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Mons. Robert FlocK: “Jesús, como Hijo de Dios y como amigo nuestro, hará todo para guiarnos y ayudarnos”

Prensa CEB 27.03.2023.- Este quinto domingo de Cuaresma, 26 de marzo, desde San José de Chiquitos, el obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, Mons. Robert Flock dirigiéndose a los niños que se preparan a la Primera Comunión, les enseñó sobre la resurrección y aseguró que “Jesús, quiere ayudarnos a vivir agradecidos como amigos suyos y como hermanos todos”.

El obispo les dijo a los niños que “los fracasos y horrores del mundo son por alejarse de Jesucristo”, enseñando que Jesús es “camino, verdad y vida”, y es el camino que deben seguir. Lamentó que existan peleas donde  “quien pierda la pelea sigue enojado y quien gana la pelea, gana un enemigo, a veces para siempre”, aseguró que “la solución no vendrá por ser enemigos, sino por ser amigos, y no amigos cualquier, sino amigos, hermanos en Cristo”.

Mons. Flock puso de ejemplo el problema de la Educación en el país, afirmando que “el gobierno quiere imponer su programa en los colegios, y como los profesores reclaman ser escuchados, los han gasificado. La Iglesia está molesta también, porque no nos gustan estas peleas, y porque quieren que lo enseñemos en nuestros colegios, que hablar de Jesús es colonizar las almas. Quieren que les enseñemos a vivir enojados por lo sucedido en el pasado. No es más que sembrar mentiras y violencia”, señaló.

Finalmente, el obispo recordó que Jesús, quiere ayudarnos a vivir agradecidos como amigos suyos y como hermanos todos: “Mejor seguir a Jesús, que de la muerte resucitó glorioso y que resucitará a sus amigos para la vida eterna y gloriosa”, concluyó.

HOMILÍA MONSEÑOR ROBERT FLOCK

5º Domingo de Cuaresma 26 de marzo de 2023

San José de Chiquitos – Niños de Primera Comunión

Queridos hermanos, queridos niños.

El Evangelio que acabamos de escuchar nos cuenta la resurrección de Lázaro. En total, Jesús resucitó a tres muertos. El primero era un joven, hijo único de una viuda en Naím (Ver Lc 7,11-15). San Lucas nos dice que lo estaban llevando para enterrar y al ver a la viuda, “El Señor se conmovió”, paró la procesión, tocó al féretro, y dijo: “Joven, yo te ordeno, levántate” y Jesús lo devolvió a su madre Pienso que Jesús se conmovió porque más tarde su propia mamá sería la viuda cuyo único hijo murió, Jesús mismo al ser crucificado.

La segunda persona era una niña de 12 años, hija del jefe de la sinagoga en la región del Decápolis, territorio pagano (Ver Mc 5,21-43). San Marcos indica que la niña murió mientras Jesús se acercaba, pero al llegar, les dijo: “¿Por qué lloran?; la niña no está muerta, duerme.” La gente su puso a burlarse de Jesús por decir esto, por lo que solo dejo entrar a sus padres, además Pedro, Santiago y Juan, sus discípulos más cercanos. “La tomó de la mano y le dijo: «Talitha koum», que significa: « ¡Niña, yo te lo ordeno, levántate!».” También les pidió darla algo de comer. Jesús había dicho a su papá: “No temas, basta que cree”. Parece que por un lado, sintió un cariño para esta niña, aunque era desconocida, y por otro lado, quiso convertir a los burlones en creyentes, como también a sus discípulos.

El tercer resucitado era Lázaro, hermano de Marta y María, los tres amigos de Jesús, quien se alojaba en su casa en Betania, cuando iba a Jerusalén. Por un lado, Jesús tenía una muy especial amistad con esta familia. Por otro lado, Lázaro llevaba cuatro días enterrado en una tumba tapada con una piedra, similar a la tumba donde Jesús mismo sería sepultado después de su muerte.

