“Caminando juntos: DELEGADOS JURISDICCIONALES DE ESCUCHA Y PREVENCIÓN POR UNA CULTURA DEL CUIDADO proponen una Iglesia más segura y protectora”
Prensa CEB 2025.11.29 El tercer encuentro jurisdiccional de delegados de escucha y prevención por una cultura del cuidado dejó fuertes testimonios de compromiso, desafíos y esperanza en la Iglesia que camina en Bolivia. Las voces de laicos, religiosas y sacerdotes coincidieron en la urgencia de prevenir abusos y de consolidar entornos verdaderamente seguros para niños, adolescentes y personas vulnerables.
Compromiso con la cultura del cuidado
Desde distintas jurisdicciones del país, los delegados destacaron que este tercer encuentro es un signo concreto de que la Iglesia en Bolivia está tomando en serio la prevención de abusos sexuales, especialmente en entornos eclesiales. El énfasis estuvo puesto en la “cultura del cuidado”, no solo como un discurso, sino como un modo de ser Iglesia que proteja lo más preciado: la dignidad de cada persona.
Daniel Vedia, del Vicariato Apostólico del Beni, compartió que se va con sentimientos mezclados de temor y esperanza tras escuchar las experiencias de países como Chile y Colombia, lo que le impulsa a redoblar esfuerzos en la prevención y en el trabajo con familias, niños y adolescentes. Reconoció que, aunque hay autoridades y personas comprometidas en su jurisdicción, también existen instituciones que necesitan cambiar su manera de ser y de actuar para alinearse con esta cultura del cuidado.
Avances y desafíos en las jurisdicciones
Varias intervenciones subrayaron que ya se han dado pasos importantes en formación, sensibilización y elaboración de documentos y protocolos, pero que el camino por recorrer aún es largo. En la Arquidiócesis de Santa Cruz la delegada Stefani Flores Vásquez, nos comenta que se ha priorizado la formación permanente del clero, la vida consagrada y los agentes pastorales en políticas de cuidado, salvaguarda de menores y adultos vulnerables.
Andrea Ruiz, representante de la Universidad Católica Boliviana San Pablo, sede La Paz, señaló que el encuentro confirma que la Iglesia está trabajando seriamente la atención de casos, la prevención y la sensibilización, aunque quedan grandes desafíos como mejorar los momentos y canales de denuncia y revisar protocolos para asegurar espacios verdaderamente adecuados y seguros. Destacó también la importancia de familiarizarse con el lenguaje y los contenidos de la cultura del cuidado, para que no se queden solo en teoría, sino que se apliquen de manera coordinada en cada entorno.
Testimonios que animan a seguir
Desde Oruro, Susana Cano Vargas remarcó que, si bien ya han iniciado un trabajo de prevención, este encuentro les aporta más herramientas para acompañar y proteger a los más vulnerables: niños, niñas y adolescentes. Insistió en la necesidad de tratar a todas las personas con dignidad y compasión, como base evangélica de toda acción pastoral.
La hermana Susana, de las Misioneras de Jesús Crucificado y miembro de la Comisión de Prevención y Escucha de la diócesis de El Alto, afirmó que una de las grandes tareas es promover la cultura del cuidado en todas las jurisdicciones para prevenir los abusos “a nivel general”. Para ella, este encuentro fue una fuente de riqueza que anima a tomar conciencia, trabajar en la prevención y generar comunidades que cuiden y protejan.
Experiencias compartidas y trabajo en red
Otros participantes, como Teodomiro Romero de la diócesis de El Alto, valoraron especialmente las experiencias presentadas desde Chile, que ofrecen pistas concretas para avanzar como Iglesia local en la tarea de cuidar lo más valioso que se tiene. Subrayó que, aunque ya se ha trabajado en documentos, los desafíos siguen siendo numerosos y requieren perseverancia y discernimiento comunitario.
El padre Adalid Ordóñez, del Vicariato Apostólico de Ñuflo de Chávez, explicó que su jurisdicción está socializando el código de comportamiento ético y realizando talleres con distintos grupos y unidades educativas, mientras se consolidan las comisiones de escucha y prevención. Para él, este tercer encuentro nacional fue muy positivo porque permitió compartir experiencias y recibir nueva formación, iluminando el camino para fortalecer el cuidado y la prevención en cada realidad.
Hacia una Iglesia más segura y fraterna
Desde el ámbito del clero diocesano, el padre Carlos Urzagaste, vicepresidente de la Conferencia Clero Diocesano de Bolivia, destacó que se está trabajando en cada jurisdicción para implementar los lineamientos del Papa y de los obispos en clave de paz, acompañamiento y prevención. Mencionó la conformación de equipos, la difusión de protocolos y el seguimiento cercano en parroquias, colegios y actividades pastorales, con el objetivo de instaurar una auténtica cultura del cuidado.
Finalmente, Sandra Soria, delegada de escucha del Vicariato Apostólico del Beni, expresó que la formación continua que recibe en estos encuentros fortalece su servicio y le anima a llegar cada vez a más agentes pastorales y unidades educativas. Señaló su compromiso de extender este trabajo a las provincias, para que la escucha y la prevención de abusos dentro y fuera de la Iglesia alcancen a más personas y contribuyan a una comunidad eclesial más segura, fraterna y esperanzada









