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Mons. René Leigue llama a una buena administración de la vida y de los bienes

Prensa CEB 22.09.2025. En la Basílica Menor de San Lorenzo Mártir, Catedral de Santa Cruz, Mons. René Leigue, Arzobispo de Santa Cruz, presidió la Santa Misa dominical e invitó a reflexionar sobre la responsabilidad en la administración de los bienes y de la vida misma. En su homilía dirigió la mirada hacia la realidad cotidiana, donde los administradores públicos tienen un papel decisivo, y advirtió que cuando se gobierna con astucia para el mal, buscando beneficios personales y olvidando el bien común, se repite la figura del administrador infiel del Evangelio. Con firmeza señaló que quienes eligen ese camino no solo traicionan la confianza del pueblo, sino que siembran injusticia y terminan cavando su propia ruina moral.

La habilidad para el mal y la falta de responsabilidad.

El Arzobispo de Santa Cruz advirtió que muchas veces las personas muestran gran creatividad y destreza para hacer lo negativo. Recordó la parábola del administrador infiel y comentó: “Imagínese un administrador que está bien ubicado y después lo ven en la calle pidiendo limosna… eso es lo que piensa ese administrador infiel”. Mons. René explicó que esta astucia refleja una administración deshonesta que, lejos de servir al dueño, engaña y busca beneficios propios. Añadió que este ejemplo bíblico nos pone en alerta sobre cómo la falta de responsabilidad puede llevar a la ruina personal y al mismo tiempo dañar a los demás, pues quien usa mal lo que se le confía no solo pierde credibilidad, sino que rompe la confianza y genera injusticia.

Administrar con rectitud la vida personal.

El pastor de Santa Cruz exhortó a revisar primero la forma en que cada uno conduce su vida. Señaló: “No sabemos administrar nuestras vidas, y si no sabemos administrar nuestras vidas no vamos a poder administrar los bienes ajenos”. Invitó a preguntarse si realmente estamos llevando una vida sana o si estamos dañando aquello que Dios nos ha confiado.

No se puede servir a Dios y al dinero.

El Prelado recordó que el Evangelio es claro cuando dice: “No se puede amar a Dios y al dinero”. Explicó que las riquezas son un medio para vivir, pero no un fin en sí mismas. Advirtió que cuando se convierte el dinero en un fin absoluto, se cae en la idolatría de la acumulación y en el olvido de Dios, fuente de todo bien y estabilidad.

La responsabilidad frente a los pobres.

Su Excelencia denunció con firmeza la injusticia contra los más débiles: “Escuchen esto ustedes los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país”. Indicó que estas palabras del profeta Amós muestran cómo muchas veces se utiliza a los pobres para intereses políticos, sobre todo en tiempos de campaña, prometiéndoles cosas que nunca se cumplirán.

Oración por las autoridades.

Monseñor René recordó las palabras de san Pablo a Timoteo: “Ante todo te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acción de gracias por todos los hombres, pero especialmente oren por los soberanos y las autoridades”. Subrayó que la Iglesia ora por quienes tienen responsabilidades de gobierno, aunque no siempre sea bien vista por las autoridades. “Ellos necesitan de nuestra oración para no olvidarse de Dios en el ejercicio del poder”, enfatizó.

Gratitud y cuidado de la creación.

El Pastor de Santa Cruz exhortó finalmente a vivir en gratitud con Dios, reconociendo todos los dones recibidos: la vida, la salud y la naturaleza. Lamentó que esta última sea descuidada y destruida: “La naturaleza a la que le metemos fuego, no sabemos cuidar. Administremosla bien para no echarle la culpa a Dios más adelante”. Concluyó pidiendo la intercesión de la Virgen María para aprender a administrar con responsabilidad lo que Dios ha puesto en nuestras manos.

Un Jubileo donde la fe se hizo visible en el lenguaje de las manos.

Jubileo de los niños y personas con discapacidad auditiva.

Antes de iniciar la Santa Misa Dominical se realizó la apertura de la puerta santa en el marco de la celebración del Jubileo de los niños y personas con discapacidad auditiva. El jubileo se celebró con alegría en la Catedral de Santa Cruz y la eucaristía fue vivida con profundo sentido de inclusión.

El lenguaje de señas convierte los signos en palabras de esperanza y fraternidad.

La Pastoral del Sordo es animada por el P. Devis de los Reyes, con el apoyo del P. Mauricio Justiniano y de las hermanas de la Compañía de María. Durante toda la celebración de la Santa Misa, una miembro del grupo de pastoral tradujo en lenguaje de señas, permitiendo que cada signo se convirtiera en palabra de esperanza y fraternidad para quienes enfrentan el desafío de la discapacidad.

Fuente: Campanas y Diakonia Scz

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