Mons. Giovani Arana invita a una espera vigilante y llena de esperanza en el inicio del Adviento
Prensa CEB 30.11.2025. En la Basílica Menor Nuestra Señora de los Ángeles de la Arquidiócesis de La Paz, Mons. Giovani Arana, obispo de la diócesis de El Alto y secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana, celebró la Eucaristía del Primer Domingo de Adviento, en la oportunidad invitó a los fieles a vivir este nuevo Año Litúrgico con gratitud por el pasado, esperanza en el futuro y gozo en el presente, reconociendo las obras de Dios en la vida cotidiana.
Signos litúrgicos y espera activa
El prelado destacó los símbolos del Adviento, como el color morado en las vestiduras, la omisión del Gloria en la Misa y la Corona de Adviento con cuatro cirios que marcan la cercanía de la Navidad. Subrayó la necesidad de una «espera activa y vigilante» durante las cuatro semanas, fomentando la oración, la conversión y la solidaridad para prepararse tanto para la encarnación como para el segundo retorno de Jesús.



Luz ante las sombras del mundo
Refiriéndose a la primera lectura de Isaías, Mons. Arana advirtió sobre las realidades de oscuridad en Bolivia y el mundo, como guerras, violencia, corrupción y pobreza. Llamó a compromisos concretos para iluminar estas situaciones y subir «a la montaña del Señor» mediante la conversión personal y social.
Despertar y revestirse de Cristo
Refiriéndose a la segunda lectura de San Pablo, exhortó a «despertar» de la indiferencia ante la pobreza, la violencia, el grito de la naturaleza y la falta de reconciliación. Animó a revestirse del Señor Jesucristo, adoptando actitudes evangélicas como el respeto a la dignidad humana, la denuncia de injusticias y el compromiso con los sufrientes.



Preparación en lo cotidiano bajo la mirada de María
El Evangelio de Mateo advierte: «Estén prevenidos, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora menos pensada». En este marco, el Obispo de El Alto, enfatizó en que se debe preparar el corazón en lo ordinario de la vida, deseando la venida de Jesús con alegría y no miedo, inspirados en la Virgen María como Virgen de la Dulce Esperanza. «Feliz inicio de Adviento para todos”, concluyó.
A continuación la homilía completa.





