos”, concluyó su reflexión.