Jesús había sanado a muchos enfermos, pero estos tres son los únicos que nos cuentan los Evangelios que Jesús resucitó de la muerte. Pero no era una resurrección como la suya gloriosa. El joven de Naím, la niña de la Decápolis y

Lázaro de Betania, resumían su vida anterior, envejeciéndose, hasta que morir de nuevo para luego esperar la Resurrección Gloriosa y la Vida Eterna.

Pero Jesús explicó algo muy importante a Marta y María: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.» En otro momento Jesús dijo a la gente: «Yo soy el Pan de la vida… Quien cree en mí, tiene vida eterna y yo lo Resucitaré en el último día». (Jn 6,35.40). «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.» (Jn 6,54-56).

Queridos niños. Ustedes están preparándose, mediante la Catequesis y su participación en la Santa Misa, para recibir su primera comunión. Están preparándose, para que puedan compartir el Pan de la Vida que es el Cuerpo y la Sangre de Jesús, ojalá con toda su familia. Esta preparación no es solamente para que aprendan cosas sobre Jesús, la Biblia, la Misa y la Iglesia. Es sobre todo para que, como Marta, María y Lázaro, sean amigos de Jesús, y para que sean como Pedro, Santiago y Juan, discípulos de Jesús.

La catequesis es también para que, como la Viuda de Naím y aquel Jefe de la Sinagoga en la Decápolis, sus padres sean amigos y discípulos de Jesús, agradecidos con él por compartir su amor y bondad con todos nosotros.

Eucaristía significa “gratitud”, “acción de gracias”. Nosotros vamos a Misa y escuchamos la Palabra de Dios porque somos discípulos de Jesús. Compartimos el Pan de la Vida en la Santa Comunión porque somos amigos de Jesús. Celebramos el Santo Matrimonio cuando formamos nuestra familia, porque creemos en Jesús, y confiamos en que, con su ayuda, con su gracia, podemos superar cualquier dificultad, y seguir adelante con éxito y con alegría. De hecho, creemos que el secreto del éxito en todo lo que hacemos en nuestra vida, es nuestra amistad con Jesús y nuestro seguimiento de Jesús como discípulos. Porque Jesús, como Hijo de Dios y como amigo nuestro, hará todo lo posible, para guiarnos y ayudarnos.

Por otro lado, queridos niños, queridos hermanos, los fracasos y horrores del mundo son por alejarse de Jesucristo. Jesús es “camino, verdad y vida”, tomar otro camino es caer en la zanja, es creer en una mentira, es perder la vida. Es lo que sucede con todas las personas que cometen hechos de violencia. Con las peleas, en el momento, creen que hacen el bien, pero en realidad, hacen las cosas peor. Pues quien pierda la pelea sigue enojado y quien gana la pelea, gana un enemigo, a veces para siempre. Esto pasa entre personas, y pasa entre países. Es lo que sucedió entre Chile, Bolivia y Perú. Aunque han pasado 139 años de la guerra del pacífico, Bolivia no perdona, Chile no cede, Perú no ayuda. Solo guardamos resentimiento, y desconfianza. La solución no vendrá por ser enemigos, sino por ser amigos, y no amigos cualquier, sino amigos, hermanos en Cristo.

Otro ejemplo vemos con la educación. El gobierno quiere imponer su programa en los colegios, y como los profesores reclaman ser escuchados, los ha gasificado. La Iglesia estamos molestos también, porque no nos gustan estas peleas, y porque quieren que lo enseñemos en nuestros colegios, que hablar de Jesús es colonizar las almas. Quieren que les enseñemos a vivir enojados por lo sucedido en el pasado. No es más que sembrar mentiras y violencia.

Jesús, en cambio, quiere ayudarnos a vivir agradecidos como amigos suyos y como hermanos todos. Mejor seguir a Jesús, que de la muerte resucitó glorioso y que resucitará a sus amigos para la vida eterna y gloriosa.

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