Padre Diego Plá: Acercarse, que importante es la cercanía, darnos a nuestros hermanos que están hambrientos, sedientos, maltratados
Prensa CEB 5.4.2024.-El Padre Diego Plá Aranda, Secretario General adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana en la eucaristía celebrada en la Capilla de la institución, compartió en la homilía la importancia de la cercanía de “unos a otros”, el darse y ayudar a los hermanos que están hambrientos, sedientos, presos y otros que necesitan de Dios.
“En la vida del cristiano hay que tener la certeza y la claridad dónde está el Señor, pero más aún en la vida terrena de Jesús nos dejó un ejemplo muy claro de cómo hay que actuar. En la parábola del Buen Samaritano Jesús resucitado de nuevo, realiza el mismo signo que tantas veces que hizo tantas veces en su vida: Jesús se acerca toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Acercarse, que importante es la cercanía que importantes es saber utilizar nuestros pies para acercarnos a otros, unos a otros, pero no sólo para mirar, sino acercarnos para transformar que esta expresado en el gesto de dar el pan y el pescado, ser alimentados por Jesucristo”.
“En cada eucaristía, Jesús nos vuelve a dar su cuerpo, su sangre, se vuelve a entregar para que seamos alimentados y para que a ejemplo de Él sepamos darnos a nuestros hermanos, que están hambrientos, sedientos, presos, desnudos, maltratados, en definitiva a tantos y tantos que en nuestro mundo necesitan de Dios, necesitan de la esperanza que trae Jesús resucitado”, reflexionó en la Misa de compartimiento de fe y de amor en comunidad de la CEB.
“En la primera lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, se nos narra que hicieron comparecer en medio de ellos a Pedro y a Juan y se pusieron a interrogarlos: ¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho eso ustedes… En la Iglesia no somos los únicos que hacemos el bien, hay una multitud de personas que no están en grupos de fe, que no van mucho a misa, pero que en su vida cotidiana hacen mucho bien. Porque las semillas del Verbo, de Jesucristo están presentes en ellos”, agregó.
Dijo que estas “semillas” representan los valores y verdades presentes en diversas culturas y religiones, que, aunque no sean cristianas, reflejan aspectos de la verdad divina y contribuyen al enriquecimiento de la humanidad.
“En el tiempo Pascual que estamos viviendo se nos presenta en la S.E. la Iglesia que vive sin miedo, la Iglesia misionera que sale y anuncia. Tal vez hayamos participado en la Semana Santa, pero tal vez no estemos llenos del Espíritu Santo como el apóstol San Pedro, tal vez seguimos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, es decir, miedo al qué dirán, miedo a salir a nuestras zonas de confort, miedo a salir al mundo y decirle que la felicidad, que la salvación está en Jesucristo…Tal vez seamos como los judíos, que reprochamos a los apóstoles que anuncian a Cristo y hacen milagros. Es el reproche de los acomodados”, señaló.
Agregó que saber reconocer que otros son capaces de cambiar las situaciones injustas, hace que uno se mueva de su zona de confort y que se planteé que uno también puedes colaborar en esa tarea. “Pero si eso te supone plantearte la pregunta, ¿Quiénes son estos para venir a decir o a hacer algo?, o lo que es lo mismo ¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho eso ustedes (hacer el bien o un favor a un enfermo), entonces es que vives en una situación de comodidad y que, aunque no sea la mejor forma de vivir prefieres estar así, que trabajar para que todo vaya mejor”.
“Quizá ese sea el problema o al realidad que vivimos hoy, mientras a mí no me influyan directamente los problemas mejor seguir así, que involucrarme en tareas de mejorar, quien prefiere dar un poco más para hacer las cosas mejor está mal visto, porque hace que otros vean a quienes no se molestan en dar más allá de lo puramente exigido. Quiénes se dejan llevar por el Espíritu Santo, y evangelizan el mundo, el trabajo, la familia, nos ponen al descubierto nuestra mediocridad, nuestro cumplimiento, nuestros conformismo”, reflexionó.
Texto: Esther Rojas – Periodista CEB