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«Mirar el país con los ojos del corazón y no con la lógica del poder», Mons. Stanislaw Dowlaszewicz

Prensa CEB 30.11.2025. Santa Cruz de la Sierra, 1 de diciembre de 2025.En el primer domingo de Adviento, Mons. Stanislaw Dowlaszewicz, O.F.M. Conv., presidió la Santa Misa y la bendición de la primera vela de la corona de adviernto, marcando el inicio del nuevo año litúrgico. Desde el altar, el obispo dirigió una profunda reflexión centrada en la esperanza, la vigilancia espiritual y la responsabilidad social frente a la realidad que vive el país.

Cuando la rutina apaga al país, el Adviento exige volver a encender la esperanza.

Al abrir su homilía, el prelado elevó una oración por los damnificados de Achira y comunidades afectadas recientemente. Luego, explicó que la corona de Adviento, con su luz y su color verde, es un signo de la victoria de la vida sobre la muerte y una invitación a prepararse interiormente para recibir a Jesús, “la luz del mundo”.

El Pueblo adormecido por el ruido y el consumo pierde su capacidad de soñar.

Mons. Dowlaszewicz recordó que “tener esperanza es signo de vida”, advirtiendo que cuando faltan proyectos, expectativas o sentido, la existencia humana se va apagando. Señaló que la incertidumbre social, la familia, el trabajo y la crisis económica “pueden convertirse en temores que atenazan nuestra esperanza”.
Por ello, la palabra clave del Evangelio —dijo— es velar: vivir despiertos, atentos a la presencia de Dios, sin dejar que la rutina, el ruido o el consumismo adormezcan el corazón.

La pérdida de credibilidad no es un accidente, es fruto de promesas rotas, pero Dios sigue siendo fiel incluso cuando nosotros no lo somos.

En un análisis crítico de la realidad, el obispo señaló la “grave crisis de credibilidad” de instituciones como la familia, la escuela, la Iglesia y estructuras sociales que han perdido fuerza moral por promesas incumplidas y debilidades humanas. Sin embargo, destacó que el Adviento ofrece un camino para redescubrir la fidelidad de Dios: “Él no falla y hace posible que la vida humana tenga sentido aun en medio de las dificultades”.

Isaías denunció injusticias en tiempos convulsos, igual que hoy.

También evocó al profeta Isaías como voz de esperanza en tiempos turbulentos, y recordó que el pesebre —dentro de cuatro semanas— será nuevamente el signo de que Dios “viene, vino y vendrá para sanar y acompañar”.

En un mundo laicizado, la coherencia cristiana se vuelve contracultural.

Un momento central de la homilía fue su referencia a la reciente visita peregrina de Mamita de Cotoca, cuyo lema este año es “María, estrella de unidad y esperanza”. Invitó a aprender de su testimonio de escucha, oración y disponibilidad: “Ser como ella en un mundo tan laicizado: testigos fieles, coherentes y creíbles”.

El poder sin empatía nunca construye paz. Mirar con los ojos del corazón abre caminos de reconciliación.”

Finalmente, llamó a “mirar con los ojos del corazón”, invitación que extendió especialmente a los gobernantes del país: “Que miren a través de los ojos del ciudadano y dejen de pelear por el poder; que la paz del Señor reine”.
Con el salmo “Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor”, concluyó deseando a los fieles un “feliz y fecundo tiempo de Adviento”.

Fuente: https://campanas.iglesiasantacruz.org/

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