«Con un corazón lleno de gratitud, humildad y emoción», padre Diego Plá agradece a Dios por 30 años de servicio sacerdotal
Prensa CEB 1.07.2025. En una emotiva celebración en la capilla de la Conferencia Episcopal Boliviana, el Padre Diego Plá Aranda, secretario general adjunto de la CEB, conmemoró sus 30 años de ordenación sacerdotal. Durante su homilía, el Padre Plá expresó su gratitud y emoción, recordando su ordenación en la Basílica de la Milagrosa en Madrid hace tres décadas.
En su paso por Bolivia, destacó el apoyo constante de Monseñor Aurelio Pesoa, obispo del Beni y presidente de la CEB, a quien considera una figura paterna, y la entrañable amistad con Monseñor Giovani Arana, obispo de El Alto y secretario general de la CEB, ambos acompañaron al sacerdote en la celebración junto a los colaboradores pastorales de la CEB. Esta fecha especial subraya la fidelidad de Dios a su llamado y la misión incansable del Padre Plá como servidor y testigo del Evangelio.
El Padre Plá Aranda reflexionó sobre la misericordia divina, una virtud que, según él, debe ser constantemente profundizada por los creyentes. Compartió su visión de la vida de oración como una actitud continua, más allá de momentos específicos, y enfatizó la importancia de la fe como confianza incondicional en Dios, incluso en medio de las tempestades de la vida. Haciendo alusión al pasaje del Evangelio de la tempestad calmada, el Padre Plá animó a los colaboradores pastorales a confiar plenamente en Jesús, quien siempre da su vida por sus amigos, y a seguir su mensaje con un corazón dispuesto.
Con un corazón lleno de gratitud, humildad y emoción, el Padre Plá Aranda rememoró sus inicios vocacionales a los 16 años, cuando un sacerdote misionero lo interpeló. A pesar de las dudas iniciales de su madre y los desafíos en el seminario, la perseverancia y la fe lo llevaron al sacerdocio. Recordó su llegada a Bolivia en 2001, trabajando con niños de la calle, enfermos en hospitales y encarcelados, y su experiencia en San Lorenzo de Mojos. Su ministerio se ha caracterizado por estar siempre al lado de los más pobres y necesitados, siguiendo el lema de su ordenación: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos”. (Lc 4,18).
Al finalizar su homilía, el Padre Plá Aranda pidió oraciones para seguir siendo fiel a su vocación, anunciar el Evangelio sin cansancio y servir con un corazón de pastor, al igual que Jesús. Subrayó la importancia de la fraternidad sacerdotal, la unión y el apoyo mutuo en el clero para guiar al pueblo en tiempos difíciles, reafirmando que el pueblo boliviano espera esperanza y guía de sus pastores. El sacerdote invitó a vivir la fe profundamente, con la convicción de que, con la guía del Espíritu Santo y la protección de la Virgen María, se puede llevar la alegría y la paz a los hermanos y hermanas que tanto esperan de la Iglesia y de sus sacerdotes.













