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Arzobispo de Santa Cruz critica la indiferencia, ante un pueblo que clama ser escuchado

Prensa CEB 27.10.2024.- El arzobispo de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, Mons. René Leigue, reclamó en su homilía de hoy, que, al parecer nadie escucha la voz del pueblo, que es un grito desesperado sin respuesta, y se pregunta, ¿dónde se encuentran las soluciones?, reiterando que el pueblo grita desesperado por la situación del país, pero que no existe nadie que se haga cargo de todo el conflicto.

Agregó el arzobispo, desde la Catedral Basílica de “San Lorenzo”, que algunas personas, se miran animismos y no miran a su alrededor, “miran lo que les interesa, lo que les importa o favorece” pero no miran, dice, más allá del sufrimiento de tantas personas que necesitan ayuda.

“Hoy en día escuchamos este grito como el ciego de tantas personas que están sufriendo. Escuchamos el grito, por ejemplo, de todas las personas que están ahí esperando por combustible, es un grito que a diario lo escuchamos y a todos nos está pasando”, dijo.

¿Quién los escucha?, preguntó a sus fieles, acotando que al parecer no hay donde hacer el reclamo o que nadie escucha la voz del pueblo, “también escuchamos los gritos de ustedes, cada uno de nosotros cuando va al mercado, todo ha subido. Es un grito también desesperado que se escucha y no hay respuesta. ¿Por qué sube todo?”, interrogó.

Acotó, que, frente a este panorama, siempre hay una excusa, el bloqueo, la helada, etc. etc. pero que no existe una respuesta a un grito y el de escuchar “basta con esto”, dijo la autoridad eclesial, preguntándose nuevamente, ¿dónde se encuentran las soluciones?.

Apoyado en el Evangelio, monseñor Leigue dijo, que esto representa la curación del ciego de Jericó (Marcos 10, 46-52) que es un grito desesperado que llama y clama pero que no nos olvidemos de Dios que se encuentra entre nosotros, “entonces ahí está el Señor para darnos una mano”.

“Somos las personas a lo mejor que están en su mano la solución de algún problema, pero no siempre lo hacen como debe ser, o porque no son del grupo, o porque no son del color político, o porque no les interesa la vida de otras personas, el sufrimiento de otras personas. ¿Qué triste, no?”, se lamentó monseñor Leigue.

Solicitó, no perder la fe y que esta fe debe ser un fundamento para ser más fuertes, siendo el único camino para salir de estos momentos difíciles.

“Jesús aquí remarca eso, tu fe te ha salvado. (…) pues que también para tomarlo en cuenta, en los momentos difíciles, complicaciones y tantos problemas que tenemos, no olvidarnos de Dios”, solicitó el arzobispo de Santa Cruz.

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