Mons. Aurelio Pesoa: “El pueblo sufre y los servidores del pueblo están obligados a reconocer la situación en la que estamos y ofrecer soluciones y salidas a la crisis”
Prensa CEB 07.08.24.- El presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Mons. Aurelio Pesoa Ribera, en su homilía del 6 de agosto se refirió a “la profunda crisis” por la que está atravesando el país, “no se le oculta a nadie la incertidumbre en la que estamos viviendo, no se ven soluciones a corto plazo, no se quiere reconocer la situación crítica en la que estamos, pero los hermanos más vulnerables están sufriendo las consecuencias de la crisis económica que se vive”, afirmó.
El también Vicario Apostólico del Beni, en la misa de Acción de Gracias por los 199 años de fundación de Bolivia señaló que el pueblo sufre y los servidores del pueblo están obligados a reconocer la situación ofreciendo salidas a la crisis, “dejando fuera ideologías y dejándose iluminar por la razón, por la verdad e, incluso, por el consejo de los que saben”, dijo el Obispo, instando a una reflexión honesta y a la búsqueda de soluciones efectivas.
Desde la Catedral Santísima Trinidad la autoridad eclesial pidió se haga un análisis objetivo, realista y racional de lo que sucede, dejando a un lado “la ceguera que nos confunde y nos lleva a justificar lo injustificable, incluso nos conduce al absurdo, sin querer ver lo que está pasando”, sostuvo el Mons. Pesoa.
La autoridad eclesial alentó a construir una patria “transfigurada” en la que tengamos una visión de fe para no perder la esperanza: “En la que la caridad y la solidaridad orienten nuestra vida y nuestras actuaciones, buscando el bien común y el progreso de nuestro pueblo”.
“Necesitamos una patria en paz, no enfrentada entre unos contra otros, sino buscando lo que nos une, como bolivianos, es más, mucho más que lo que nos une que lo que nos separa”. Haciendo un llamado a la paz y a la unidad, el Mons. Pesoa destacó que la búsqueda de poder no debe ser el objetivo, sino encontrar soluciones para mejorar la situación económica y social: “Debemos construir la patria de la pluralidad real, en la que pensar distinto no sea perseguido, ni condenado. Tenemos que dejarnos ayudar sin soberbia, ni autosuficiencia, porque necesitamos ayuda de otros hermanos. No es la búsqueda del poder por el poder la que debe guiar nuestros pasos, sino la búsqueda de soluciones para salir de la difícil situación económica y social en la que estamos”.
“Los que ofrecen soluciones y salidas para que el pueblo viva mejor, que den un paso al frente y los que no las tienen, dejen de buscarlo, simplemente para tener poder y dinero”, dijo el Presidente de la CEB, en su mensaje y reiteró que: “No es licito, y menos en este momento, seguir defendiendo ideologías que nos han dividido, nos han empobrecido, nos han traído más subdesarrollo y no nos han hecho mejores personas”.
El Mons. Aurelio Pesoa expresó su deseo de una patria de progreso para todos, especialmente para los niños y jóvenes, fundamentada en el respeto y la fe en Cristo Jesús: “Deseo una patria de progreso para los niños y jóvenes, en la que todos tengan lo necesario para vivir y en la que nos respetemos unos a otros, una patria transfigurada por la fe en Cristo Jesús, Señor Nuestro, quien debe ser el impulsor de una vida más humana y de respeto a todos en la patria común”.
FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR
DÍA DE LA PATRIA
Santísima Trinidad, 6.8.2024
1.- Qué bella coincidencia la celebración del día de la Patria, el día de la fundación de Bolivia y la fiesta litúrgica de la Transfiguración del Señor.
Bolivia ha sido fundada sobre la fe cristiana, una fe que nos invita a poner en el centro de nuestra vida y de todo lo que hacemos y somos, la persona de Cristo, al que hoy contemplamos en el Monte Tabor, en su divinidad, en su identidad divina, transfigurado, lleno de la luz de Dios.
En aquella visión, los apóstoles, Pedro, Santiago y Juan, vieron con sus ojos y escucharon con sus oídos, lo que ocultaba la humanidad de Jesús; vieron su divinidad y escucharon la invitación de Dios a escucharle.
Es evidente que aquella experiencia marcó fuertemente la vida de los apóstoles, ya que cuando le vieron crucificado, despreciado por el mundo, pudieron recordarle lleno de luz y grandeza y pudieron creer que Jesús, era el Hijo de Dios.
