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Mons. Robert Flock: “Alegrarse siempre en el Señor y a no angustiarse por nada, confiando en la providencia divina”

Prensa CEB 15.12.2024.-Monseñor Robert Flock, Obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco en su homilía de hoy tercer domingo de Adviento, «Domingo de la Alegría», pidió a sus feligreses tener esperanza y alegría cristiana, a pesar de los desafíos y tristezas que marcan la vida cotidiana.

Desde la Catedral de San Ignacio, Monseñor Flock destacó en su mensaje las palabras de Juan Bautista a los soldados, “no extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo”. Estas palabras, señaló el Obispo, no solo se escuchan en el ámbito de la justicia, sino que también son una invitación a una revolución ética en la sociedad.

Mons. Flock recordó que el Adviento es un tiempo de esperanza y alegría, porque se acerca la celebración del nacimiento de Jesús. Citó a San Pablo, quien, a pesar de sus innumerables sufrimientos, exhorta a los cristianos a “alegrarse siempre en el Señor” y a no angustiarse por nada, confiando en la providencia divina.

El Obispo compartió el dolor por la reciente pérdida del Padre Andrés Pesta, misionero del Verbo Divino, quien falleció repentinamente esta semana, “el Padre Andrés fue un hombre alegre, servicial y comprometido con la formación de nuestros catequistas y líderes laicos. Su partida nos golpea profundamente, pero recordamos que nuestra esperanza y alegría están en Cristo, quien transforma el dolor en consuelo y la tristeza en esperanza”, expresó Mons. Flock.

“Ahí quedamos golpeados por el hecho, ya que perdimos a un hermano sacerdote y misionero, muy servicial, capaz y alegre. De hecho, tenemos un video de ese encuentro aquí al frente, en el salón, donde está haciendo un baile de animación”, recordó el Obispo.

En su mensaje, destacó también el papel de la Virgen María como modelo de alegría y fortaleza. Recordó que, aun bajo la cruz, María mantuvo su fe, pasando de la tristeza pasajera a la alegría eterna de Pentecostés. Este ejemplo, señaló, debe inspirar a los fieles a vivir con esperanza y confianza en Dios, incluso en los momentos más difíciles.

Monseñor Flock también exhortó sobre cómo los pequeños gestos y momentos cotidianos pueden ser fuentes de alegría genuina. Desde la sonrisa de un niño hasta la liberación de quienes sufren injusticias, Mons. Flock remarcó que la alegría cristiana no es superficial, sino un reflejo de la presencia amorosa de Dios en nuestras vidas.

“Nuestra alegría es algo así porque nuestro amo es Dios, Dios todopoderoso y todo bueno que viene a salvarnos no es indiferente y no es impotente. Cuesta comprender que permite en el mundo la maldad, pero Dios nos muestra que el dolor es pasajero y la alegría es eterna”, dijo.

Finalizó pidiendo a los fieles a vivir con confianza en el Señor, recordando que “la paz de Dios que supera todo entendimiento” cuidará de sus corazones y pensamientos en Cristo Jesús.

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