Sacerdotes Diocesanos expresan su compromiso de acompañar y guiar al pueblo de Dios con amor fraternal
Prensa CEB 08.07.24.- La Conferencia Boliviana del Clero Diocesano (CBCD) emitió una carta al Pueblo de Dios, en el marco de su XXXVII Asamblea Ordinaria en Potosí, que concluyó el 4 de julio con una carta al pueblo de Dios, que tiene la iluminación de la cita bíblica de san Juan 17,21: “Que todos sean uno”, donde los sacerdotes diocesanos expresan su compromiso de testimoniar el amor de Dios con todo el pueblo de Dios, especialmente con los que sufren y con los pobres.
Siguiendo las palabras del Concilio Vaticano II, los sacerdotes diocesanos manifiestan “Los gozos y esperanzas, las penas y las angustias del mundo de hoy, especialmente las de aquellos que son pobres o están afligidos, son, también, los gozos y las esperanzas, las penas y las angustias de los discípulos de Cristo” (GE 1), y subrayan su intención de acompañar con fidelidad y pasión a cada comunidad eclesial, instando a todos los fieles a unirse en un espíritu sinodal.
Reconociendo los pecados que han afectado a la Iglesia boliviana, la CBCD asume el compromiso del testimonio sacerdotal para recuperar la confianza de las familias y citando a San Pablo afirman “si un miembro sufre, todos sufren con él” (1 Co 12,26), comprometiendo su ministerio a proteger a los más vulnerables mediante una pastoral preventiva.
Inspirados por el magisterio del Papa Francisco, la CBCD reitera su compromiso con el cuidado del medio ambiente, destacando la necesidad de proteger la Casa Común y participar activamente en el “Tiempo de la Creación”.
La CBCD anima a la comunidad a orar por los sacerdotes, especialmente por aquellos que enfrentan enfermedad, soledad o abandono, además, solicitan oraciones por más vocaciones sacerdotales y religiosas.
Al concluir la carta se invita al pueblo a unirse en oración y acción, poniendo su compromiso bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Potosí: “La Virgen María, primera en el camino, nos acompañe en nuestro peregrinaje, en las alegrías y en los dolores, ella nos muestre a su Hijo, Jesús, nuestra única esperanza”.