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En Solemne Misa Crismal sacerdotes renuevan la misión de llevar la Buena Nueva a los creyentes en la Diócesis de El Alto

Prensa CEB 26.3.2024.-En solemne Misa Crismal celebrada en la Catedral Virgen de la Candelaria presidida por Monseñor Giovani Arana Obispo de la Diócesis de El Alto, sacerdotes renovaron sus promesas realizadas el día de su ordenación y se procedió a la consagración del Santo Crisma y bendición de los santos óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

A esta tradicional Misa Crismal, de Semana Santa asistieron autoridades eclesiásticas del Arzobispado La Paz, Obispado de Coroico y la Prelatura de Corocoro.  

“Esta Misa es una celebración de mucho significado, y esto por dos motivos, el primero porque en esta celebración se bendicen los oleos de los catecúmenos y el de los enfermos, que después serán utilizados en la celebración de los sacramentos del Bautizo y la Unción de Enfermos. Además se consagra el Crisma que después será utilizado en la celebración de los sacramentos del Bautizo, Confirmación, en la Ordenación Presbiteral, en la Consagración de un Obispo y en la dedicación de un templo o altar… los presbíteros deben llevar a cabo, siguiendo las enseñanzas de Cristo, Cabeza y Pastor, movidos, no por la codicia de los bienes terrenos, sino sólo por el amor a las almas”, dijo Monseñor Arana en la homilía.

Exhortó a los presbíteros a que sigan las enseñanzas de Cristo, y cumplan las siete promesas que hicieron en su ordenación: ayudar a la misión del Obispo, predicar la verdad de la fe católica, celebrar la liturgia con reverencia, guardar el celibato, orar sin cesar, imitar a Jesucristo y obedecer a su Obispo.

De estas promesas les recalcó tres, el compromiso de ayudar al Obispo, celebrar la liturgia con reverencia e imitar a Jesucristo. “La misión del Obispo, es la misión de la Iglesia, y la misión de la Iglesia es aquella que recibió de Jesucristo; nos dice en Mc 16, 15  “Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad”… y  lo volverá a decir Jesús en el evangelio de hoy: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción, Él me envió a llevar la Buena Noticia”.

“Es el Presbítero, quien de modo particular debe encarnar esta misión…y al mismo tiempo queridos hermanos sacerdotes quiero agradecer  a cada uno de ustedes por el servicio que prestan en las diferentes parroquias y comunidades que se les ha encomendado…gracias porque incluso varios de ustedes enfrentando dificultades de todo tipo…colaboran con entusiasmo en el anuncio de la Buena Nueva”, agradeció.

Recomendó anunciar la Buena Noticia al necesitado,  con la alegría que nace del evangelio, con la amabilidad y buen trato con la que Jesús se relacionaba con la gente. El Papa Francisco dice, “un cristiano infeliz, un cristiano triste, un cristiano insatisfecho o, peor todavía, resentido y rencoroso no es creíble. ¡Este hablará de Jesús, pero nadie le creerá! …la alegría es esencial”.

Con respecto a celebrar la liturgia con reverencia, le dijo que no caigan en la improvisación, recuperar elementos y signos propios de la cultura de nuestros pueblos, sin dejar de ser fieles a la tradición de la Iglesia.  “Y el tercer compromiso, el de imitar a Jesucristo, es el de  unirse cada día más a Cristo en oración, en la celebración de la Eucaristía Cristo asume nuestra persona para hacerse presente, esta presencia sacramental debemos prolongarla a lo cotidiano de nuestra vida y nuestra pastoral…”.

 “Como Iglesia universal, estamos viviendo la experiencia del Sínodo sobre sinodalidad, que concluirá este año, como consecuencia de esta larga reflexión, debemos ser conscientes de la necesidad de caminar juntos, de ser corresponsables uno del otro, de crear fraternidad, es importante trabajar en la fraternidad presbiteral…esta asamblea reunida es signo de aquello…porque es el Obispo que se reúne junto a los presbíteros, religiosos y laicos para hacer visible la comunión…les animo hermanos presbíteros a experimentar esta fraternidad primero entre presbíteros, para después poder compartirla y vivirla con nuestra comunidad”.

“Debemos todos sentirnos llamados, ungidos y enviados, a llevar la Buena Noticia a todos, pidamos a nuestra Madre la Virgen María en la advocación de la mamita de Copacabana, primera discípula que sintiéndose llamada y enviada supo llevar adelante la gran misión de comunicarnos a Jesucristo la Buena Noticia, que ella interceda por nosotros para que a ejemplo suyo sepamos asumir en nuestra vida la responsabilidad de anunciar la Buena Noticia”, concluyó Monseñor.
Texto: Esther Rojas – Periodista CEB

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