2. Cuando escuchamos a Cristo, cuando dirigimos nuestra vida por su Palabra, cuando le ponemos a Él en el centro de nuestra vida, nada ni nadie puede desanimarnos, porque como hoy nos decía el profeta Daniel, al Hijo del Hombre, Jesucristo, «le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos naciones y lenguas».
Todo está en manos de Dios. Pero pareciera que la historia está en manos de los poderosos, de los que tienen poder mundano y que sus decisiones son lo definitivo, pero no es así; es verdad que el poder mundano pesa mucho y marca unos cuantos años de la historia, pero nosotros sabemos que todo está en las manos de Dios y que la historia de la humanidad acabará bien, llegará a buen término, porque la historia la dirige Dios y su Hijo Jesucristo, con su Providencia amorosa.
Debemos levantar la vista de los problemas sociales que nos preocupan y nos agobian, para tener una mirada de fe sobre la historia de la humanidad. Dios tiene el poder y la gloria, Él dirige el destino de las naciones de la tierra y también de nuestra nación, Bolivia.
Todos deberíamos vivir y actuar y decidir de acuerdo a la voluntad de Dios, no de acuerdo a intereses particulares, ideológicos, económicos o políticos. Al final todos compareceremos ante el que tiene el poder y tendremos que pasar el juicio del amor, si es que hemos decidido buscando el bien del pueblo, de los más pobres, si hemos buscado el progreso para todos; o si hemos buscado solo intereses de partido o de ideologías, sin que el pueblo nos importe.
Tendremos que decirle a Cristo si hemos sido honestos, coherentes y valientes, diciendo lo que pensábamos o si nos hemos plegado al poder mundano, callando para no tener problemas.
Tendremos que decirle a Cristo, el juez de vivos y muertos, si hemos actuado buscando la justicia, o hemos hecho injusticias para agradar a los que tienen poder en este mundo.
3.- La Patria pasa por momentos de profunda crisis. No se le oculta a nadie la incertidumbre en la que estamos viviendo, no se ven soluciones a corto plazo, no se quiere reconocer la situación crítica en la que estamos, pero los hermanos más vulnerables están sufriendo las consecuencias de la crisis económica que se vive.
El pueblo sufre y los servidores del pueblo están obligados a reconocer la situación en la que estamos y ofrecer soluciones y salidas a la crisis, dejando fuera ideologías y dejándose iluminar por la razón, por la verdad e, incluso, por el consejo de los que saben. En este momento no estamos para desperdiciar talentos, sino para sumarlos.
Las ideologías, que falsean la realidad, nos han traído a esta situación y debemos dejarnos llevar por la verdad, por el análisis objetivo de lo que sucede y por la búsqueda de soluciones racionales y realistas, dejando a un lado la ceguera que nos confunde y nos lleva a justificar lo injustificable, incluso nos conduce al absurdo, sin querer ver lo que está pasando.
4.- Todos tenemos que construir una patria transfigurada en la que tengamos una visión de fe para no perder la esperanza, en la que la caridad y la solidaridad orienten nuestra vida y nuestras actuaciones, buscando el bien común y el progreso de nuestro pueblo.
Necesitamos una patria en paz, no enfrentada entre unos contra otros, sino buscando lo que nos une, como bolivianos, es más, mucho más que lo que nos une que lo que nos separa.
Debemos construir la patria de la pluralidad real, en la que pensar distinto no sea perseguido, ni condenado. Tenemos que dejarnos ayudar sin soberbia, ni autosuficiencia, porque necesitamos ayuda de otros hermanos No es la búsqueda del poder por el poder la que debe guiar nuestros pasos, sino la búsqueda de soluciones para salir de la difícil situación económica y social en la que estamos. Los que ofrecen soluciones y salidas para que el pueblo viva mejor, que den un paso al frente y los que no las tienen, dejen de buscarlo, simplemente para tener poder y dinero.
No es licito, y menos en este momento, seguir defendiendo ideologías que nos han dividido, nos han empobrecido, nos han traído más subdesarrollo y no nos han hecho mejores personas.
Deseo una patria de progreso para los niños y jóvenes, en la que todos tengan lo necesario para vivir y en la que nos respetemos unos a otros, una patria transfigurada por la fe en Cristo Jesús, Señor Nuestro, quien debe ser el impulsor de una vida más humana y de respeto a todos en la patria común.
Confieso hoy mi esperanza en que una patria así es posible, porque creo en Cristo Resucitado, que tiene el poder y la última palabra sobre la historia de la humanidad y de Bolivia.
Dios bendiga siempre a nuestra patria Bolivia.
Mons. Aurelio Pesoa Ribera, OFM
Vicario Apostólico del Beni
Presidente Conferencia Episcopal Boliviana