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Monseñor Coter: “Felices los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados, y aquí nos damos cuenta de la inmundicia de la justicia en el país y de cuantos son los autores de este desastre”

Prensa CEB 29.01.2023.- Moseñor Eugenio Coter, obispo del Vicariato Apostólico de Pando, desde la parroquia Virgen del Pilar de Cobija reflexionó sobre el tema de las bienaventuranzas, haciendo énfasis en la justicia, “Felices los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados, y aquí nos damos cuenta de la inmundicia de la justicia en el país y de cuantos son los autores de este desastre”, dijo.

En este cuarto domingo ordinario, monseñor Coter basó su homilía en “Las Bienaventuranzas” y reflexionando a los feligreses, que busquen la verdadera justicia, no arrodillarse frente al poder con el afán de poseer.

“Felices los que no confían en la corrupción de los jueces, de los fiscales, de los poderes ni político, ni económico. Felices los que a pesar de todo esto, saben seguir buscando la verdadera justicia y que no se arrodillan frente al poder con el augurio de poseer, reflexionó.

Asimismo antes de terminar su sermón invitó al pueblo de Dios que se dio cita a la parroquia Virgen del Pilar a firma los libros para reformar la justicia en el país, “por lo que todos los que están escritos en el padrón electoral  a la salida les invitamos a firmar y cambiar una estructura de justicia para garantizar el poder sobre la justicia”, dijo el Obispo.

A continuación, la homilía completa de Mons. Eugenio Coter:

Acabamos de escuchar la segunda lectura (Carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corintio 1, 26-31) que ustedes están unidos a Cristo, que por disposición de Dios se convirtió para nosotros en sabiduría, en justicia santificación y redención, quiere decir que Cristo es nuestro maestro, por lo menos para los que quieren ser verdaderos cristianos.

Y ahí surge la pregunta a mi vida, ¿de verdad Cristo es tu maestro?, ¿de verdad lo sigues siempre en toda circunstancia?, ¿te preocupas de pensar, buscar, entender a la luz del Evangelio como Cristo, es sabiduría, justicia, santificación y redención en tu vida? Esto quiere decir que buscamos nuestro camino del día a día en Cristo, como maestro.

Estamos en el comienzo del año pastoral, habrá propuesta de estudio de evangelización y del Evangelio, y hablará de esta lección continuada domingo tras domingo, es decir, hacer de Cristo nuestro maestro, es hacernos espacio para que él instruya nuestra vida, para que ilumine nuestra vida y nosotros pararnos delaten de él para que nos ilumine.

¿Están decididos a esto?, ¿están decididos dar un paso más de donde se encuentran? Esa es la condición para que de verdad hagamos de Cristo el Maestro de nuestra vida.

El segundo paso en la reflexión al comienzo del año pastoral y al comienzo del Evangelio de Mateo (en el capítulo 4 y 5) estamos caminando en la estructura que Mateo nos ha puesto. Mateo hizo un trabajo de relación  con el Evangelio, no es el diario de la vida de Jesús, ha organizado un Evangelio en base a discursos, milagro y palabras y así propone los textos de reflexión al comienzo de este año.

El Evangelio de la Bienaventuranza que acabamos de escuchar, seguiremos en sus reflexiones en domingos siguientes y aquí encontramos estas dos indicaciones, primero Jesús sube a la montaña. ¿Quién subió a la montaña en el antiguo testamento?, fue Moisés, y una vez allí siguió los mandamientos y sello la alianza con Dios. Y si de verdad quieres que Dios sea tu aliado, vive de esta manera y fíjate que el nuevo Moisés es Jesús.

El que te indica la manera de vivir, para ti ya no son los mandamientos, son la bienaventuranzas y te muestran como vive el discípulo del Señor  y el camino del encuentro con el Señor. En el Catequismos deberían enseñarnos bien el camino de las bienaventuranzas y conocerlos de memoria.

Y alguien me preguntaba, cuando quiero confesarme, ¿cómo debo hacer para tener un examen de conciencia? toma la página del Evangelio Mateo capítulo 5 y luego te preguntas, cómo estás viviendo las ocho indicaciones y para verificar tu camino persona y el espiritual.

Y el estilo de vida que aquí propone el Evangelio de Mateo y Jesús es la pobreza, es decir ser personas que se fían de la providencia de Dios. Mateo escribe que la comunidad de Jerusalén era empobrecida.

Cuantos jóvenes sueñan con tener dinero, de ganarse la lotería, de tener una linda casa, etc. ¿y qué? ¿Acaso esto es el sueño de la vida?  Y atención papás y abuelos y los valores que transmitimos en la vida. Y Jesús nos dice, felices los que tiene alma de pobre, significa que felices los que aprendieron a no buscar su felicidad en el dinero. Felices los que están afligidos porque se ven consolados ya que Dios quiere nuestra felicidad.

Entonces cuando nos encontramos en los momentos de dificultad, de algo que te hace sufrir, Dios te permite encontrar personas en tu vida que comparten esta carga de sufrimientos y ellos caminan contigo, te dan el camino de la felicidad.

Sed de justicia

Jesús dice, felices los que saben trabajar con la paciencia y prestar atención a los demás. Y felices que pese al fracaso siguen intentando, felices los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados, y aquí nos damos cuenta de la inmundicia de la justicia en el país y de cuantos son los autores de este desastre.

Felices los que no se confían a la corrupción de los jueces, de los fiscales, de los poderes, ni político, ni económico. Felices los que a pesar de todo esto, siguen buscando la verdadera justicia y que no se arrodillan frente al poder con el augurio de poseer.

Invitación para la firma de los libros

Al salir de la misa están invitados a firmar los libros para la reforma de la justicia en el país, por lo que todos los que están escritos en el padrón electoral a la salida les invitamos a firmar y cambiar una estructura de justicia para garantizar el poder sobre la justicia.

Felices los que tiene hambre y sed de justicia, felices los misericordiosos el Evangelio te dice felices si sabe sufrir de los sufrimientos de los demás y gozar de la alegría de los demás.

Felices los que tienen el corazón puro porque no reducen a las personas a objetivos porque saben contemplar el rostro de Dios en toda persona.

Felices los que trabajan por la paz, otro gran desafío, frente al que quiere construir su poder o su control en la confrontación que buscan de tejer relaciones de paz.

Felices los perseguidos por practicar la justicia.

Felices los que en esta situación no se arrodillan ni por tener un trabajo, ni por tener ganancia, ni tranquilidad.

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