Mons. Giovani: «¿Soy consciente de que Jesús, en mi vida, es un tesoro?, no debemos desanimarnos, pongamos nuestra confianza en Dios”
Prensa CEB 13.06.2025. Los colaboradores pastorales de la Conferencia Episcopal Boliviana se reunieron esta jornada para celebrar una Eucaristía especial, centrada en la fraternidad y la esperanza, la misma fue organizada por el Área de Educación, y congregó a los servidores de las distintas áreas, comisiones y secciones de la CEB, quienes elevaron sus oraciones por la paz en Bolivia y en el mundo.
Mons. Giovani Arana, obispo de la Diócesis de El Alto y secretario general de la CEB celebró la Eucaristía, en su reflexión hizo hincapié en la importancia de la paz como don divino y responsabilidad colectiva. “Que esa paz se haga presente para cada boliviano, para que cada uno de los corazones vaya progresivamente hacia lo positivo”, expresó, invitando a los presentes a ser agentes de reconciliación en sus familias y comunidades.
Mons. recordó las palabras del Papa León XIV, quien desde el balcón vaticano saludó al mundo con un mensaje de paz: “La paz sea con ustedes”, destacó cómo el Pontífice ha puesto la paz y la fraternidad en el centro de su pontificado, recordando que “nadie puede ser indiferente ante las situaciones de conflicto que viven algunas regiones del mundo, y ahora nos toca experimentarlo como bolivianos”.
Gratitud y la Esperanza
La liturgia del día, invitó a los fieles a vivir la vida cristiana desde la gratitud y la esperanza, reconociendo la fragilidad humana y la necesidad de confiar en Dios. “Llevamos un tesoro en recipientes de barro”, citó el obispo, recordando que el verdadero poder y valor provienen de Dios y no de nuestras propias fuerzas.
Dijo que la gratitud es reconocer las propias limitaciones y la esperanza es confiar en que, a pesar de las dificultades, Dios busca siempre el bien de todos. “No debemos desanimarnos ni caer en la desesperanza, sino poner nuestra confianza en Dios”, exhortó.
El llamada es a la Santidad
El Evangelio del día también hizo un llamado a la santidad, invitando a los presentes a purificar el corazón y erradicar de raíz aquello que impide vivir plenamente el Evangelio. “Debemos estar atentos a educar nuestro corazón, sabiendo que de él pueden salir tanto cosas buenas como malas”, señaló Monseñor, animándoles a buscar la autenticidad y la coherencia en su vida espiritual.
Asimismo, resaltó la importancia de vivir la fe en comunidad, recordando el llamado de la Iglesia a ser sinodal: una comunidad de escucha, discernimiento y corresponsabilidad. “La mejor manera de servir a la Iglesia es buscar la santidad y vivir nuestro bautismo en comunidad”, afirmó.
Un Mensaje de Esperanza para Bolivia
La celebración concluyó con una oración a la Virgen María, pidiendo su intercesión para que los valores de gratitud, esperanza y santidad se hagan realidad en la vida de cada boliviano. En un país que enfrenta desafíos sociales y políticos, la Eucaristía fue un recordatorio de que la fe puede ser un motor de transformación y reconciliación.
“Que la Virgen María, nuestra madre y maestra, nos ayude a vivir con gratitud, esperanza y santidad como valores auténticos que nacen del Evangelio y sepamos hacerlo realidad en nuestra vida”, puntualizó.