Cerrando hoy el año litúrgico, preguntémonos: ¿En qué hemos mejorado a lo largo de esta gestión?
Prensa CEB 24.11.2024.- El Padre William Ugarte, en su homilía de hoy invitó a los feligreses a realizar una reflexión personal por esta gestión que ya termina, recordando también que hoy se cierra el año litúrgico con la fiesta de Cristo Rey y que, a partir del próximo domingo de Adviento, se inicia el nuevo año litúrgico, “lo que nos recuerda que este ciclo está llegando a su fin”, comunicó.
Este domingo 24 de noviembre la Iglesia celebra también la Jornada Mundial de la Juventud y la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, y el Día Nacional del Laico. Y es que a lo largo de esta gestión se celebró numerosas fiestas de santos y momentos clave de la vida de Jesús, lo que ha permitido a los fieles profundizar en sus enseñanzas el mensaje que dejó para la humanidad.
En su homilía, desde la Basílica “Nuestra Señora de los Ángeles” San Francisco en la ciudad de La Paz, el P. William quien es vicario de la Vicaría Gran Poder de la Arquidiócesis de La Paz, párroco de San José Obrero y asistente del Obispado Castrense de Bolivia, hizo énfasis en que este es un momento especial para que cada uno de nosotros pueda hacer una relectura de su vida de fe, “es el momento de preguntarnos si hemos abrazado verdaderamente a Jesús, como Cristo Rey, o si seguimos postergando nuestra respuesta. Esta es la invitación que nos hace esta fiesta: tomar una decisión”, dijo.
El sacerdote reflexionó también sobre el pasaje del Evangelio de San Juan, en el que Pilato interroga a Jesús sobre su realeza. “Pilato no logra comprender a Jesús, porque su idea de poder está limitada a los términos humanos. Jesús le responde: Mi reino no es de este mundo. Su realeza no se basa en el dominio, sino en el amor, un amor que llega al corazón, un poder que transforma desde lo interior”, explicó el Padre Ugarte.
Para el párroco, el poder del amor y del servicio es el mensaje central que debemos entender al cerrar este ciclo, “no basta con decir que creemos en Jesús. La verdadera fe se vive en los actos de amor, en el servicio a los demás, en la unidad de la familia, en la paz en nuestras comunidades. Este es el poder que Jesús nos invita a vivir: un poder que no se impone, sino que se ofrece con generosidad y humildad”, señaló.
Al concluir el año litúrgico, el Padre Ugarte hizo un llamado a realizar una evaluación espiritual de nuestra vida. “Es el momento de preguntarnos: ¿Qué frutos ha dejado este año en nuestra vida? ¿Nuestra fe ha crecido? ¿Estamos más cerca de Jesús? ¿Qué signos podemos reconocer que demuestran que hemos entendido el poder del amor y del servicio?”, reflexionó.
El sacerdote también instó a vivir con más generosidad y solidaridad, especialmente en esta época de preparación para la Navidad, “cada gesto de ayuda, cada acción de servicio, debe estar impregnado por nuestra fe. No se trata de la cantidad de lo que damos, sino de la calidad de lo que ofrecemos, guiados por el amor a Dios y a los demás. Que nuestros actos de generosidad reflejen el mensaje de Jesús en nuestras vidas”, exhortó.
En este cierre del año litúrgico, el Padre Ugarte invitó a todos los fieles a hacer una pausa para la reflexión profunda y el discernimiento espiritual, “este es el momento de hacer un balance y preguntarnos: ¿qué hemos aprendido este año? ¿Qué huella ha dejado Jesús en nuestra vida? No dejemos que este año pase sin que algo haya cambiado en nosotros. Que el fin de este ciclo sea una ocasión para fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza, con la mirada puesta en el nacimiento de Jesús, el Rey de nuestro corazón”.
“Revisemos pues, hermanos, cómo acabamos este año litúrgico y cómo está fortalecida nuestra fe y nuestra esperanza. En nuestra oración que estén siempre presentes los más débiles, los más frágiles, aquellos que a veces pagan las consecuencias de este mundo injusto que todavía falta componerlo, porque todavía en algunos sectores Dios no reina en los corazones”, puntualizó el Padre William.