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Nuestro amor a Dios se refleja en el amor a los demás

Prensa 22.05.2022.- En el sexto domingo de este tiempo de Pascua, Mons. Eugenio Coter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando, reflexiona sobre las lecturas afirmando que, es el Espíritu Santo el que indica el camino para ser significativos en el mundo y con la Ascención del Señor, próxima a celebrarse, somos discípulos con el desafío de construir relaciones de amor y de justicia, porque nuestro amor a Dios se refleja en el amor a los demás.

En su reflexión el Obispo, destaca que en este tiempo de hambre de justicia, solidaridad, de paz y de vida, donde sobresalen los signos de muerte la humanidad requiere encontrar nuevamente la Palabra del Señor, meditarla y confiarnos a Él.

Tomando las lecturas del día, Mons. Eugenio Coter, alienta a recordar las actitudes de Jesús, para entender el camino que Dios quiere para la comunidad, una comunidad que es capaz de reunirse para dialogar, de escucharse sin posiciones partidarias, sino abierta a entender “cuál es el camino que Espíritu Santo indica”.

Una invitación a mirar con calma, dejar que el Espíritu ilumine, tener una actitud positiva de corazón, que permita construir este camino sinodal de la Iglesia, donde cada uno aporta su reflexión, que es iluminada por el Espíritu de Dios, que superando todos los miedos, nos ayudará a encontrar el camino para hablar y ser significativos hoy en nuestras comunidades y en el mundo.

En el Evangelio Jesús habla del Padre que habita en las personas, que escucha la promesa de que estamos en la vida acompañados por Dios, es el Padre quien nos ayuda en los desafíos de todos los días, para que dentro de estos desafíos aprendamos a amar al Señor amando a los demás y sirviendo a los demás.

El cristiano lo tiene bien preciso, claro, amar al Señor le lleva sí expresar este amor a Dios en la oración, en el encuentro con Él, en esta comunión con el Padre, pero esta comunión con el Padre se vuelve el desafío de construir relaciones de amor y de justicia con los demás, “en esto lo reconocerán discípulos”.

En la Resurrección el discípulo sigue encontrando el llamado a amar, la resurrección es un pasaje hacia la eternidad.

El próximo domingo celebraremos al Ascensión de Jesús al cielo, en el Evangelio Jesús vuelve con el Padre y nos lleva con Él, donde está Él, sabiendo que nosotros estaremos con Él, es la plenitud de la vida, la plenitud de la eternidad.

Esto es lo que el Señor nos regala y que nos entrega, todo esto nos lleva a estar entonces en la vida con la conciencia que todo lo que hacemos es un pedacito  que construye, un pedacito de eternidad, todo nuestro amor a los demás está escrito para siempre en el cielo, todo nuestro amor y compromiso en la vida está escrito para siempre en el cielo, todo nuestro amor al Padre está escrito permanentemente en el cielo.

Con la Ascensión del Señor, celebramos al discípulo que supera la frontera, que se proyecta en la eternidad y abre significado pleno a la vida. Nosotros discípulos del Señor estamos llamados a estar en la historia de todos los días, con el desafío de saber que lo que estamos haciendo tiene un valor frente a Dios, todo lo que nosotros hacemos a los demás tiene un valor hacia Dios y esto nos implica tener un sentido de responsabilidad en lo que estamos viviendo, amamos, en el servicio, en el trabajo, porque nuestro amor a Dios se refleja en el amor a los demás.

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