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La Conferencia Episcopal Boliviana les desea: ¡Feliz y bendecida Pascua de Resurrección!

Prensa CEB 20.04.2025. En esta Pascua de Resurrección, la Conferencia Episcopal Boliviana nos invita a renovar nuestra esperanza y fe, recordándonos que Cristo ha vencido a la muerte y nos llama a vivir en libertad y amor.

Frente a los momentos de incertidumbre, dificultades económicas y división que atraviesa Bolivia, el mensaje nos anima a no dejarnos robar la esperanza ni paralizar por el miedo, sino a levantarnos con Cristo para construir una nación más justa, fraterna y unida. Este mensaje de Pascua es un llamado a la conversión y a la unidad, invitándonos a caminar juntos con fe firme y corazón abierto, confiando en la misericordia de Dios que guía nuestra historia.

MENSAJE DE PASCUA DE RESURRECCIÓN

QUE NO NOS ROBEN LA ESPERANZA

«¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado»

(Mt 24,5-6).

Querido pueblo de Dios en Bolivia:

¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!

Hoy celebramos la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el pecado, de la luz sobre las tinieblas. La tumba está vacía, y con ella se llenan nuestros corazones de esperanza, alegría y renovación. Jesús, el Hijo de Dios, ha vencido al mundo y nos invita a vivir en la libertad de los hijos e hijas del Padre.

Esta Pascua no es solo un recuerdo del pasado, sino una realidad viva que transforma nuestro presente. Es un llamado a salir de nuestras propias tumbas: del miedo, del rencor, del egoísmo, de la desesperanza. Es tiempo de levantarnos con Cristo, de vivir como resucitados, llevando su luz al mundo que tanto la necesita.

En esta Pascua de Resurrección, el Señor nos vuelve a hablar con poder y ternura desde el misterio de la vida que vence a la muerte. Su victoria no es lejana ni simbólica: es real, actual y necesaria para nosotros, como nación que hoy atraviesa momentos de incertidumbre, dificultad y dolor.

Sabemos que muchos hermanos y hermanas sufren por la inestabilidad económica, por la escasez de alimentos, por la falta de oportunidades y por división que generan ciertos sectores. Duele ver familias que luchan cada día por sobrevivir, jóvenes sin rumbo claro, trabajadores en el ámbito informal, y un pueblo que clama por justicia, verdad y paz.

Pero la Pascua nos recuerda que el mal no tiene la última palabra. La piedra del sepulcro ha sido removida, y con ella, se abre un camino de esperanza para todos. ¡El Señor ha vencido a la muerte, y en Él también nosotros venceremos!

Hoy más que nunca necesitamos ser un pueblo renovado por la Pascua: hombres y mujeres de fe firme, de mirada limpia, de corazón abierto. Que no nos roben la esperanza. Que no nos paralice el miedo. Que no nos divida el odio. La resurrección de Cristo nos llama a trabajar por una Bolivia más justa, más fraterna, más unida, donde nadie se quede atrás.

Pidamos al Resucitado que ilumine a nuestras autoridades, que sostenga a nuestras familias, que fortalezca a nuestros jóvenes, y que consuele a los que sufren. Que la luz del Señor resucitado guíe los pasos de nuestra amada Bolivia hacia un futuro de paz, dignidad y vida plena para todos.

Que esta Pascua encienda en nosotros el fuego de una fe viva, una esperanza firme y un amor generoso. Caminemos como testigos del Resucitado, siendo Iglesia viva, comunidad que celebra, comparte y sirve.

Con la fuerza de la Resurrección, caminemos como pueblo de Dios, testigos del amor que todo lo renueva.

¡Feliz y bendecida Pascua de Resurrección!

Secretaria General

Conferencia Episcopal Boliviana

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