La voz de la Iglesia frente a los incendios: No es tiempo de evaluar, es tiempo de actuar
Prensa CEB 11.09.24.- Cada año Bolivia enfrenta los devastadores incendios forestales que afectan principalmente al oriente del país, y este 2024 no ha sido la excepción, por ello, el Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM, obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), expresó su preocupación en una entrevista reciente con Radio Panamericana, alertando que estos desastres son provocados por la mano del hombre y exigiendo respuestas inmediatas.
“A nosotros, como obispos, nos preocupa todo lo que va sucediendo”, expresó el obispo desde la ciudad de la Santísima Trinidad, Beni. La autoridad eclesial dijo que ya no es tiempo para evaluar o hacer estudios, “porque mientras se evalúa, mientras se estudia, el tiempo pasa y los bosques y los campos del oriente boliviano se van quemando”.
Mencionó que cada año sufrimos las consecuencias de incendios forestales que no son naturales y pidió que no se evalúe las leyes en este momento: “Estas evaluaciones tienen que ser después de medidas que se hayan tomado, no antes de medidas que no se han tomado”, sostuvo.
El Mons. Pesoa también planteó dudas sobre los intereses detrás de la falta de decisiones para detener este problema: “¿Qué intereses hay? ¿Cuál es el interés real? Porque tiene que haber un interés”. Respecto a las llamadas leyes incendiarias, señaló que “para que se haya dictado estas leyes y también para que no se las puedan derogar, será que como alguien dice por ahí, esas leyes están escritas en piedra, que no se pueden derogar”.
“Algunas comunidades prácticamente lo han perdido todo, incluso se han incendiado sus casas, los animales han muerto”, expresó y agregó “es verdad que todos queremos el desarrollo de Bolivia, pero no debe ser a un alto precio”, dijo y puso como ejemplo la ampliación de la frontera agrícola, la tala de árboles y el combustible.
Además, reiteró que la Conferencia Episcopal Boliviana ha pedido a las autoridades que tomen medidas urgentes para detener esta destrucción y dijo que, si el interés es solamente económico, el costo es elevado: “El costo del sufrimiento de mucha gente, el costo de la afectación de muchas personas y la naturaleza, ese es el costo”.
“Estamos provocando nuestra autodestrucción quemando aquello que es elemental e importante para la vida del ser humano, para la vida de todos nosotros y de las futuras generaciones. Y aquí viene la pregunta: ¿Qué le estamos dejando a las futuras generaciones, a los hijos de ustedes, a los nietos?, reflexionó la autoridad eclesial y agregó: “¿Qué ambiente se le está dejando? Un ambiente de muerte, y quiénes son responsables, nosotros, por supuesto, que nos toca y nos tocó vivir en este tiempo”.
Además de abordar el tema de los incendios, el Mons. Pesoa también expresó dudas sobre la confiabilidad de los resultados del reciente censo en Bolivia, cuestionando si realmente se logró encuestar a toda la población.