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Ago

Mons. Pesoa: “Hagamos realidad el sueño de una Bolivia unida y no dividida”

Prensa CEB 06.08.2023.- Desde la Catedral Santísima Trinidad, el Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM, obispo del Vicariato Apostólico del Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), alentó a realizar un compromiso de trabajo por Bolivia, “para que podamos construir esa Bolivia, unida en la diferencia, de respeto de los unos y a los otros”.

El obispo pidió imaginar una Bolivia transfigurada con dignidad, amabilidad y respeto: “Una Bolivia con tribunales de justicia justos e independientes que aplican las leyes con objetividad e imparcialidad; una Bolivia en la que todos tengan lo necesario para vivir, en donde no haya pobres; una Bolivia en la que cuando alguien se enferma tenga la seguridad social que le ayuda en lo necesario y no hay que aceptar la enfermedad o la muerte por no tener con qué pagar”, dijo.

A su vez, el Mons. Pesoa alentó a trabajar por “una Bolivia con una educación de calidad en la que los estudiantes salen bien preparados para la vida y para tener un trabajo; una Bolivia en la que se respeta la vida y no hay amenazas al que no ha nacido o al que ya está vivo;  una Bolivia en la que se busca servir a los ciudadanos y no buscar el poder por el poder, con enfrentamientos y todo tipo de trampas; una Bolivia con familias constituidas, completas, en la que no hay mujeres asesinadas o abandonadas y hay una vida familiar viva en unidad y convivencia fraterna”, señaló la autoridad eclesial.

El obispo Pesoa también señaló que parte de este sueño es “una Bolivia de Cristo, una Bolivia para Cristo, una Bolivia en la que el Dios de la vida no se lo destierra de la vida. Un Bolivia en la que la fe sea una realidad y nos ayude a todos a ser mejores y a cultivar el bien respetándonos los unos a los otros”.

Instó a trabajar y comprometerse por este sueño de Bolivia, con fe, esperanza cierta y creer de verdad en algo nuevo y que es posible, “algo mejor que es deseable y lo que merecemos los bolivianos, un país para todos podemos lograrlo si miramos todos en la misma dirección y dejamos atrás intereses particulares e ideologías que nos dividen”, remarcó.

Al finalizar, el obispo deseó que sea posible la construcción de un país según la voluntad de Dios, donde todos podamos estar bien: “Los que pensamos de una forma y los que piensan de otra, los que son de una cultura y los de la otra, los que son de aquí y los de allí; los iguales y los diferentes. A los bolivianos es más lo que nos une que lo que nos separa. Tenemos todos unos valores comunes y una patria común y debemos cuidarla y construirla desde el respeto a las diferencias, con amor, aceptación y unidad”, concluyó.

TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

Domingo 18 (A)

Mt. 17, 1-9

06 de agosto de 2023

“Señor, que bien se está aquí”

1.- En la transfiguración se concedió a los apóstoles, Pedro, Santiago y Juan, la gracia de ver a Cristo en su divinidad. Ellos vieron lo que ocultaba la humanidad de Cristo, aquello que no veían a simple vista, aquello a lo que solo la fe puede acceder.

Ellos vieron a Cristo iluminado, tal como era en su realidad divina: “Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz”. Nos dice el evangelista Mateo

Más tarde Pedro recuerda aquel acontecimiento y nos lo cuenta en su segunda carta: “no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza”. 2da. Carta de Pedro

Pedro lo vio, no fue unas fábulas fantásticas lo que contó, sino algo que él mismo vio. Se les concedió un don enorme: ver con sus ojos lo que los demás tuvieron que creer.

2.- ¿Por qué se les concedió ese don? Porque más tarde iban a tener que ver a Jesús en la cruz: despreciado, fracasado, un Dios sufriente, sin ser tenido en cuenta. Eso iba a ser una prueba muy grande para su fe y Jesús quiso darles una ayuda a su fe, para que en el momento del sufrimiento, ellos creyeran que Jesús era Dios.

Si nosotros pudiésemos ver a Jesús en una visión transfigurado y escuchásemos una voz que nos dijese: “Éste es mi Hijo amado, mi predilecto”, seguramente volveríamos a la vida diaria y viviríamos con más esperanza, con más mayor certidumbre. Que cuando tengamos que pasar por momentos difíciles tendríamos la fuerza de esa visión e incluso en el momento de morir, moriríamos con esperanza porque sabríamos que la muerte es un paso para la contemplación de Cristo resucitado y eso nos daría fuerzas para vivir mejor, ¿verdad?

