Mons. Coter: La historia de la humanidad, una lucha donde el bien prevalece
Prensa CEB 10.12.2024.- Monseñor Eugenio Coter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando en la oportunidad de la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María resaltó la importancia de la eucaristía en las comunidades rurales y explicando la importancia de esta fiesta mariana en la vida de los fieles.
Desde la Catedral “Nuestra Señora de El Carmen” en Riberalta, y en el segundo domingo de Adviento, el obispo de Pando, expresó su alegría al constatar que las comunidades, que ya celebran la palabra de Dios cada domingo, ahora cuentan con el don de la eucaristía, aunque no se trate de la misa completa, sino de la celebración de la Palabra con la comunión.
Este avance, afirmó, representa un paso importante hacia el fortalecimiento de la vida espiritual de las comunidades, destacó, que el papel de quienes han asumido la responsabilidad de llevar la Eucaristía a estas comunidades, señalando que este servicio es un acto de amor y compromiso, tanto con la comunidad, como con el Señor.
“A ustedes es confiado este don y vívalo con generosidad, vívalo también con gratitud la comunidad pueda sentirse siempre bendecida en vuestro servicio. Dicen los teólogos, los estudiosos de la fe, que la Eucaristía es el fundamento de la vida cristiana y la cumbre, el punto más alto”, expresó Mons. Coter
El obispo de Pando, subrayó la importancia de cuidar y proteger la Eucaristía, no solo como un tesoro espiritual, sino también como un alimento esencial que fortalece a las comunidades y les permite experimentar la presencia real del Señor. Asimismo, recordó la historia de San Tarsicio, mártir y protector de la Eucaristía, como un ejemplo de dedicación y servicio.
En cuanto a la Inmaculada Concepción, habló sobre el significado de esta fiesta, instituida hace más de 170 años, y su relevancia en un mundo marcado por el mal, la violencia y el egoísmo, destacando además que, cómo el “sí” de María, una joven de 15 años, se convirtió en el inicio de una alianza de salvación entre Dios y la humanidad. Este acto de confianza y amor permitió que el mal fuera vencido y que se abriera un camino de esperanza para toda la humanidad. ¿Será que la salvación del mundo pasa a través de una chica de 15 años?, preguntó.
Asimismo, recordó que, a pesar de las heridas causadas por el mal, la historia de la humanidad no es una historia de derrota, sino de una lucha constante donde el bien, con la ayuda de Dios, prevalece. Comparó esta realidad con un arco iris que brilla después de la tormenta, símbolo de la alianza entre Dios y su pueblo, y alentó a los fieles a renovar su confianza en el Señor y a convertirse en signos vivos de esperanza y amor en sus comunidades.
“Pudimos contemplar en estos días de lluvia el arco iris que nos recuerde esta alianza entre la humanidad y Dios, donde Dios reconfirma su voluntad de ayudar a la humanidad a construir el bien. Y entonces en el sí de María está nuestro sí. Y si somos capaces de decir sí a Dios, como lo ha hecho María, seremos capaces de alianzas nuevas con Dios, seremos capaces también de alianza nueva con las personas. Ciertamente hay el mal, pero el mal está detrás”, reflexionó.
Finalizó invitando a los feligreses a seguir la el camino de María, repitiendo cada día un “sí” sincero a Dios para construir juntos una historia de vida y esperanza. En este marco, animó a los presentes a no temer sus fragilidades y a mirar siempre hacia la luz de Dios, que guía y sostiene a su pueblo.