Obispo de Coroico a los agentes pastorales: “La misión de la Iglesia es ser fiel a la verdad del Evangelio, aunque esto signifique enfrentar críticas y rechazos”
Prensa CEB 26.11.2024.- Este lunes 25 de noviembre, Mons. Juan Carlos Huaygua Oropeza, obispo de la Diócesis de Coroico, inauguró la Asamblea Pastoral Diocesana en Espada – Sorata, donde compartió con los agentes pastorales y fieles sobre la esperanza cristiana, la entrega a Dios y la responsabilidad de vivir una fe auténtica en tiempos difíciles.
Con el propósito de profundizar la realidad pastoral de la Diócesis de Coroico y con el fin de conocer, analizar y trazar un plan conjunto que impulse el servicio pastoral-catequético que permita a la comunidad caminar unida, es que se está llevando a cabo esta Asamblea en el Seminario “Espíritu Santo” en Sorata, del 25 al 28 de noviembre.
Y bajo el lema: “Peregrinamos como Iglesia desde la Catequesis: Hacia un Plan Pastoral de conjunto”, monseñor Huaygua en su homilía de inauguración, comenzó mencionando un pasaje del Evangelio y una reflexión sobre la naturaleza. Citó a un predicador que comparó a un árbol, que, al ser cortado de abajo, cae hacia el lado hacia el que está inclinado, señalando que de igual manera, nuestra vida se inclina hacia lo que más valoramos y buscamos; bajo este marco invitó a los presentes a preguntarse: ¿hacia dónde estamos inclinados en nuestra vida? ¿Hacia la luz de Dios o hacia otros intereses terrenales?.
El Evangelio nos presenta el ejemplo de una mujer pobre y mayor que, a pesar de su escaso recurso, decide entregar todo lo que tiene en el templo. Esta acción, aparentemente ilógica desde una perspectiva humana, refleja una fe inquebrantable en la providencia divina. Mons. Huaygua destacó cómo, en lugar de guardar lo poco que tenía para sí misma, la mujer ofreció su don a Dios, confiando plenamente en que Él no la abandonará. En este gesto de generosidad radical, el Obispo resaltó la enseñanza central de la fe cristiana, «Primero Dios, y después lo demás».
La figura de la mujer del Evangelio se presenta como un modelo de entrega y confianza en Dios, recordándonos que nuestra esperanza no debe estar puesta en lo material, sino en lo espiritual. Esta reflexión sobre la fe activa nos desafía a vivir una vida orientada hacia lo eterno, a no sucumbir a la lógica humana que siempre nos impulsa a pensar primero en nuestras propias necesidades, sino a entregarnos completamente a Dios con una fe que trasciende el miedo y la incertidumbre.
Mons. Huaygua continuó su homilía reflexionando sobre el libro del Apocalipsis, que se lee en estos últimos días del año litúrgico, un libro que nos invita a mantener la esperanza cristiana, aun cuando la vida esté llena de tribulaciones, “la vida no es fácil, llena de dificultades, problemas y tribulaciones, pero hay que fortalecer la fe en la resurrección”, expresó. A través de esta afirmación, el obispo recordó a los presentes que la fe en la vida eterna debe ser el eje central de nuestra vida cristiana, especialmente en tiempos de crisis y tribulación.
El simbolismo del árbol que se inclina hacia la luz se convirtió en un punto clave de su homilía. Mons. Huaygua preguntó a los presentes: “¿Hacia dónde estamos inclinados en nuestra vida diaria? ¿Qué es lo que realmente absorbe nuestra energía, nuestra inteligencia, nuestra capacidad? ¿Qué estamos buscando?”. Al igual que un árbol busca la luz del sol para crecer, nuestra vida debe orientarse hacia Dios, buscando su luz y guiándonos por su voluntad. Lo que buscamos en esta vida es lo que determinará nuestra vida eterna.
En su homilía Mons. Huaygua hizo un llamado a los agentes pastorales presentes a reflexionar sobre su responsabilidad, “tenemos una gran responsabilidad, tanto de fortalecer nuestra fe de modo personal como de fortalecer la fe de nuestros hermanos”, dijo. Sin embargo, reconoció que esta tarea no es fácil. La acción pastoral a menudo conlleva sacrificios, cansancio, incomprensión y hasta rechazo. Sin embargo, subrayó que el verdadero objetivo de la pastoral no es agradar a las personas, sino a Dios, y que nuestra misión debe estar siempre orientada a cumplir la voluntad de Dios, no la voluntad de los hombres.
El obispo también se refirió a los debates surgidos durante el Sínodo reciente sobre los cambios que algunos sectores de la Iglesia proponían. En medio de la controversia, Mons. Huaygua recordó que el discernimiento guiado por el Espíritu Santo ha sido clave para que la Iglesia se mantuviera fiel a la voluntad de Dios, “no estamos aquí para satisfacer nuestras inquietudes personales ni para pedirle a Dios lo que queremos, sino para estar dispuestos a escuchar su voluntad”, afirmó. Este discernimiento nos llama a ser valientes y a mantener la firmeza en la fe, sin ceder ante las presiones externas ni la crítica.
A lo largo de su homilía, Mons. Huaygua hizo un llamado urgente a los presentes a fortalecer la esperanza cristiana, a vivir una vida de fe activa y a orientarse siempre hacia Dios, sin temor a los sacrificios que esto conlleva, “no debemos tener miedo de darlo todo por Dios, porque Él nunca nos abandonará”, aseguró, invitando a los agentes pastorales a seguir adelante con valentía, sabiendo que la acción pastoral no es fácil, pero que el resultado es siempre un acercamiento más profundo a Dios.
El obispo de Coroico también abordó los desafíos que enfrenta la Iglesia en la actualidad, especialmente en un mundo que se ha vuelto muy crítico y exige flexibilidad, “la Iglesia no está para agradar a las personas, sino para agradar a Dios”, señaló, advirtiendo sobre el peligro de ceder ante la crítica y las presiones externas. La misión de la Iglesia es ser fiel a la verdad del Evangelio, aunque esto signifique enfrentar críticas y rechazos.
La homilía concluyó con un llamado a los fieles y agentes pastorales presentes a poner toda su confianza en Dios, “con valentía, sin miedo, con la certeza de que Dios nunca nos abandonará, debemos ser valientes en nuestra misión”, exhortó Mons. Huaygua, invitando a todos a vivir con alegría y esperanza en el camino de la fe.
“Que nuestra vida, nuestra acción pastoral y nuestra fe se inclinen siempre hacia Dios, buscando su luz y su voluntad”, concluyó, alentando a todos a seguir adelante con la mirada fija en Él, hacia la vida eterna, subrayando la importancia de la eucaristía como fuente de toda fortaleza y guía en la vida cristiana.