“Vivamos la dimensión comunitaria de la conversión”, Monseñor Giovani a los colaboradores de la Conferencia Episcopal Boliviana
Prensa CEB 22.02.2023.- Este Miércoles de Ceniza, al comenzar la Cuaresma, los colaboradores de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), celebraron la Eucaristía en la capilla “Monseñor Waldo Barrionuevo”, presidida por Mons. Giovani Arana, obispo de la Diócesis de El Alto y Secretario General de la CEB. En la ocasión alentó a vivir la Cuaresma con humildad, alejándonos de las apariencias para vivir con sinceridad el camino de la conversión, que también debe ser vivido en su dimensión comunitaria, preocupándonos por el peso del pecado y el sufrimiento que puede agobiar al hermano.
Partiendo de la pregunta: “¿Cuánto ha cambiado mi vida, en relación a las cuaresmas que he ido celebrando?”, Mons. Arana, dijo que la conversión es una actitud de toda la vida, pero de modo concreto, la Cuaresma es una llamado a cambiar de vida, a cambiar nuestras actitudes, para que el pensar, sentir, ver la realidad, se parezcan más a la de Jesús.
“La Cuaresma es vivir nuestra vida cristiana con humildad”
Así explicó el obispo, afirmando que la humildad consiste en reconocer nuestra realidad personal, que está marcada por el pecado.
La primera actitud que invitó a vivir, es reconocer que nos faltan cosas por cambiar y aprender, como lo señala la profecía de Joel: “vuelvan a mí de todo corazón, desgasten su corazón”, explicó que un corazón desgarrado está dispuesto a escuchar y recibir.
Tomando de referencia el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año, monseñor Giovani, invitó a poner una actitud de escucha, “abrir el corazón a aquello que el Señor me puede decir”, pidió escuchar a Dios, también en los acontecimientos a nivel personal, familiar, institucional, de país y universal.
“Cuaresma, también es un tiempo en el cual se nos invita a ver nuestra interioridad”
Monseñor explicó que los signos externos, como el de la imposición de ceniza, el color litúrgico y otros, tienen la finalidad de que vayamos trabajando nuestro interior: “Es justamente esta invitación a vivir esta interioridad, alejándonos de las apariencias y vivir con sinceridad este camino de conversión”, señaló.
Ascesis cuaresmal, un camino sinodal
“No olvidemos que la Cuaresma no tiene un fin en sí mismo, sino tiene una finalidad, la finalidad de la Cuaresma, es la preparación a la Pascua. Entonces tenemos que vivir con esa mirada, sino viviríamos siempre tristes por nuestros pecados”, dijo Mons. Giovani a tiempo de remarcar que la meta es la Pascua.
A su vez, reiteró la importancia del mensaje del Papa Francisco titulado: “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”, invitando a que vivamos la dimensión comunitaria de la conversión, preocupándonos por el peso del pecado y el sufrimiento que puede agobiar al hermano.