Mons. Fermín Sosa bendice al clero boliviano y destaca el valor de la fraternidad sacerdotal
Prensa CEB 3.07.2025. En el marco del Jubileo Sacerdotal de Bolivia, el Nuncio Apostólico, Mons. Fermín Sosa, celebró la Eucaristía ante decenas de sacerdotes y obispos reunidos en una solemne celebración que reafirmó el compromiso del clero con la unidad, la esperanza y la renovación espiritual.
Mons. Sosa inició su mensaje agradeciendo la invitación y resaltando la importancia de la constancia del clero boliviano, que desde 1987 se reúne anualmente para renovar su vocación y fortalecer lazos de fraternidad. “Esto indica que el clero diocesano reconoce la necesidad de mantenerse unido en un diálogo fraterno centrado en la verdad y en el amor a Cristo, buen pastor, y en la actualización constante de su ministerio”, afirmó.
Durante la homilía, el Nuncio Apostólico subrayó la centralidad de la Eucaristía y la importancia de la unidad en la Iglesia, recordando las palabras del Papa León XIV y del Papa Francisco sobre la necesidad de caminar juntos y de ser testigos creíbles del amor de Dios. “Sin la unidad en la Iglesia, sin el testimonio vivo de Cristo en nuestras vidas, la evangelización se diluye en solo palabras”, advirtió.
Mons. Sosa invitó a los sacerdotes a meditar profundamente la Palabra de Dios, ejercitar la caridad y cuidar al pueblo de Dios, renovando el entusiasmo y la entrega en su ministerio. “No podemos ser peregrinos de la esperanza si nosotros no la vivimos en primera persona. Si nuestra fe desfallece, ¿qué vamos a ofrecer al pueblo de Dios?”, cuestionó, animando a que la gracia de Dios se manifieste incluso en las debilidades humanas.
El Nuncio también hizo referencia al Jubileo de 2025, “Peregrinos de Esperanza”, y exhortó a los sacerdotes a ser portadores de esperanza para un pueblo que la necesita. “Que este momento de gracia sea para ustedes la renovación de sus promesas sacerdotales para vivir con entusiasmo su sacerdocio y ser peregrinos de esperanza para un pueblo que la está perdiendo”, expresó.
La homilía concluyó con un llamado a la fraternidad sacerdotal y a la vigilancia contra la mediocridad, recordando las palabras del Papa León: “No huyan ante los desafíos, al contrario, sean ejemplares. No ceder ante el cansancio ni refugiarse en el aislamiento”. Mons. Sosa pidió a los presentes que se mantengan unidos, alimentando su espíritu con la oración y buscando ayuda recíproca en los momentos difíciles.
Finalmente, el Nuncio Apostólico impartió la bendición en nombre del Papa León XIV y transmitió un afectuoso y paternal saludo del Santo Padre, encomendando a todos los sacerdotes a la protección de María.
La jornada concluyó con un ambiente de alegría y esperanza, renovando el compromiso del clero boliviano de ser luz y guía espiritual para el pueblo de Dios.