La fe nos ayuda a pasar por la vida con otra visión, una visión de esperanza, de alegría, de paz, de serenidad, porque sabemos que hay una realidad que no vemos, pero que nos ayuda y que esta vida tiene sentido porque no acaba todo con la muerte.

3.-Imaginen que pudiésemos ver, como en una visión o en un sueño, a nuestra Bolivia, transfigurada con todo lo que queremos que tenga.

Imaginen que vemos una Bolivia en la que se acude a la administración cualquiera sea ésta y somos tratados bien, con dignidad, con amabilidad y con respeto. Un sueño, ¿verdad?

Una Bolivia con tribunales de justicia justos e independientes que aplican las leyes con objetividad e imparcialidad.

Una Bolivia en la que todos tengan lo necesario para vivir, en donde no haya pobres

Una Bolivia en la que cuando alguien se enferma tenga la seguridad social que le ayuda en lo necesario y no hay que aceptar la enfermedad o la muerte por no tener con que pagar.

Una Bolivia con una educación de calidad en la que los estudiantes bien salen preparados para la vida y para tener un trabajo.

-Una Bolivia en la que se respeta la vida y no hay amenazas al que no ha nacido o al que ya está vivo.

Una Bolivia en la que se busca servir a los ciudadanos y no buscar el poder por el poder, con enfrentamientos y todo tipo de trampas.

-Una Bolivia con familias constituidas, completas, en la que no hay mujeres asesinadas o abandonadas y hay una vida familiar viva en unidad y convivencia fraterna.  Un sueño, ¿verdad?

-Una Bolivia de Cristo, una Bolivia para Cristo, una Bolivia en la que el Dios de la vida no se lo destierra de la vida. Un Bolivia en la que la fe sea una realidad y nos ayude a todos a ser mejores y a cultivar el bien respetándonos los unos a los otros.

Si alguien ve, como un sueño, una Bolivia transfigurada después cuando vuelva a la realidad querrá trabajar por una Bolivia así, con fe, con esperanza cierta, quedará totalmente enamorado de esa nueva Bolivia.

4.- En el día de la patria, hagamos el compromiso de trabajar para que esa Bolivia, del sueño, de la visión, sea posible, sea realidad. Trabaja en tu servicio encomendado, trabaja en tu barrio, en tu familia, trabaja como autoridad, desde el puesto en el que te ha puesto Dios, para que podamos construir esa Bolivia, unida en la diferencia, de respeto de los unos y a los otros.

Feliz día de la patria. Hagamos realidad el sueño de una Bolivia unida y no dividida en grupos y enfrentados unos contra otros.

La visión de una Bolivia mejor, nos ayude, como ayudó a los apóstoles la visión de Cristo transfigurado, a vivir con más fe, con más esperanza y a creer de verdad en algo nuevo y que es posible, algo mejor que es deseable y lo que merecemos los bolivianos, un país para todos, podemos lograrlo si miramos todos en la misma dirección y dejamos atrás intereses particulares e ideologías que nos dividen.

5.-Qué bien se está aquí, hagamos tres carpas”, dijo Pedro a Jesús. Cuando el cielo, la voluntad de Dios se hace presente, se está muy bien, se está como en el cielo.  Porque cuando se impone nuestra voluntad, la voluntad humana, no estamos bien.  Tengamos muy presente no viviremos para siempre.  Esta tierra no es nuestro hogar, no es el cielo al que estamos llamados, sino un lugar extraño en el que no queremos vivir.

De hecho, ¿Cuántos compatriotas emigran, se van, porque no hay sitio para ellos, porque no se puede vivir aquí o porque no se sienten respetados en sus ideas diferentes?

Construir un país según la voluntad de Dios es hacer que todos podamos estar bien, los que pensamos de una forma y los que piensan de otra, los que son de una cultura y los de la otra, los que son de aquí y los de allí; los iguales y los diferentes. A los bolivianos es más lo que nos une, que lo que nos separa. Tenemos todos unos valores comunes y una patria común y debemos cuidarla y construirla desde el respeto a las diferencias, con amor, aceptación y unidad.

Dios nos ayude en la misión que nos encarga.  ¡Que viva nuestra patria Bolivia! Así sea.

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