Mons. Herbas llama a una triple conversión hacia Dios, el prójimo y la Madre Tierra
Prensa CEB 02.09.24.- El obispo de la Prelatura de Aiquile, Mons. Jorge Herbas, llama a los fieles a la conversión triple: hacia Dios, hacia el prójimo y hacia nuestra Madre Tierra. En un contexto donde los incendios forestales y la destrucción del medio ambiente son una realidad palpable, el Mons. Herbas insta a la comunidad a asumir la responsabilidad de cuidar la creación divina: “No podemos ser destructores de lo que Dios nos ha dado”, afirmó.
En su homilía, predicada desde la Catedral de San Pedro de Aiquile, este 1 de septiembre, el Mons. Jorge Herbas reflexionó sobre la justicia social y la corrupción, y señaló que la verdadera religiosidad no puede existir donde hay injusticia, usura o soborno: “Hay que practicar la justicia, hay que ser justos”, invitó.
El Día de Oración por el Medio Ambiente, el obispo se refirió a los incendios y la sequía, y pidió no ser destructores de lo que Dios nos ha dado. Recordó que la conversión no es solo un cambio interno, sino una transformación que debe reflejarse en nuestras acciones hacia los demás y hacia el mundo que nos rodea: “Conversión en la práctica de la solidaridad con los pobres, aquí nos está diciendo, quién se ocupa de los huérfanos y de las viudas, qué significa las personas vulnerables en la ciudad, en la sociedad, en la misma familia, en la misma comunidad”.
La autoridad eclesial insistió en la conversión hacia nuestra Madre Tierra, y tener una actitud diferente, que incluya el respeto y cuidado por el medio ambiente, «no debemos contaminarlo con basura y plásticos. En nuestras comunidades, tanto en los pueblos como en las ciudades, a menudo estamos acostumbrados a tirar basura sin pensar, sin tomar conciencia de que debemos tener un manejo adecuado de los desechos», dijo el obispo.
Este mes de septiembre, dedicado a la Biblia, el obispo habló sobre la conversión que nos pide la Palabra de Dios, que también incluye un cambio en nuestra relación con el medio ambiente: “Tenemos una responsabilidad, queridos hermanos, hay que pensar no solamente en nosotros, hay que pensar en las futuras generaciones, tienen derecho también a disfrutar del cielo, de la tierra, del agua, de los árboles, de las plantas, de los animales, de las aves; tienen derecho también los que van a venir. Nosotros vamos a pasar, pero que no pasemos destruyendo lo que Dios nos ha dado, sino cuidándolo como dice la Sagrada Escritura, lo que Dios nos ha dado, nos ha confiado Dios para que lo cuidemos, no para que lo destruyamos”.
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